tag:blogger.com,1999:blog-58548973494802866412024-03-05T22:02:46.398+01:00LECTURAS MATEMÁTICASLas Matemáticas están presentes en la Naturaleza, la Tecnología, la Ciencia,... y también en la Literatura.
En este blog puedes encontrar una muestra de fragmentos de libros en los que se hace referencia a las Matemáticas.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/08168310124663139344noreply@blogger.comBlogger281125tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-48012656694057113032018-09-19T19:18:00.001+02:002018-09-19T19:18:25.829+02:00LA SALA 77 - Sam Baker<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>—Profesora, si la información que tengo no está equivocada usted es licenciada en humanidades ¿verdad?</i></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Así es, comisario —afirmó mirándole con gesto preocupado.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Bien, en ese caso quizá pueda contarnos algo acerca del símbolo que ese hombre tiene grabado en su pecho. Algo que nos ayude a descubrir qué significado puede tener para la persona que lo ha asesinado.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Margaux se reclinó sobre el respaldo del banco sorprendida por la petición que le estaba haciendo. En aquel momento sentía que su cabeza estaba completamente bloqueada, incapaz de centrarse en algo que no fuera tratar de comprender por qué ellos se veían envueltos en una situación como aquella. Aún así, hizo un gran esfuerzo por tratar de responderle lo mejor que pudo.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—En realidad, comisario, es muy difícil contestar a esa pregunta del modo que usted está buscando —inició insegura—. Esa espiral que le han marcado en el pecho es uno de los símbolos más utilizados por las distintas civilizaciones a lo largo de la historia. Siempre se ha utilizado con un fin decorativo como en las columnas de los templos griegos, por ejemplo, que es de donde seguramente a ustedes les suene.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Milanelli notó la dificultad con la que la profesora Margaux estaba respondiendo aquella pregunta, de modo que se llevó la mano derecha a la boca e hizo un ligero ronroneo que no pasó desapercibido para Chavrier.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Desea añadir alguna cosa, profesor?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—En realidad sí, comisario —respondió satisfecho de comprobar que había conseguido su objetivo—. Verán, dentro de las matemáticas la espiral tiene un significado algo diferente del que nos está exponiendo la profesora. Creo además, que se trata de un significado mucho más concreto, y dada la situación en la que nos encontramos, tal vez sea más interesante.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Ahora todos le escuchaban atentamente.</i></div>
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<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—La espiral ha sido desde el principio de los tiempos uno de los enigmas que más nos ha fascinado a los matemáticos y muchos han sido los que han intentado encontrar una ecuación que les permitiera establecer su trayectoria y su longitud. Arquímedes en el siglo III a. C. fue el primero en proponer una ecuación cartesiana que la describiera. Muchos siglos después, otros científicos como Descartes, Torricelli o Bernoulli, utilizaron el cálculo infinitesimal para estudiarla a la vez que describieron nuevos tipos de espirales como la logarítmica de Descartes, la áurea de Durero o la espiral parabólica de Fermat.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i>El comisario y Sanoir le miraban sin comprender.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i>—No entiendo a dónde quiere ir a parar, profesor —dijo molesto Chavrier.</i></div>
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<i><br /></i></div>
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<i>—Tenga paciencia, comisario —contestó Milanelli—. El caso es que su querido René Descartes dedicó gran parte de su trabajo a estudiar la espiral uniforme descrita por Arquímedes para intentar dar solución al problema que su colega Galileo Galilei propuso sobre la trayectoria de caída de los cuerpos debida al movimiento de rotación de la tierra.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Al terminar, Milanelli les miró con una gran sonrisa dibujada en su rostro. Sanoir observó con extrañeza a Chavrier que no dejaba de mirar fijamente al profesor.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
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<i>—¿Y bien?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Se lo acabo de decir, comisario. Galileo es la respuesta que explica por qué ese hombre lleva ese símbolo grabado en el pecho.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Campbell, que hasta entonces había escuchado atentamente las explicaciones de los dos profesores, se dirigió a ellos sin estar completamente seguro de lo que estaba a punto de decir.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
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<i>—En realidad —comenzó dubitativo— creo que lo que nos está queriendo decir el profesor con esa historia de Galileo y Descartes es que la espiral podría reflejar metafóricamente una trayectoria. En este caso una trayectoria vertical.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Campbell era consciente de que Chavrier y Sanoir estaban percibiendo la poca convicción que transmitían sus palabras. En cualquier caso, ya era demasiado tarde para dar marcha atrás.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Como bien ha dicho la profesora, la espiral es un símbolo que ha estado presente en muchas civilizaciones diferentes a lo largo de la historia.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>SINOPSIS</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHC_qRnNHaxNITdNKXaMCF1TLhPbamo-0ebvETuAruhkVit9Kg0-p41uYuuUHa1oIb4vDwzfakdCw_6celDAmRbKUCuy2NoQm9NxpGqmJg77Q6DDDJbc5JOJo2ljZnMkvuk507QWL-YmU/s1600/la+sala+77+sam+baker.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="334" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHC_qRnNHaxNITdNKXaMCF1TLhPbamo-0ebvETuAruhkVit9Kg0-p41uYuuUHa1oIb4vDwzfakdCw_6celDAmRbKUCuy2NoQm9NxpGqmJg77Q6DDDJbc5JOJo2ljZnMkvuk507QWL-YmU/s320/la+sala+77+sam+baker.jpg" width="213" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
París, 12 de junio de 2013, 17:00 horas. El hijo del presidente de la República Francesa, Jean Marie Deneux, ha desaparecido. El departamento de seguridad de la policía nacional recibe una grabación donde se le puede ver amordazado y con los ojos vendados. Junto a esa grabación, también reciben una sencilla carta en la que figuran los nombres de tres profesores universitarios, Emilie Margaux, James Campbell y Fabricio Milanelli. El jefe del departamento, el comisario Laurent Chavrier, junto con el jefe del servicio secreto, Jean Paul Sanoir, deciden trasladar a París a los tres profesores y reunirles en el Palacio del Elíseo antes de medianoche.</div>
<div style="text-align: justify;">
A su llegada, los profesores descubrirán la verdadera razón por las que se les ha trasladado a París y se verán atrapados en una situación en la que el máximo responsable del servicio secreto quiere incriminarles. Sorprendidos por el repentino giro que sufren sus vidas en pocas horas, los tres profesores aceptan colaborar con la policía para intentar descubrir el paradero del hijo del presidente. A lo largo de toda la noche, se verán inmersos en el macabro juego que los secuestradores han organizado. Cada uno de ellos irá descubriendo, poco a poco, cuál es la razón por la que su nombre figuraba en la carta recibida por la policía. La profesora Margaux y el profesor Campbell tendrán que utilizar todo su conocimiento en arte e historia para resolver los problemas que los secuestradores les van planteando. El profesor Milanelli, catedrático de cálculo infinitesimal, será, por su parte, la pieza clave para intentar descubrir el paradero del hijo del presidente y el primero en darse cuenta de que lo que está ocurriendo esa noche en París va mucho más allá de un simple secuestro.</div>
