domingo, 30 de junio de 2013

EL JUGADOR - Fiodor Dostoievski

[Un joven, el narrador de esta historia, y una señora mayor, apostando al cero en la ruleta de un casino, acaban de ganar una buena cantidad de dinero.]

- ¡Hagan juego, señores! ¡Hagan juego! ¡No va más! -decía el croupier, dispuesto a girar la ruleta.

- ¡Dios mío! ¡Es demasiado tarde! ¡Ya van a tirar! ... ¡Juega, juega, pues! -decía, inquieta la abuela-. ¡No te entretengas, atolondrado!

Estaba nerviosa y me daba con el codo con todas sus fuerzas.

- ¿A qué número juego, abuelita?

- Al cero. ¡Otra vez al cero! ¡Pon lo más posible! ¿Cuánto tenemos? ¿Setecientos federicos? Pon veinte de una sola vez.


- ¡Reflexione, abuela! A veces está doscientas veces sin salir. Corre usted el riesgo de perder todo su dinero.

- No digas tonterías. ¡Juega! Oye cómo golpean con la raqueta. Sé lo que hago -dijo, presa de una agitación febril.

- El reglamento no permite poner en el cero más de doce federicos a la vez, abuela, y ya los he puesto. [...]

- Hecho el juego -anunció el croupier.

El disco giró y salió el 30. ¡Habíamos perdido!

- ¡Sigue poniendo! - dijo la abuela.

Me encogí de hombros y sin replicar puse doce federicos. El platillo giró largo tiempo. La abuela observaba temblando. [...]

- ¡Cero! -cantó el croupier.

- ¡Lo ves! -gritó triunfalmente la abuela.

Comprendí en aquel momento que yo también era un jugador. Mis manos y mis piernas temblaban. Era realmente extraordinario que en un intervalo de diez jugadas el cero hubiese salido tres veces, pero sin embargo había sucedido así. Yo mismo había visto, ayer, que el cero había salido tres veces seguidas y un jugador, que anotaba cuidadosamente en un cuadernito todas las jugadas, me hizo notar que, antes de ayer, el mismo cero no se había dado más que una vez en veinticuatro horas.

SINOPSIS

No hay nada de glamour en las salas de juego de la inquietante ciudad-balneario de Ruletenburgo; ni elegantes caballeros de modales refinados, ni vaporosas damas de belleza sin igual. Ni siquiera el brillo del oro apilado. Sólo hay chusma continental: haraganes y golfillas, representantes de la sinvergonzonería europea de alta alcurnia de la época. El ansia por conseguir dinero fácil se disfraza de noble desdén. Hasta que la turbación generada por una joven rusa hace saltar por los aires las relaciones de todos.
Ruina, demencia, odio, engaño y desengaño son sólo algunas de las explosivas turbulencias que un hombre, Alexei Ivanovich, desencadena en un paraíso cogido con alfileres. En el proceso, afloran algunas de las más agudas reflexiones del genial Fiodor M. Dostoievski, las cuales hoy provocarían a buen seguro más de una queja ante las representaciones diplomáticas de media Europa.

EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE - Mark Haddon

En el colegio tenemos un estanque con ranas, que están allí para que aprendamos a tratar a los animales con cariño y respeto, porque algunos de los niños del colegio son muy malos con los animales y creen que es divertido aplastar gusanos o tirar piedras a los gatos.

Y algunos años hay montones de ranas en el estanque, y algunos años hay muy pocas. Y si hicieras un gráfico de cuántas ranas había en el estanque tendría este aspecto (pero ese gráfico es lo que se llama "hipotético", que significa que las cifras no son cifras reales, sino que sólo es una ilustración:


Y si mirases el gráfico podrías pensar que en 1987 y 1988 y 1989 y 1997 hizo un invierno realmente frío, o que había una garza real que venía a comerse montones de ranas (a veces hay una garza real que viene y trata de comerse las ranas, pero hay una tela metálica sobre el estanque que lo impide).

Pero a veces no tiene nada que ver con inviernos fríos o gatos o garzas. A veces son tan solo matemáticas. He aquí una fórmula para una población de animales:




Y en esa fórmula representa la densidad de población. Cuando la población es lo más grande que puede llegar a ser. Y cuando la población se ha extinguido. es la población en un año, y  es la población en el año anterior. Y  es lo que se llama una constante. Cuando   es menor que 1, la población es cada vez más pequeña y se extingue. Y cuando   está entre 1 y 3, la población crece y después se estabiliza. [...] Y cuando   está entre 3 y 3,57 la población sigue ciclos. Pero cuando   es mayor que 3,57 la población se vuelve caótica como en el primer gráfico.