<div style="text-align: justify;">
Con el museo del Louvre como epicentro y ayudados por los inspectores Paccaud y Bingleau, los tres profesores, Chavrier y Sanoir se verán inmersos en una frenética búsqueda contrarreloj donde se entrelazan las historias contenidas en algunos de los cuadros más importantes del Louvre con los edificios más emblemáticos de la ciudad como la catedral de Notre Dame, el Panteón y la basílica del Sagrado Corazón en busca de la información necesaria para intentar salvar la vida de Deneux antes de que sea demasiado tarde.</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-90861608276241504072018-09-18T19:42:00.000+02:002018-09-18T19:42:05.426+02:00EL SECRETO DEL GAZPACHO - Gervasio Posadas<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>Finalmente apareció la escritora, con sólo una hora de retraso, lo que no era mucho si se comparaba con los humos que se daban otras divas. Era una mujer de unos treinta y pocos, muy rubia, con facciones muy lavadas y con unos ojos azules transparentes. Guapa pero un poco fría para los gustos de Rodrigo. Venía acompañada por un asistente, cruce entre proselitista de la Iglesia de la Cienciología (traje gris, camisa blanca, corbata azul estrecha) e hipermusculado de gimnasio de barrio.</i></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Como iban un poco justos de tiempo decidieron hacer la entrevista a la vez que la maquillaban y le hacían las pruebas de vestuario. Carmen J. White se acomodó en una silla de tijera mientras a su alrededor se arremolinaba la gente. Rodrigo se presentó en inglés y se sentó en otra silla a su lado. Ella sonrió, le dijo las habituales frases de cortesía americanas y se mostró aliviada de que la entrevista fuera en su idioma.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Instyle: El número de oro es una de las mayores sorpresas editoriales de los últimos tiempos. Una autora novel, una profesora de matemáticas de una pequeña universidad del Midwest americano escribe un libro y vende millones de ejemplares.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Carmen J. White: En contra de lo que les pasa a otros escritores, yo creo en la intuición de los lectores. Ellos han sabido apreciar un libro que les aclara enigmas que siempre han llamado su atención, que les habla con un lenguaje de hoy sobre el saber de ayer, de los sabios de la antigua Grecia, de la evolución de sus ideas, y que, por otro lado , les plantea problemas de nuestro mundo actual.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I.: La Atlántida, las grandes catedrales, los códigos numéricos antiguos, Pitágoras, la filosofía griega. Este libro ha debido suponer un gran esfuerzo de imaginación y documentación para combinar todos estos temas.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>C. J. W.: De investigación, principalmente. Humildemente y sin buscar comparaciones, puedo acudir a aquella frase de lsaac Newton: “Si he podido ver más allá que otros es porque me levanté sobre hombros de gigantes”.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I.: ¿ Quiere usted decir que se ha basado en hechos históricos reales o en textos desconocidos?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>C. J. W. (tras darle un sorbito a un café que le acaban de poner): Es sorprendente la cantidad de información que se encuentra en los libros que los investigadores desdeñan o que toman al pie de la letra. Uno de los casos más evidentes es el de la Atlántida. En sus diálogos Timeo y Critias, Platón describe la Atlántida como una gran nación marítima, fabulosamente rica, situada junto a las Columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar), dominando el Mediterráneo entre Egipto y Toscana. En sus textos intercala hechos ciertos con otros ficticios, como el propio emplazamiento de esta civilización, que en realidad esconden códigos numéricos que nos proporcionan una información mucho más rica. Aquí nace mi historia, la aventura de Isabelle, mi protagonista. Lógicamente para escribir este relato me ha resultado muy útil mi formación matemática.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I.: ¿Cree usted que realmente existió la Atlántida?</i></div>
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<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>C. J. W.: Creo que la existencia de la Atlántida como civilización, no como continente, es irrefutable. Así lo demuestran la infinidad de intercambios precolombinos entre América y Europa, las extraordinarias concordancias lingüísticas entre algunos pueblos americanos, como los anahuac y los chachapoyas, los pueblos mediterráneos semíticos, o las increíbles similitudes entre las pirámides de Egipto y las del otro lado del océano. Sin ir mas lejos, recientemente se han descubierto en el Levante español, cerca de Benidorm, inscripciones cuyo origen parece ser americano. El problema es que los historiadores que han investigado el tema han interpretado textualmente los escritos de Platón. De esta forma se ha llegado a confundir el supuesto continente «más grande que Libia y África juntas» con Tartessos, en el sur de España, con las islas Canarias o Madeira. En realidad, tal y como explico en el libro. La Atlántida es una parte de América del Sur. Platón sólo intenta proteger el secreto del emplazamiento exacto que se desvela de forma codificada en ciertos pasajes poco conocidos de Critias.</i></div>
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<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I.: Y supongo que en toda esta parte del código numérico es donde interviene Pitágoras.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>C. J. W. (un poco extrañada): Sí, tal como explico en mi libro, Platón, más allá de su relación con Sócrates, estaba fuertemente influido por las enseñanzas de Pitágoras. Incluso se dice que algunos de sus diálogos están plagiados de escritos pitagóricos. A pesar de que la mayoría de las personas identifican a este personaje con las matemáticas y la geometría por su famoso teorema, Pitágoras fue además un astrónomo y filósofo revolucionario que introdujo en Europa conceptos tan distintos como el estudio de las órbitas de los planetas o de las armonías musicales, además de otros muchos menos conocidos. Todas estas enseñanzas han influido de una forma muy poderosa en pensadores, artistas y científicos posteriores, tales como Descartes, Kepler o el propio Leonardo da Vinci, y han permanecido vivas gracias a un escogido grupo de iniciados.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I.: Sí, las sociedades secretas, que tanto juego dan en los libros.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>C. J. W. (algo mosqueada): Es difícil explicar la historia de nuestra civilización occidental sin la existencia de estas sociedades. Es evidente que han existido muchos grupos de falsarios, pero hay corrientes de pensamiento y conocimiento que fueron claramente custodiadas por personas seleccionadas a lo largo del tiempo hasta que la humanidad estuviera lista para asimilar este conocimiento.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I. : Y de ahí el título de El número de oro. Es el nombre de la sociedad secreta, ¿no?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>C. J. W. (muy mosqueada): ¡Es increíble! No sólo viene usted a entrevistarme sin haberse leído mi libro y sin enterarse de nada, sino que encima pretende que le destripe todo el argumento. ¿Qué pasa? ¿No ha hecho una entrevista en su puñetera vida?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Para su propia información, por su propia cultura general y sin que transcriba esta parte de la conversación le diré que el Número de Oro o la Proporción Áurea, como también se le llama, no es una secta sino una medida y un número. Es la relación proporcional que resulta de dividir dos trazos en partes desiguales, de manera que la relación que hay entre la sección menor y la mayor sea la misma que la que existe entre la mayor y el todo. Está representada por el número Φ = 1,618034.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I.: ¡Aaahhh! (Rodrigo era de letras y muy de letras. Le hablaban de esas cosas y se le ponía una tremenda cara de lerdo).</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>C. J. W.: La enorme mayoría de rectángulos son áureos, es decir, su base dividida por su altura es igual a Φ. Haga la prueba. Su carnet de identidad, la bandera de su país, casi todos los libros. Y no sólo eso, la proporción áurea se encuentra en muchísimos elementos de la naturaleza como las caracolas de mar, las espirales de los girasoles o los cristales de nieve.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I.: Ohhh.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>C. J. W.: También está presente en la construcción de las grandes catedrales y en la mayoría de las composiciones musicales de los compositores clásicos, y de algunos no tan clásicos. Esta Proporción es la que utiliza la protagonista de mi libro para resolver el enigma. Es un tema tan básico que hasta sale en el dichoso Código Da Vinci. Bueno, dicho todo esto, ¿tiene usted alguna pregunta inteligente que hacer?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>SINOPSIS</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio5puV44z7KL76OjbCvOjuTOf00SD1lrO2CUatSTQWEoNIhHKsarfQkwzPVh7-c74fGShiAOG97CXd5yI5Vt6HKgwepP6VuMn44vz0Z7-EmP_1Wa1C1GGPSY2QaVpbgwwv2pWkTXFvh2c/s1600/el+secreto+del+gazpacho+gervasio+posadas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1265" data-original-width="827" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio5puV44z7KL76OjbCvOjuTOf00SD1lrO2CUatSTQWEoNIhHKsarfQkwzPVh7-c74fGShiAOG97CXd5yI5Vt6HKgwepP6VuMn44vz0Z7-EmP_1Wa1C1GGPSY2QaVpbgwwv2pWkTXFvh2c/s320/el+secreto+del+gazpacho+gervasio+posadas.jpg" width="209" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Rodrigo Alonso, un publicitario de éxito que ha pasado ya la barrera de los cuarenta, ve que la edad de oro de la publicidad pertenece al pasado. Su crisis se agudiza y concluye con el abandono de la agencia en la que trabaja. Puede ser el inicio de una nueva vida, pero lo que no se espera de ningún modo este cuarentón recién liberado, que se concentra inútilmente en la escritura de un libro de autoayuda sobre el hombre de nuestro tiempo, es verse involucrado en una conspiración para dominar el mundo de una secta pitagórica que le confunde con la reencarnación de su mítico fundador. A partir de ese momento se ve envuelto en un torbellino de variadas desgracias y disparates. Para intentar librarse de este embrollo necesitará la ayuda del más variopinto grupo de colaboradores. Sátira de la publicidad, los libros de autoayuda, el ocultismo, el ligue cibernético, las novelas de enigma histórico con templarios y rosacruces y un sinfín de tendencias contemporáneas, esta novela encierra en sus páginas más humor que la más loca comedia y más aventuras que el más desenfrenado thriller.</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-38794539060411221762018-09-18T19:09:00.001+02:002018-09-18T19:09:06.168+02:00EL FRÍO MODIFICA LA TRAYECTORIA DE LOS PECES - Pierre Szalowki<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Boris Bogdanov era un apasionado de la topología o, mejor dicho, de una de sus disciplinas. La teoría de los nudos es una ciencia matemática compleja que permite explicar cosas muy simples de la vida. Cuando se tira del hilo de un ovillo de lana enmarañada, unas veces se deshace de golpe, otras veces se enreda aún más. Es como la vida: pequeños gestos pueden tener grandes consecuencias. Y a veces el mismo gesto no tiene el mismo efecto.</i></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<span style="font-style: italic;"><br /></span></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Los peces exóticos de Boris Bogdanov le permitían reflexionar sobre su nueva teoría. Un pez en un acuario siempre sigue el mismo recorrido, tira de su propio hilo. Lo desenrolla en función de la presencia de los demás peces, amigos o enemigos, en el acuario. Asimismo, debe modificar su camino ritual cuando llega un nuevo inquilino. Para Boris, estos itinerarios eran hilos que se anudaban y se desanudaban.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>—Tú no escoges tu camino, los demás lo hacen por ti.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Su tesis de doctorado estaba ahí, ante él, en un agua que mantenía a treinta y dos grados. Aquello era vital. Su supervivencia universitaria dependía de que siguiera a la misma temperatura. Si descendía, algunos peces podrían modificar su camino y echar por tierra toda la teoría defendida en su tesis.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Sus trabajos no habían dejado indiferente al presidente de la Sociedad Matemática de Canadá, con sede en Calgary, en Alberta, donde hace tanto frío.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>—Venga a vernos cuando termine con sus peces. ¡Las matemáticas térmicas serán un cambio para nosotros!</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>SINOPSIS</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD7_Uor_HkmYOmIRYAs_sNHh7HEd-3-KwPplySIXYmonM8Q9j0xt6ZJu7SSYUxkMR_Zd6IVu2iQaSduhEA4wzehhoVBYUL8PTFfLPIJTte-FROnJjIREHy2lcqSC5Nzn9hJrYe_UU_38o/s1600/el+frio+modifica+la+trayectoria+de+los+peces+Pierre+Szalowski.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="997" data-original-width="650" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjD7_Uor_HkmYOmIRYAs_sNHh7HEd-3-KwPplySIXYmonM8Q9j0xt6ZJu7SSYUxkMR_Zd6IVu2iQaSduhEA4wzehhoVBYUL8PTFfLPIJTte-FROnJjIREHy2lcqSC5Nzn9hJrYe_UU_38o/s320/el+frio+modifica+la+trayectoria+de+los+peces+Pierre+Szalowski.jpg" width="208" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Querido lector:A lo mejor le parece raro que le escriba una carta un niño de once años, pero los editores me han animado a que lo haga. Soy el protagonista de la novela El frío modifica la trayectoria de los peces (vaya título, ¿no?) Bueno, pues vivo en Quebec, y quería contarle que 1998 fue el peor y el mejor año de mi vida.Casi todos mis compañeros de clase tenían a los padres separados y como los míos seguían juntos, yo les parecía un bicho raro, pero a mí no me importaba. Yo era feliz. Hasta que un día mis padres me dijeron que iban a divorciarse. Entonces me enfadé muchísimo (y lloré mucho a escondidas) Nunca había estado tan enfadado y tan triste. ¿Qué podía hacer?Desesperado, miré por la ventana, y vi el cielo gris y negro, y se me ocurrió pedirle ayuda. Esa noche hubo una gran tormenta. Cuando me desperté toda la ciudad estaba cubierta por una espesa capa de hielo. Aquella tormenta iba a cambiar para siempre la vida de mi familia, y también la de mis vecinos.Esta historia se la conté al señor Pierre Szalowski, y él ha sabido escribirla muy bien. Los