Eso lo descubrieron Robert May y George Oster y Jim Yorke. Y significa que a veces las cosa son tan complicadas que es imposible predecir qué va a pasar a continuación, pero en realidad obedecen unas reglas muy sencillas.

SINOPSIS


El curioso incidente del perro a medianoche es una novela que se parece a ninguna otra. Elegiada con entusiaso por autores consagrados como Oliver Sacks e Ian McEwan, ha merecido la aprobación masiva de los lectores en todos los países donde se ha publicado, además de galardones como el Premio Whtibread y el Premio de la Commonwealth al Mejor Primer Libro.

Su protagonista, Christopher Boone, es uno de los más originales que han surgido en el panorama de la narrativa internacional en los últimos años, y está destinado a convertirse en un héroe literario universal de la talla de Oliver Twist y Holden Caulfield. A sus quince años, Christhoper Boone, conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507 pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Le gustan las listas, los esquemas y la verdad, pero odia el amarillo, el marrón y el contacto físico. Si bien nunca ha ido solo más allá de la tienda de la esquina, la noche que el perro de la vecina aparece atravesado por un horcón, Christopher decide iniciar la búsqueda del culpable.

SÁBADO - Ian McEwan

Como aparentando normalidad, las luces de aterrizaje destellan. Pero el ruido del motor lo delata todo. [...]

Ya no piensa en despertara Rosalind [su mujer]. ¿Para qué despertarla por esta pesadilla? De hecho, el espectáculo posee el aura familiar de un sueño recurrente. Como la mayoría de los pasajeros, exteriormente sojuzgados por la monotonía del transporte aéreo, a menudo deja que sus pensamientos repasen las probabilidades mientras está sentado, atado y dócil, delante de una comida envasada. Al otro lado de la pare de acero fino y alegre plástico chirriante la temperatura es de sesenta grados bajo cero y la altitud de cuarenta mil pies sobre el suelo. Lanzado a través del Atlántico a una velocidad de ciento cincuenta metros por segundo, te sometes a esta locura porque todo el mundo lo hace. Los demás pasajeros están tranquilos porque tú y los que te rodean parecéis serenos. 
Si se mira de una determinada manera -muertes de pasajeros por milla-, las estadísticas confortan. ¿Y cómo, si no, asistir a una conferencia en el sur de California? El viaje aéreo es un mercado bursátil, un truco de percepciones reflejadas, una frágil alianza de fe colectiva; siempre que los nervios no se desquicien y no haya bombas ni piratas aéreos a bordo, todo el mundo prospera. Cuando falle algo, no habrá medias tintas. Visto de otra forma -muertes por trayecto-, los números no son tan buenos. El mercado podría derrumbarse. [...]

El avión pasa por detrás de las copas de los árboles. El fuego titila festiva, brevemente, entre las tramas grandes y pequeñas. Perowne da en pensar que debería hacer algo. Cuando los servicios de emergencia hayan tomado nota o transmitido su llamada, lo que tenga que ocurrir ya habrá pasado. Si está vivo, el piloto ya habrá avisado por radio. Quizás ya estén cubriendo de espuma la pista de aterrizaje. En esta etapa es inútil correr al hospital a ofrecer tu ayuda. Heathrow no figura en la zona de su plan de emergencia. En otro lugar, más al oeste, en dormitorios oscuros, personal médico se estará vistiendo sin saber qué ha sucedido. Faltan aún veinticuatro kilómetros de descenso. Si explotan los tanques de combustible no habrá salvación para los pasajeros.