críticos de los libros han dicho que es un relato lleno de aire fresco, de ternura y de algo que ellos llaman optimismo. Yo sólo se que su lectura hace sentir bien y nos recuerda que, a veces, las situaciones inesperadas hacen que veamos todo diferente. Que nos veamos a nosotros mismos y a los que nos rodean de una manera distinta, como me pasó a mi en el año 1998.Por eso quiero que usted también lea este libro, porque creo que le hará sentir bien (como a mí).Adiós.Firmado: el niño protagonista de El frío modifica la trayectoria de los peces (en la novela nunca se dice mi nombre, vaya tontería)</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-68838251348104874562018-09-18T18:59:00.004+02:002018-09-18T18:59:56.847+02:00EL CUERPO Y LAS OLAS - Manuel Vicent<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Un tabique liviano separa las dos aulas del instituto: a la misma hora, en una de ellas se explica el misterio de la Santísima Trinidad y en la otra se da el teorema de Pitágoras. Las voces de los profesores de religión y de matemáticas a veces se entrecruzan, y cuando ambos callan, entonces desde el patio llega el canto de los pájaros. En una de las pizarras está dibujado un triángulo equilátero con el ojo divino que todo lo ve. El misterio de la Trinidad con siste en que Dios son tres personas distintas con una sola sustancia y también lo contrario. Los alumnos repiten de memoria este enigma teológico sin que su cerebro estalle. En la clase de matemáticas también se halla dibujada otra figura geométrica. El profesor la explica señalándola en la pizarra con el puntero: en el triángulo rectángulo el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos. Con el teorema de Pitágoras se han levantado ciudades en la Tierra y se han medido las distancias estelares que nos permiten mandar nuestras naves a las esferas celestes; en cambio, después de miles de años, el ojo de Dios, enjaulado en el triángulo equilátero, sigue produciendo lágrimas de sangre hasta anegar el curso de la Historia. Me pregunto qué habría pasado si, desde el principio, ese ojo de Jehová se hubiera instalado en el interior del triángulo rectángulo de Pitágoras. Tal vez el fanatismo que habría generado sería racional y matemático. Al terminar las clases los dos profesores se largan por el pasillo, uno cargando con la fe y otro con la razón. Infinidad de fieles se han degollado por la interpretación de una sola palabra teológica; los credos religiosos han causado innumerables matanzas, pero también las matemáticas han servido para que las armas sean inteligentes y puedan exterminar con un rigor implacable a gente inocente y anónima. El tabique que separa las aulas del instituto no tiene apenas consistencia y durante estos días de primavera es percutido de un lado por los dogmas y de otro por los axiomas, por el paraíso terrenal y el álgebra, por el Espíritu Santo y la trigonometría, por la resurrección de la carne y la raíz cuadrada, por el cielo y las ecuaciones, por el infierno y los quebrados. Ninguno de los dos profesores duda, pero si quedan callados, en medio de su silencio se oyen los chillidos de los pájaros que están furiosos de amor. Esos pájaros son también los de Bagdad que ahora se persiguen para amarse en las palmeras entre el fanatismo de la religión y el racionalismo de las armas, dos fuentes inagotables de sangre.</i></div>
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<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></i></div>
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<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>SINOPSIS</b></span></div>
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<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></i></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGbkvCv2NdVOzBkS7Q7NIgIhLgJUMUK0_dUZ7ucNxuTlP93W0N6B9S6to7gtPQ2eiSEyG-8Ql0-Hf-t5RwRGegKjndpPuzcUg5raW2NAyPAy1P6x9Zh6EHvczAxzsMI_rJ6TStciq2o-8/s1600/el+cuerpo+y+las+olas+manuel+vicent.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="488" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjGbkvCv2NdVOzBkS7Q7NIgIhLgJUMUK0_dUZ7ucNxuTlP93W0N6B9S6to7gtPQ2eiSEyG-8Ql0-Hf-t5RwRGegKjndpPuzcUg5raW2NAyPAy1P6x9Zh6EHvczAxzsMI_rJ6TStciq2o-8/s320/el+cuerpo+y+las+olas+manuel+vicent.jpg" width="203" /></a></div>
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Una vez más he caído en la tentación de darles una última oportunidad a las palabras que he escrito en el periódico antes de que se las lleve el viento. Uno espera que al convertirlas en libro suenen de otra forma y sorprendan al lector por un flanco inesperado. Tejer y destejer la manga del jersey de Penélope a lo largo de los días con un ovillo con el que juega el gato, en eso consiste en el fondo la literatura. Este libro contiene el fluido de la vida que uno ha visto pasar desde cualquier acera, a través de la ventanilla de un taxi, en la terraza de una cafetería o mirando al techo tumbado en el sofá. Pequeñas historias y sensaciones, balas perdidas que se han perdido en el mar. Día a día, ola a ola es como el cuerpo llega feliz a la orilla.</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-80715175224862307082016-11-30T17:57:00.000+01:002016-11-30T17:57:12.242+01:00SEGUNDO DIARIO MÍNIMO - Umberto Eco<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="display: inline !important;">
EL TEOREMA DE LOS OCHOCIENTOS COLORES</div>
</i></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
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(En colaboración con Angelo Fabbri)</div>
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<br /></div>
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Un interesantísimo problema de topología cromática se impuso a la atención de los lógicos de todo el mundo hacia principios de los setenta. Conocido como «el teorema del mapa de ochocientos colores», responde a la pregunta: «¿Es posible construir un mapa de Europa subdividido en estados separados, utilizando ochocientos colores diferentes de suerte que cada estado esté coloreado de forma diferente de otro y no haya dos estados adyacentes que presenten el mismo color?».</div>
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<br /></div>
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Los matemáticos interesados en la cuestión pensaban que sí, pero no estaban seguros. Dada la extrema dificultad de formalización, el instinto les aconsejaba efectuar pruebas empíricas. Sin embargo, la ardua tarea de encontrar pinturas al pastel o rotuladores de ochocientas tonalidades cromáticas diferentes contribuía a hacer la cuestión en extremo penosa.</div>
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<br /></div>
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En 1974, Martin Rendrag, un colega del profesor Nicolas Bourbaky, propuso un brillante método de numeración de los colores, sugiriendo una reformulación del teorema que reza más o menos así: «¿Es posible construir un mapa de Europa subdividido en estados separados y numerados de uno a ochocientos, de suerte que cada estado esté marcado por un número diferente y no haya dos estados adyacentes marcados con el mismo número?». Esta nueva formulación no hace sino aplazar a un momento sucesivo la coloración y, por lo tanto, no resuelve las dificultades cromáticas del problema, pero ofrece un punto de partida excelente para una solución racional de la cuestión.</div>
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<br /></div>
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A pesar de ello, ningún matemático consiguió resolver el teorema con lápiz y papel, hasta que, en 1979, un equipo capitaneado por el Dr. Göthe, del MIT, consiguió dar una solución teórica parcial basada en la reformulación de Rendrag: programando una máquina del Touring Club de Estados Finitos, el Dr. Göthe consiguió subdividir Europa en ochocientos estados numerables, de suerte que satisfacían los requisitos lógicos del problema. Para obtener este resultado fue necesario computar como estados independientes todos los departamentos franceses, los cantones suizos, las provincias italianas, incluidas Isernia y Oristano, y algunas comarcas españolas, como La Mancha y el Penedés, además de las islas Feroe, Cabrera y Lampedusa.</div>
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<br /></div>
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En este punto, el problema, enormemente simplificado, consiste en asignar a cada número un color y sólo uno. Las dificultades prácticas son evidentes: una vez enumerados una docena de colores seguramente diferentes entre sí, empiezan los problemas de denominación, de determinación y de comparación de los colores.</div>
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<br /></div>
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Después de haber intentado una solución racional, rigurosamente naturalista, basada en distinciones cromáticas tipo amarillo limón, amarillo leonado, amarillo pollito, verde guisante, verde esperanza, verde botella, verde esmeralda, verde lagartija, verde tabaco, blanco unicornio, etcétera, hubo que reconocer el fracaso del experimento: se descubrió, en efecto, que los limones varían de intensidad cromática hasta llegar a cambiar literalmente de color en concomitancia con una infinidad de factores, a menudo imponderables: clima, latitud, altitud sobre el nivel del mar, presión atmosférica, grado de maduración, estado de conservación, empleo de sustancias conservantes y muchos más. Y lo mismo sucedía con los pollitos, por no hablar de los guisantes, de las lagartijas y del tabaco.</div>
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<br /></div>
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Si encima se tiene en cuenta que algunos limones sicilianos presentan la misma idéntica gradación cromática que los pollitos portugueses, se verifica inmediatamente que el método cromático-naturalista para la nomenclatura de los colores no presenta ninguna credibilidad científica.</div>
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<br /></div>
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Es necesario, además, considerar que el mapa no puede ser consultado por individuos daltónicos, ni tampoco por algunos géneros y especies de animales, que presentan órganos visivos estructurados de forma particular, en concreto, asnos, pero también mulos y otros tipos de equinos.</div>
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<br /></div>
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Se ha propuesto adoptar una escala cromática estrictamente basada en las longitudes de onda de los espectros de la luz solar, de suerte que cada color resulte determinado inequívocamente por la medida y por la longitud de onda. De esa forma, bastaría sustituir cada uno de los ochocientos números del mapa por un número nuevo y luego verificar que no haya números adyacentes iguales.</div>
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<br /></div>
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Se desaconseja, también en este caso, efectuar pruebas empíricas, dada la dificultad de cotejar entre sí, de uno en uno, ochocientos números diferentes. Hasta hoy, no se ha dado una demostración completa y exhaustiva del teorema de los ochocientos colores: desgraciadamente, el problema queda abierto.</div>
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<br /></div>
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<b>SINOPSIS</b></div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPDSz1DOXOuzKRFZ7TJt6-RPHlOosbmeQxO-4MHLtaPfRLAmGzfV7w-fjANP7MtqoIOwfEKYilCELerxQv1654pVMZdm9vhbIFtJQixc4kOOoRqTQVo9NIUQhhX8h7FAu-sfet3dnXkhw/s1600/SEGUNDO+DIARIO+MINIMO.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPDSz1DOXOuzKRFZ7TJt6-RPHlOosbmeQxO-4MHLtaPfRLAmGzfV7w-fjANP7MtqoIOwfEKYilCELerxQv1654pVMZdm9vhbIFtJQixc4kOOoRqTQVo9NIUQhhX8h7FAu-sfet3dnXkhw/s320/SEGUNDO+DIARIO+MINIMO.jpg" width="210" /></a></div>
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Siguiendo la línea iniciada en 1963 con su Diario mínimo, Umberto Eco nos ofrece ahora una nueva selección de textos en los que mediante una ironía destructiva y a través de pastiches de diferentes géneros literarios, ataca, tanto al mundo académico, como a las necesidades de la vida cotidiana, entre las que se incluye el diseño de objetos y los intrincados laberintos de la burocracia.</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-35193270267219147612016-11-29T22:59:00.000+01:002016-11-29T22:59:32.858+01:00LAS RATAS - Miguel Delibes<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>Por San Dámaso, la señora Clo, la del Estanco, mandó razón al Nini y le condujo hasta la pocilga: —Tienta, hijo; ya está metido en arrobas, creo yo.</i></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
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El niño midió el marrano:</div>
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<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
—Tiene una cuarta de lomo —dijo.</div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
Pero llovía y nada se podía hacer. Para San Nicasio escampó, mas el Nini oteó el cielo y dijo:</div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
—Deje, señora Clo, todavía hay blandura. Hemos de aguardar a que el cielo arrase.</div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
Desde que tuvo uso de razón, el Nini siempre oyó decir que la señora Clo, la del Estanco, era la tercera rica del pueblo. Delante estaban don Antero, el Poderoso, y doña Resu, el Undécimo Mandamiento. Don Antero, el Poderoso, poseía las tres cuartas partes del término; doña Resu y la señora Clo sumaban, entre las dos, las tres cuartas partes de la cuarta parte restante y la última cuarta parte se la distribuían, mitad por mitad, el Pruden y los treinta vecinos del lugar. Esto no impedía a don Antero, el Poderoso, manifestar frívolamente en su tertulia de la ciudad que «por lo que hacía a su pueblo, la tierra andaba muy repartida». Y tal vez porque lo creía así, don Antero, el Poderoso, no se andaba con remilgos a la hora de defender lo suyo y el año anterior le puso pleito al Justito, el Alcalde, por no trancar el palomar en la época de sementera. Bien mirado, no pasaba año sin que don Antero, el Poderoso, armara en el pueblo dos o tres trifulcas, y no por mala fe, al decir del señor Rosalino, el Encargado, sino porque los inviernos en la ciudad eran largos y aburridos y en algo había de entretenerse el amo. De todos modos, por Nuestra Señora de las Viñas, la fiesta del pueblo, don Antero alquilaba una vaca de desecho para que los mozos la corriesen y apalearan a su capricho, y de este modo se desfogasen de los odios y rencores acumulados en sus pechos en los doce meses precedentes.</div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>SINOPSIS</b></div>
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<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwRkygLr2TzeYTtc-rN81nL775oq8YGGjoekR1XyAMFqTupTVMvHMJOhVCFV65autRkMr7zxdWnl0Nwvw5m6knysaUcuUpKT8T0LC9_VemJmLWbnDtShWAEfIjQYshICgWdK7K_Om2Rmo/s1600/LAS+RATAS.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwRkygLr2TzeYTtc-rN81nL775oq8YGGjoekR1XyAMFqTupTVMvHMJOhVCFV65autRkMr7zxdWnl0Nwvw5m6knysaUcuUpKT8T0LC9_VemJmLWbnDtShWAEfIjQYshICgWdK7K_Om2Rmo/s1600/LAS+RATAS.jpg" /></a></div>
<div>