SINOPSIS

Henry Perowne es un hombre feliz. Es un reconocido neurocirujano y está casado con Rosalind, una abogada de un importante periódico. Ambos disfrutan su trabajo, se quieren y quieren a sus hijos, un prometedor músico y una joven poeta. Es sábado, 15 de febrero de 2003, el día de las grandes manifestaciones contra la guerra de Irak. Henry se despierta, va hacia la ventana de su dormitorio y ve un avión en llamas que sobrevuela Londres muy bajo. Henry teme un accidente terrible, un ataque terrorista. Más tarde, escuchando la radio, sabrá que se trata de un aterrizaje forzoso. Y Henry volverá a dormir, y hará el amor con su mujer, y se irá luego a su partida de squash semanal. Pero la visión nocturna no ha sido sino el presagio de la realidad azarosa que irrumpirá en la plácida burbuja de su vida tan armoniosa...

miércoles, 12 de junio de 2013

EL ESCARABAJO DE ORO - Edgar Allan Poe

[Junto a los restos de un barco pirata, el protagonista encontró un pergamino con un mensaje lleno de signos:
( 5 3 ± ± + 3 0 5 ) ) 6 * ; 4 8 2 6 ) 4 ± . ) 4 ± ) ; 8 0 6 * ; 4 8 + 8 Ŋ 6 ...
Sospechó que indicaría la posición de un tesoro y se puso a descifrarlo.]

Signo 8 ; 4 ± ) * 5 6 ( + 1 0 9 2 : 3 ¿ Ŋ - .
Frecuencia 33 24 19 16 16 13 12 11 11 8 8 6 5 5 4 4 3 2 1

La letra más frecuente en un texto en inglés es la "e". Después, la serie es la siguiente: "a o i d h n r s t u y c f g l m w b k p q x z". La "e" predomina hasta el punto de que es raro hallar una frase de alguna longitud de la que no sea el carácter principal. Como el signo predominante es el "8", empezaremos por asignárselo a la "e" del alfabeto natural. [...] Ahora, de todas las palabras, "the" es la más usual; por tanto, debemos ver si está repetida una combinación de tres signos, siendo el último de ellos el "8". [...] Hay nada menos que siete combinaciones de los signos "; 4 8". Podemos, por tanto, suponer que ";" representa "t", "4" representa "h", y "8" representa "e".

Acabamos de fijar una sola palabra; pero ésta nos permite también descubrir algunos comienzos y finales de otras. Veamos, por ejemplo, el penúltimo caso en que aparece la combinación "; 4 8" casi al término del mensaje. Sabemos que el ";" que viene inmediatamente después es el comienzo de una palabra, y de los seis signos que siguen a ese "the", conocemos, por lo menos, cinco. Sustituyamos, pues, esos signos por las letras que representan, dejando un espacio para el desconocido: "t_eeth".

Probamos con el alfabeto completo para encontrar una letra que se pueda adaptar a ese hueco dando una palabra con sentido. Vemos que no existe. Por lo tanto debemos desechar el grup "th" como parte de esta palabra. Reduzcamos, pues, los signos a "t_ee".

Utilizando el alfabeto, si es preciso, como antes, llegamos a la palabra "tree" (árbol), como la única inteligible. Obtenemos así otra letra, la "r" representada por "(".

SINOPSIS

La vida de tres hombres, William Legrand, su fiel criado Júpiter y el propio narrador, está a punto de cambiar para siempre. Todo comienza con el hallazgo casual por Legrand, entomólogo aficionado, de un ejemplar de escarabajo de una especie desconocida hasta el momento.
El hallazgo del escarabajo y las inquietantes supersticiones de Júpiter impregnan los comienzos del relato, creando un ambiente de extrañeza y de misterio. Ciertamente, el desconcertante comportamiento de Legrand no contribuye a despejar el desasosiego que rezuma la historia. ¿Se ha vuelto loco, como sospechan sus amigos? Tras un inesperado giro de los acontecimientos, la narración cambia por completo, se vuelve analítica y racional, casi matemática.


GÉNESIS - La Biblia


Los descendientes de Adán

[5:1] Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.
[5:2] Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.
[5:3] Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

[5:4] Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.
[5:5] Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.
[5:6] Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós.
[5:7] Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas.
[5:8] Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió.
[5:9] Vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán.
[5:10] Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas.
[5:11] Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió.
[5:12] Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel.
[5:13] Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas.
[5:14] Y fueron todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió.
[5:15] Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared.
[5:16] Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.
[5:17] Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.
[5:18] Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc.
[5:19] Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.
[5:20] Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.
[5:21] Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.
[5:22] Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.
[5:23] Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.
[5:24] Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.
[5:25] Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec.
[5:26] Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas.
[5:27] Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió.
[5:28] Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo;
[5:29] y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.
[5:30] Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas.
[5:31] Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió.
[5:32] Y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