Es una novela realista, de denuncia frente a las injusticias sociales. Trata la historia de un niño que lleva una vida miserable junto a su tío, viviendo en una cueva y alimentándose de ratas de agua, en un pueblo de Castilla.</div>
<div>
<div style="display: inline !important;">
Esta vida miserable, moldea y determina el futuro de los personajes, el Nini, el niño, trabajador, agradable y apreciado por el pueblo, y el Ratero, su tío, que no quiere abandonar su vida miserable y rechaza las propuestas de cambiar de vida propuesta por las autoridades, que presionan movidos por propios intereses.</div>
</div>
<div>
<div style="display: inline !important;">
Los paisajes son fundamentalmente urbanos, ya que se centra en el pueblo donde el Ratero, vende el producto de su caza, que pronto tenderá a extinguirse y deberá buscar otros recursos de subsistencia.</div>
</div>
</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-26397796594939601832016-11-28T18:10:00.001+01:002016-11-28T18:10:59.135+01:00EL PRINCIPITO - Antoine de Saint-Exupéry<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">El cuarto planeta estaba ocupado por un hombre de negocios. Este hombre estaba tan abstraído que ni siquiera levantó la cabeza a la llegada del principito. </i></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¡Buenos días! —le dijo éste—. Su cigarro se ha apagado. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Tres y dos cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres quince. ¡Buenos días! Quince y siete veintidós. Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo de encenderlo. Veintiocho y tres treinta y uno. ¡Uf! Esto suma quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Quinientos millones de qué? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones de... ya no sé... ¡He trabajado tanto! ¡Yo soy un hombre serio y no me entretengo en tonterías! Dos y cinco siete... </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Quinientos millones de qué? —volvió a preguntar el principito, que nunca en su vida había renunciado a una pregunta una vez que la había formulado. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>El hombre de negocios levantó la cabeza: </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Desde hace cincuenta y cuatro años que habito este planeta, sólo me han molestado tres veces. La primera, hace veintidós años, fue por un abejorro que había caído aquí de Dios sabe dónde. Hacía un ruido insoportable y me hizo cometer cuatro errores en una suma. La segunda vez por una crisis de reumatismo, hace once años. Yo no hago ningún ejercicio, pues no tengo tiempo de callejear. Soy un hombre serio. Y la tercera vez... ¡la tercera vez es ésta! Decía, pues, quinientos un millones... </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Millones de qué? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>El hombre de negocios comprendió que no tenía ninguna esperanza de que lo dejaran en paz. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Millones de esas pequeñas cosas que algunas veces se ven en el cielo. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Moscas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¡No, cositas que brillan! </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Abejas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—No. Unas cositas doradas que hacen desvariar a los holgazanes. ¡Yo soy un hombre serio y no tengo tiempo de desvariar! </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¡Ah! ¿Estrellas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Eso es. Estrellas. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Y qué haces tú con quinientos millones de estrellas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Quinientos un millones seiscientos veintidós mil setecientos treinta y uno. Yo soy un hombre serio y exacto. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Y qué haces con esas estrellas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Que qué hago con ellas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Sí. —Nada. Las poseo. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Que las estrellas son tuyas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Sí. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Yo he visto un rey que... </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Los reyes no poseen nada... Reinan. Es muy diferente. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Y de qué te sirve poseer las estrellas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Me sirve para ser rico. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Y de qué te sirve ser rico? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Me sirve para comprar más estrellas si alguien las descubre. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>"Este, se dijo a sí mismo el principito, razona poco más o menos como mi borracho". No obstante le siguió preguntando: </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Y cómo es posible poseer estrellas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿De quién son las estrellas? —contestó punzante el hombre de negocios. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—No sé. . . De nadie. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Entonces son mías, puesto que he sido el primero a quien se le ha ocurrido la idea. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Y eso basta? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Naturalmente. Si te encuentras un diamante que nadie reclama, el diamante es tuyo. Si encontraras una isla que a nadie pertenece, la isla es tuya. Si eres el primero en tener una idea y la haces patentar, nadie puede aprovecharla: es tuya. Las estrellas son mías, puesto que nadie, antes que yo, ha pensado en poseerlas. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Eso es verdad —dijo el principito— ¿y qué haces con ellas? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Las administro. Las cuento y las recuento una y otra vez —contestó el hombre de negocios—. Es algo difícil. ¡Pero yo soy un hombre serio! </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>El principito no quedó del todo satisfecho. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Si yo tengo una bufanda, puedo ponérmela al cuello y llevármela. Si soy dueño de una flor, puedo cortarla y llevármela también. ¡Pero tú no puedes llevarte las estrellas! </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Pero puedo colocarlas en un banco. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Qué quiere decir eso? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Quiere decir que escribo en un papel el número de estrellas que tengo y guardo bajo llave en un cajón ese papel. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¿Y eso es todo? </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—¡Es suficiente! </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>"Es divertido", pensó el principito. "Es incluso bastante poético. Pero no es muy serio". El principito tenía sobre las cosas serias ideas muy diferentes de las ideas de las personas mayores. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>—Yo —dijo aún— tengo una flor a la que riego todos los días; poseo tres volcanes a los que deshollino todas las semanas, pues también me ocupo del que está extinguido; nunca se sabe lo que puede ocurrir. Es útil, pues, para mis volcanes y para mi flor que yo las posea. Pero tú, tú no eres nada útil para las estrellas... </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>El hombre de negocios abrió la boca, pero no encontró respuesta. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>El principito abandonó aquel planeta. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>"Las personas mayores, decididamente, son extraordinarias", se decía a sí mismo con sencillez durante el viaje.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>SINOPSIS</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-8r1tErWIWC2o2iyjGUdsvEtEWHxaJHba3n1MOjdUU63BHn1rdCmCOGM7-qQ3OAZEiXEyl5Hsyr8SZSVahCWMador15QsKIdqdpXDB6qWop5P8OYDQmDCUU1P16wRh3DeOd3C5vjv-1E/s1600/EL+PRINCIPITO.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-8r1tErWIWC2o2iyjGUdsvEtEWHxaJHba3n1MOjdUU63BHn1rdCmCOGM7-qQ3OAZEiXEyl5Hsyr8SZSVahCWMador15QsKIdqdpXDB6qWop5P8OYDQmDCUU1P16wRh3DeOd3C5vjv-1E/s320/EL+PRINCIPITO.jpg" width="218" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
El principito es un cuento poético que viene acompañado de ilustraciones hechas con acuarelas por el mismo Saint-Exupéry. En él, un piloto se encuentra perdido en el desierto del Sahara después de que su avión sufriera una avería, pero para su sorpresa, es allí donde conoce a un pequeño príncipe proveniente de otro planeta. La historia tiene una temática filosófica, donde se incluyen críticas sociales dirigidas a la «extrañeza» con la que los adultos ven las cosas. Estas críticas a las cosas «importantes» y al mundo de los adultos van apareciendo en el libro a lo largo de la narración.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A pesar de que es considerado un libro infantil por la forma en la que se encuentra escrito, también posee observaciones profundas sobre la vida y la naturaleza humana. Esto se puede ejemplificar con el encuentro entre el principito y el zorro, quien le enseña el verdadero sentido de la amistad y la esencia de las relaciones humanas; de hecho, la esencia misma del libro se encuentra reflejada en el secreto que le obsequia el zorro al principito: «Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos». Asimismo, otras temáticas principales son expresadas a través de frases del zorro, tales como «Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado» y «El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante».</div>
</span><br />Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-24605213017679020292016-08-26T16:56:00.000+02:002016-08-26T16:56:18.850+02:00EN EL CORAZÓN DE LA CIUDAD LEVÍTICA - Baltasar Magro<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por lo que pudo deducir, posteriormente, en el texto del propio Herrera que había permanecido enterrado en los subterráneos del arzobispado toledano, el arquitecto, matemático, filósofo e ingeniero había reducido todas las figuras geométricas utilizadas por Raimundo Llull para alcanzar una especie de entendimiento racional de la Creación mediante formulaciones matemáticas —pienso, luego existo y, por lo tanto, existe Dios— a una sola: el cubo. Para Herrera, tal y como se comprobaba en las páginas amarillentas y bastante dañadas que había recogido Sebas a las puertas del horno incinerador, con el entendimiento del cubo se llegaba al entendimiento del Universo. «La matriz de existencia del cubo es el propio cubo —señalaba el arquitecto de Felipe II—, por ello nos lleva al nivel superior de la Creación con mayor perfección que cualquier otra figura o superficie.» </i></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<span style="font-style: italic;"><br /></span></div>
<i><div style="text-align: justify;">
<i>Consideraba Herrera al cubo como la raíz del Arte, especialmente cuando maneja volúmenes como en la arquitectura. La exaltación del cubo, explicaba Herrera, genera una arquitectura de expresión severa. «Ha de ser una arquitectura de planos, de escuadra y arista, de huecos rotundos, de geometría contundente; una arquitectura de la determinación y permanencia, una obra telúrica que brote del paisaje, al igual que los templos de la Antigüedad, aquí, y más allá de los océanos, cuya máxima expresión son las pirámides egipcias: la obra de arte como resultado de una operación mágica.» </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>En otro apartado del libro, exponía Herrera: «El cubo es fundamento de todo lo que existe porque la figura geométrica es el resultado de la triple operación sobre sí misma de una misma cantidad, lo que indica la profunda semejanza con la Trinidad y la Unidad Divina». La postura de Herrera se sustentaba en la filosofía de Llull y al igual que el maestro mallorquín concedía a las figuras geométricas una cualidad que permite entender tanto la realidad como la dimensión oculta de las cosas. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Evocaba don Jaime, en esos instantes, con la lectura del texto del arquitecto, la postura del maestro Llull, que él había analizado en otro tiempo, al considerar que por el número somos instruidos para no equivocarnos, la hermenéutica matemática permite alcanzar la verdad revelada: la ciencia del número como la clave para interpretar el mensaje divino. Era algo extraordinario. Llull destacaba los números que resultan de la triple operación de una misma cantidad, pues son reflejo de muchas cosas, tales como el nueve. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>De hecho, calculaba, el nueve incluso contiene al ángel caído. 6+6+6=18=1+8=9. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Nueve es divisible por tres, número perfecto que representa la Trinidad. Nueve fueron los caballeros enigmáticos que fundaron el Temple. Y nueve son los sabios y maestros rishis quienes, desde los tiempos remotos del rey hindú Asoka, protegen el conocimiento secreto para salvar la humanidad, y son mencionados como los Nueve Desconocidos, ya que a muy pocos, más allá de ellos mismos, les está permitido saber dónde se encuentran en cada generación. </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Por suerte, concluyó el veneciano tras una somera lectura del texto de Herrera, la mathesis, la matemática hermética del arquitecto deudor de Llull, sería, al menos, salvada para las gentes gracias a la intervención de su criado. Pero no dejaba de preguntarse por las maravillas que aún permanecerían dentro del archivo secreto y que él debía recuperar cuanto antes.</i></div>
</i></span><div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i><br /></i></span></div>
<div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>SINOPSIS</b></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilH57K1difv1fE2-YbVX-E7Q2cIe5_YraBZiTbHwHVmV8Ki5M2otX1y7r84x9nspU4sOdBIUtP4bkaQOSyPLChqy8IQhNrpiw8bV-g-PMIIvAsW_DqY3XdcQtssLXWvtMH9XttyNKXXwY/s1600/en+el+corazon+de+la+ciudad+levitica.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilH57K1difv1fE2-YbVX-E7Q2cIe5_YraBZiTbHwHVmV8Ki5M2otX1y7r84x9nspU4sOdBIUtP4bkaQOSyPLChqy8IQhNrpiw8bV-g-PMIIvAsW_DqY3XdcQtssLXWvtMH9XttyNKXXwY/s320/en+el+corazon+de+la+ciudad+levitica.jpg" width="213" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Un incendio destruye casi por completo un hermoso palacio que había sido utilizado por los nazis como cuartel general durante la ocupación de Bohemia. Nikolài Punin, un joven capitán del Ejército Rojo, descubre junto a los restos calcinados de la inmensa biblioteca una sala reservada que contiene manuscritos del siglo XVI que, al parecer, provienen de la ciudad española de Toledo. A partir de aquí, inesperadas y sorprendentes revelaciones nos trasladaran por el pasado y el presente hasta dar con la respuesta de cómo llegaron al hermoso palacio de Duchcov cuadernos y carpetas con el diseño de inventos y avances tecnológicos que sorprenden, aún hoy, a quienes tienen la fortuna de conocerlos. Baltasar Magro construye una absorbente historia, mezcla de ficción y realidad, un viaje apasionante a las entrañas de Toledo de la mano del ilustrado caballero Seingalt, enviado a España por sus hermanos masones para cumplir con una misión secreta, y con quien el lector participará de un viaje hacia las entrañas de la ciudad levítica.</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-88076704801540383112016-08-25T18:09:00.002+02:002016-08-25T18:09:53.345+02:00EL MISTERIOSO ASESINATO DE BENSON - S. S. Van Dine<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="display: inline !important;">