SINOPSIS

El Génesis es el primer libro de la Torá (La Ley o Pentateuco) y también el primer libro del Tanaj, la biblia hebrea (conocida por los cristianos como el Antiguo Testamento).
El Génesis encaja exactamente en la definición de libro histórico bíblico, recordando siempre que el término "histórico" no debe entenderse en el sentido que se otorga a la historiografía moderna. Esto es especialmente cierto para los capítulos sobre los orígenes y para la historia de los patriarcas.
Pero el Génesis también es lo siguiente:
  • Historia de familia: una larga serie de biografías, cronologías y genealogías de antepasados que se centran en los acontecimientos familiares despreciando los hechos políticos o religiosos. No sigue la sucesión de gobiernos sino la de los parientes.
  • Historia popular: Suele detenerse en minucias argumentales que pueden interesar al pueblo llano y frecuentemente omite hechos que parecen esenciales a los historiadores modernos.
  • Historia religiosa: Todo lo narrado es visto bajo el criterio de que es consecuencia de la acción directa de Yahweh, el Dios único, que interviene incuestionablemente en todos y cada uno de los momentos decisivos. Además, todos los hechos se agrupan y se explican en función de postulados teológicos destinados a probar una u otra tesis religiosas.
A pesar de estas precisiones, el Génesis da toda la impresión de narrar -en la historia de los patriarcas- hechos que fueron o semejan ser reales, dando unas muy vívidas imágenes del origen y migraciones del pueblo hebreo, de sus raíces étnicas y lingüísticas y de sus estructuras morales, sociales y culturales.

martes, 11 de junio de 2013

LA PROBABILIDAD ESTADÍSTICA DEL AMOR A PRIMERA VISTA - Jennifer E. Smith



Podía haber salido de mil maneras distintas.

Por ejemplo, si no se hubiera olvidado el libro, no habría tenido que volver a entrar corriendo en casa mientras su madre la esperaba fuera con el coche en marcha, mientras del tubo de escape salía una nube de humo que se fundía con el calor del atardecer.

O incluso antes. Si no hubiera esperado hasta el último momento para probarse el vestido, entonces se habría dado cuenta antes de que los tirantes eran demasiado largos y su madre no habría tenido que sacar su viejo costurero y convertido la encimera de la cocina en una mesa de operaciones en un intento desesperado por salvar la vida a aquel triste trozo de tela color lavanda en el último minuto.


O más tarde: si no se hubiera cortado con el papel mientras imprimía su billete, si no hubiera perdido el cargador del móvil, si no hubiera habido atasco en la carretera al aeropuerto. Si no se hubieran pasado el desvío o no se hubiera hecho un lío con las monedas en el peaje y estas no se hubieran caído debajo del asiento mientras los conductores de detrás protestaban haciendo sonar el claxon.

Si la rueda de la maleta no hubiera estado torcida.

Si se hubiera dado un poco más de prisa en llegar a la puerta de embarque.

Aunque tal vez habría dado lo mismo.

Tal vez hacer recuento de todos los retrasos de aquel día era inútil, porque si no alguna de esas, habría sido cualquier otra cosa: el tiempo en el Atlántico, lluvia en Londres, nubes que amenazan tormenta en Nueva York durante una hora antes de proseguir su camino. Hadley no cree demasiado en cosas como el destino o la fatalidad, pero lo cierto es que tampoco ha creído nunca demasiado en la puntualidad de las líneas aéreas.

Y de todas maneras, ¿cuántos aviones despegan a su hora?

Nunca en su vida ha perdido un vuelo. Ni una sola vez.

Pero cuando esta tarde llega por fin a la puerta de embarque se encuentra a los auxiliares de vuelo cerrando el acceso y apagando los ordenadores. El reloj de la pared marca las 18.48 y justo detrás de la ventana puede verse el avión como una gigantesca fortaleza de metal; por la expresión de las caras de los presentes queda claro que nadie más va a embarcar.

Ha llegado cuatro minutos tarde, lo que, bien pensado, no parece mucho; una pausa para la publicidad, el descanso entre dos clases, el tiempo que lleva calentar un plato precocinado en el microondas. Cuatro minutos no es nada. Todos los días en todos los aeropuertos del mundo hay personas que suben al avión en el último momento, jadeando cuando colocan su equipaje en los compartimentos superiores y se dejan caer en sus asientos con un suspiro de alivio mientras el aparato enfila la pista de despegue rumbo al cielo.

Pero no Hadley Sullivan, que suelta distraída su mochila mientras permanece de pie junto al ventanal, mirando al avión alejarse de la rampa con forma de acordeón, los motores de las alas rotando cuando se dirige hacia la pista de despegue sin ella.

Al otro lado del océano, su padre está haciendo el último brindis y los empleados del hotel pulen con guantes blancos la plata para el banquete de mañana. Detrás de ella, el chico que tiene el asiento 18 C para el siguiente vuelo a Londres se está comiendo un donuts glaseado, ajeno a la mancha de azúcar que este ha dejado en su camisa azul.

Hadley cierra los ojos solo un instante y cuando los vuelve a abrir el avión ha desaparecido.

¿Quién habría imaginado que cuatro minutos lo cambiarían todo?


SINOPSIS

¿Desde cuándo son puntuales los aviones a la hora de despegar?

Hadley ha llegado cuatro minutos tarde, lo que, bien pensado, no parece mucho: una pausa para la publicidad, el descanso entre dos clases, el tiempo que lleva calentar un plato precocinado en el microondas. Cuatro minutos no son nada.

Cierra los ojos solo un instante y, cuando los vuelve a abrir, el avión ha desaparecido.

Los caprichos del destino y las casualidades de la vida son el motor de esta conmovedora novela sobre lazos familiares, segundas oportunidades y primeros amores. Desarrollada a lo largo de 24 horas, la historia de Hadley y Oliver nos convence de que el amor verdadero puede aparecer en nuestras vidas cuando menos lo esperamos.


lunes, 10 de junio de 2013

NÚMEROS - Juan José Millás

El pin del móvil y el puk del módem, la contraseña de iTunes, el teléfono fijo de mamá, el prefijo de Asturias, la clave de acceso al cajero automático, la matrícula del coche, el número del DNI, la inflación interanual, el producto interior bruto, el diferencial de la deuda, la talla de los pantalones y la ropa interior, las dimensiones de la pena, los 31 días de enero y los 28 de febrero, tu cumpleaños, nuestro aniversario y el del fallecimiento de papá, el tiempo de cocción del huevo duro y la caducidad del yogur, las cucharadas diarias de jarabe, la cantidad de sal, el valor de referencia de la urea, las pulsaciones por minuto, la temperatura del microondas, las horas de insomnio, la línea 5 del metro y el vía crucis de las 12 estaciones, los dígitos de la hipoteca, el IVA, el IRPF, el Euríbor, el tanto por ciento de descuento, los puntos de la tarjeta de Iberia, la hora de entrada, la numerología china, los honorarios del dentista, los dedos de la mano, los pelos de la cabeza (pocos), los pares de calcetines, la cuenta del supermercado, el cuentakilómetros, el cuentarrevoluciones, el contador del gas, de la luz, las páginas de Anna Karenina, los volúmenes de la enciclopedia Espasa, el limitador de velocidad, los metros cuadrados construidos y los hábiles, los cuartos de baño, los puntos de luz, el salario bruto y el líquido, los años de cotización, el tiempo de carencia, la tercera temporada de Mad Men, la cuarta de El ala Oeste de la Casa Blanca, la quinta de Los Soprano, el control del peso, el podómetro, el metrónomo, los litros de agua consumidos, los goles del domingo, el porcentaje de seguimiento de la huelga según los sindicatos, según la policía, según el Gobierno, la patronal o Dios, el décimo de Navidad (que acabe en 7), la indemnización por año trabajado. Y la sala 10 del tanatorio, por ejemplo.

El País, 1 de octubre de 2010

martes, 4 de junio de 2013

LOS VIAJES DE GULLIVER - Jonathan Swift


Había enviado yo tantos memoriales y tantas solicitudes en demanda de libertad, que Su Majestad, por fin, llevó el asunto primero al Gabinete y luego al Consejo pleno, donde nadie se opuso, excepto Skyresh Bolgolam, quien se complacía, sin que yo le diese motivo alguno, en ser mi mortal enemigo. Pero fue aprobado, en contra de su voluntad, por toda la Junta, y confirmado por el emperador. [...] Estos artículos me fueron presentados por Skyresh Bolgolam en persona, acompañado de los subsecretarios y varias personas significadas. Una vez que me fueron leídos, se me propuso que jurase su cumplimiento, primero a la usanza de mi propio país y luego según el procedimiento descrito por las leyes de allá, y que consistió en sostenerme en alto el pie derecho con la mano izquierda, al tiempo que me colocaba el dedo medio de la mano derecha en la coronilla y el pulgar en la punta de la oreja derecha. [...] Pero como el lector puede que sienta curiosidad por tener una idea del estilo y modo de expresión peculiar de este pueblo, así como por conocer los artículos en virtud de los cuales recobré la libertad, he hecho la traducción de todo el documento, palabra por palabra, tan fielmente como he podido, y quiero sacarlo a luz en este punto:

«Golbasto Momaren Evlame Gurdilo Shefin Mully Ully Gue, muy poderoso emperador de Liliput, delicia y terror del universo, cuyos dominios se extienden cinco mil blustrugs -unas doce millas en circunferencia hacia los confines del globo; monarca de todos los monarcas, más alto que los hijos de los hombres, cuyos pies oprimen el centro del mundo y cuya cabeza se levanta hasta tocar el Sol; cuyo gesto hace temblar las rodillas de los príncipes de la tierra; agradable como la primavera, reconfortante como el verano, fructífero como el otoño, espantoso como el invierno. Su Muy Sublime Majestad propone al Hombre-Montaña,recientemente llegado a nuestros celestiales dominios, los artículos siguientes, que por solemne juramento él viene obligado a cumplir:

»Primero. El Hombre-Montaña no saldrá de nuestros dominios sin una licencia nuestra con nuestro gran sello.

»Segundo. No le será permitido entrar en nuestra metrópoli sin nuestra orden expresa. Cuando esto suceda, los habitantes serán avisados con dos horas de anticipación para que se encierren en sus casas.

»Tercero. El citado Hombre-Montaña limitará sus paseos a nuestras principales carreteras, y no deberá pasearse ni echarse en nuestras praderas ni en nuestros sembrados.

»Cuarto. Cuando pasee por las citadas carreteras pondrá el mayor cuidado en no pisar el cuerpo de ninguno de nuestros amados súbditos, así como sus caballos y carros, y en no coger en sus manos a ninguno de nuestros súbditos sin consentimiento del propio interesado.

»Quinto. Si un correo requiriese extraordinaria diligencia, el Hombre-Montaña estará obligado a llevar en su bolsillo al mensajero con su caballo un viaje de seis días, una vez en cada luna, y, si fuese necesario, a devolver sano y salvo al citado mensajero a nuestra imperial presencia.

»Sexto. Será nuestro aliado contra nuestros enemigos de la isla de Blefuscu, y hará todo lo posible por destruir su flota, que se prepara actualmente para invadir nuestros dominios.

»Séptimo. El citado Hombre-Montaña, en sus ratos de ocio, socorrerá y auxiliará a nuestros trabajadores, ayudándoles a levantar determinadas grandes piedras para rematar el muro del parque principal y otros de nuestros reales edificios.

»Octavo. El citado Hombre-Montaña entregará en un plazo de dos lunas un informe exacto de la circunferencia de nuestros dominios, calculada en pasos suyos alrededor de la costa.

»Noveno. Finalmente, bajo su solemne juramento de cumplir todos los anteriores artículos, el citado Hombre-Montaña dispondrá de un suministro diario de comida y bebida suficiente para el mantenimiento de 1.724 de nuestros súbditos, y gozará libre acceso a nuestra real persona y otros testimonios de nuestra gracia. Dado en nuestro palacio de Belfaborac, el duodécimo día de la nonagésimaprimera luna de nuestro reinado.»

Juré y suscribí estos artículos con gran contento y alborozo, aun cuando algunos no eran tan honrosos como yo podía haber deseado, lo que procedía enteramente de la mala voluntad de Skyresh Bolgolam, el gran almirante. Inmediatamente después me soltaron las cadenas y quedé en completa libertad.

[...]

El lector habrá podido advertir que en el último artículo dictado para el recobro de mi libertad estipula el emperador que me sea suministrada una cantidad de comida y bebida bastante para el mantenimiento de 1.724 liliputienses. Pregunté algún tiempo después a un amigo mío de la corte cómo se les ocurrió fijar ese número precisamente, y me contestó que los matemáticos de Su Majestad, habiendo tomado la altura de mi cuerpo por medio de un cuadrante, y visto que excedía a los suyos en la proporción de doce a uno, dedujeron, tomando sus cuerpos como base, que el mío debía contener, por lo menos, mil setecientos veinticuatro de los suyos, y, por consiguiente, necesitaba tanta comida, como fuese necesaria para alimentar ese número de liliputienses. Por donde puede el lector formarse una idea del ingenio de aquel pueblo, así como de la prudente y exacta economía de tan gran príncipe.
SINOPSIS

Los viajes de Gulliver (1726), aparecido como obra anónima siete años después del Robinson Crusoe de Defoe, cuenta los fantásticos viajes del cirujano y capitán de barco Lemuel Gulliver tras su naufragio en una isla perdida. Pronto Gulliver descubrirá que la isla está habitada por una increíble sociedad de seres humanos de tan solo seis pulgadas de estatura, los liliputienses, engreidos y vanidosos ciudadanos de Liliput. En un segundo viaje Gulliver descubre Brodbingnag, una tierra poblada por hombres gigantes, de gran capacidad práctica, pero incapaces de pensamientos abstractos. En su tercer viaje va a parar a la isla volante de Laputa, cuyos habitantes son científicos e intelectuales, ciertamente pedantes, obsesionados con su particular campo de investigación pero totalmente ignorantes del resto de la realidad.

LOS VIAJES DE GULLIVER - Jonathan Swift


Esta resolución quizá parezca temeraria, y estoy cierto de que no sería imitada por ningún príncipe de Europa en caso análogo; sin embargo, a mi juicio, era en extremo prudente, al mismo tiempo que generosa. Suponiendo que esta gente se hubiera arrojado a matarme con sus lanzas y sus flechas mientras dormía, yo me hubiese despertado seguramente a la primera sensación de escozor, sensación que podía haber excitado mi cólera y mi fuerza hasta el punto de hacerme capaz de romper los cordeles con que estaba sujeto, después de lo cual, e impotentes ellos para resistir, no hubiesen podido esperar merced.


Estas gentes son excelentísimos matemáticos, y han llegado a una gran perfección en las artes mecánicas con el amparo y el estímulo del emperador, que es un famoso protector de la ciencia. Este príncipe tiene varias máquinas montadas sobre ruedas para el transporte de árboles y otros grandes pesos. Muchas veces construye sus mayores buques de guerra, de los cuales algunos tienen hasta nueve pies de largo, en los mismos bosques donde se producen las maderas, y luego los hace llevar en estos ingenios tres o cuatrocientas yardas, hasta el mar. Quinientos carpinteros e ingenieros se pusieron inmediatamente a la obra para disponerla mayor de las máquinas hasta entonces construida. Consistía en un tablero levantado tres pulgadas del suelo, de unos siete pies de largo y cuatro de ancho, y que se movía sobre veintidós ruedas. Los gritos que oí eran ocasionados por la llegada de esta máquina, que, según parece, emprendió la marcha cuatro horas después de haber pisado yo tierra. La colocaron paralela a mí; pero la principal dificultad era alzarme y colocarme en este vehículo. Ochenta vigas, de un pie de alto cada una, fueron erigidas para este fin, y cuerdas muy fuertes, del grueso de bramantes, fueron sujetas con garfios a numerosas fajas con que los trabajadores me habían rodeado el cuello, las manos, el cuerpo y las piernas. Novecientos hombres de los más robustos tiraron de estas cuerdas por medio de poleas fijadas en las vigas, y así, en menos de tres horas, fui levantado, puesto sobre la máquina y en ella atado fuertemente. Todo esto me lo contaron, porque mientras se hizo esta operación yacía yo en profundo sueño, debido a la fuerza de aquel medicamento soporífero echado en el vino. Mil quinientos de los mayores caballos del emperador, altos, de cuatro pulgadas y media, se emplearon para llevarme hacia la metrópolis, que, como ya he dicho, estaba a media milla de distancia.
SINOPSIS

Los viajes de Gulliver (1726), aparecido como obra anónima siete años después del Robinson Crusoe de Defoe, cuenta los fantásticos viajes del cirujano y capitán de barco Lemuel Gulliver tras su naufragio en una isla perdida. Pronto Gulliver descubrirá que la isla está habitada por una increíble sociedad de seres humanos de tan solo seis pulgadas de estatura, los liliputienses, engreidos y vanidosos ciudadanos de Liliput. En un segundo viaje Gulliver descubre Brodbingnag, una tierra poblada por hombres gigantes, de gran capacidad práctica, pero incapaces de pensamientos abstractos. En su tercer viaje va a parar a la isla volante de Laputa, cuyos habitantes son científicos e intelectuales, ciertamente pedantes, obsesionados con su particular campo de investigación pero totalmente ignorantes del resto de la realidad.