Markham se sentó con ceño adusto y la mirada perdida en el vacío.</div>
</i></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
—Estoy seguro de que usted piensa que sabe algo.</div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
—Cogito, ergo sum —murmuró Vance—. Ya sabe usted que he sentido siempre bastante inclinación hacia la filosofía naturalista de Descartes. Esta consistió en arrancar de la duda universal y en asentar el conocimiento positivo en la conciencia de sí mismo. Tanto Spinoza, con su panteísmo, como Berkeley, con su idealismo, equivocaron por completo el sentido del entimema favorito de su precursor. Descartes fue brillante hasta en sus errores. Su método de razonamiento, a pesar de todas sus inexactitudes científicas, dio un nuevo alcance a los símbolos del análisis. Después de todo, si el entendimiento ha de funcionar con eficacia, es preciso saber combinar la precisión matemática de las ciencias naturales con las especulaciones puras, como son las astronómicas. Por ejemplo, la doctrina de Descartes acerca de los torbellinos…</div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>SINOPSIS</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqCVvYE5mxwDCXueQ5p7zVY7Q9OeBJtjQM24BRpMjoEf6KnX8sClhJJZNjQY91bcUAzN8h0JX46f-FxBG7W9fxzCBr-v5KU86CABdTj_1mqrn_3ffzm6WBf0DzUbraYJYYhcuiJTtyKFU/s1600/el+misterioso+asesinato+de+benson.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqCVvYE5mxwDCXueQ5p7zVY7Q9OeBJtjQM24BRpMjoEf6KnX8sClhJJZNjQY91bcUAzN8h0JX46f-FxBG7W9fxzCBr-v5KU86CABdTj_1mqrn_3ffzm6WBf0DzUbraYJYYhcuiJTtyKFU/s320/el+misterioso+asesinato+de+benson.jpg" width="201" /></a></div>
<div>
Un personaje novedoso en su época, convertido en todo un clásico de la novela negra.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Basada en el asesinato real de un célebre jugador de bridge, es la primera de las aventuras del excéntrico detective aficionado Philo Vance, que investiga y resuelve un complicado caso gracias a los métodos deductivos y a su olfato para comprender las sutilezas de la psicología humana…</div>
</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-65131054804632799852016-08-24T18:00:00.001+02:002016-08-25T17:43:28.773+02:00CARTA SOBRE LOS CIEGOS PARA USO DE LOS QUE VEN - Denis Diderot<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Hay una clase de abstracción de la que son capaces tan pocos hombres que parece reservada a las inteligencias puras, es aquella mediante la cual todo se reduciría a unidades numéricas. Hay que admitir que los resultados de tal geometría serían en verdad exactos y sus formulas muy generales, dado que no existen objetos, ya sea en la naturaleza, ya sea en lo posible, que esas unidades simples no pudieran representar, puntos, líneas, superficies, sólidos, pensamientos, ideas, sensaciones y… si por ventura era éste el fundamento de la doctrina de Pitágoras, podríamos decir que fracasó en su proyecto porque tal manera de filosofar está muy por encima de nosotros y se acerca demasiado al Ser supremo que, según la ingeniosa expresión de un geómetra inglés, geometriza perpetuamente en el universo.</span></i></div>
<br />
<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">SINOPSIS</span></b><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCUTz2-YzW783LXMX97wwEZPdrVHBx1YkLcCD2g3Fc4UhigmBD7tt6FdlCHbJsUs9Iaj_cOI8sciIrjGIbHK5bYn6KfV7ZwZ1Nfi2e71aigNU2OoElGhUaR0hA6J2y7mOul0VtxBzG9AM/s1600/carrta+sobre+los+ciegos+para+uso+de+los+que+ven.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCUTz2-YzW783LXMX97wwEZPdrVHBx1YkLcCD2g3Fc4UhigmBD7tt6FdlCHbJsUs9Iaj_cOI8sciIrjGIbHK5bYn6KfV7ZwZ1Nfi2e71aigNU2OoElGhUaR0hA6J2y7mOul0VtxBzG9AM/s320/carrta+sobre+los+ciegos+para+uso+de+los+que+ven.jpg" width="182" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">«Si alguna vez un filósofo ciego y sordo de nacimiento concibe un hombre a semejanza de Descartes, me atrevo a asegurarle, señora, que ubicará el alma en la punta de los dedos; porque de allí provienen sus principales sensaciones y todos sus conocimientos». En esta frase, dirigida a su misteriosa corresponsal de la Carta sobre los ciegos para uso de los que ven, queda admirablemente plasmada la tesis principal de la obra: que nuestras ideas morales están supeditadas a nuestros sentidos, heterodoxia que le valió una temporada en la cárcel de Vincennes. A finales de 1740, al tiempo que se dedica a la Enciclopedia, el escritor y filósofo Denis Diderot, vuelve sus ojos a las ciencias experimentales. La operación de una ciega de nacimiento le lleva a especular sobre la relación entre lo que se ve y lo que se es.</span><b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> </span></b></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-54446492567534116212016-08-23T18:15:00.001+02:002018-09-19T19:28:21.098+02:00DIARIO DE UN HOMBRE HUMILLADO - Félix de Azúa<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br /></span></i>
<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span></i><br />
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Gran afición de el Chino por las matemáticas. En realidad sería más riguroso decir que les tiene afición a los números. La compasión de algunos pintores con los pigmentos, en los cuales ven matices tan apurados que a los demás nos hacen sentir ciegos (así, por ejemplo, Cézanne llegó a clasificar ciento ocho matices de verde en un limón maduro), eso es lo que siente el Chino hacía los números. Es un gusto sensual; posiblemente el único que posea. Consume varias horas de la tarde dibujando interminables hileras de ecuaciones con una escritura apretada; vástago estéril del estéril señor Daroca. No anda a la caza de nada, ni trata de resolver problema alguno; ni siquiera desarrolla y verifica hipótesis. Actúa como el músico que juega a improvisar sobre el piano, dejando en libertad a los dedos, sin domeñarlos, hasta dar con un acorde seductor; entonces insiste sobre ese acorde buscando lateralmente, hacia arriba, hacia abajo, hasta topar con algo emparentado o complementario. Al cabo de las horas ya no siente el cansancio de las articulaciones, las manos no son manos del cuerpo sino injertos móviles de la imaginación, y allí se inicia un delirio melódico de números y ecuaciones en cuya embriaguez ve levantarse edificios que luego se disuelven en nubes cuyas formas son nuevas arquitecturas reflejadas sobre un quieto estanque, cuya figura invertida proporciona, de ese modo, otra combinación en negativo que se superpone a las anteriores con una armonía ya muy compleja, la cual, sin embargo, no impide introducirse en el laberinto fugado de la misma y comenzar un viaje por las tripas de esos conjuntos maclados en busca de una salida que puede ser un nuevo comienzo, y así sucesivamente. Entra en trance y se le produce una feroz bizquera.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>SINOPSIS</b></span><i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcANCYH3HIG0HXaLFRTBiSxdvI1COmPrAggKkUBsMxk0pNVnmn1-5OW-h9rjRRpaPdjhlnnH1dp6SdbO0tOsPk_pfs_3_HoXM6jcN7t0K31cKlAhbEuUlO4JAcDjVUVpw5uESuEy5oxdU/s1600/diario+de+un+hombre+humillado.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcANCYH3HIG0HXaLFRTBiSxdvI1COmPrAggKkUBsMxk0pNVnmn1-5OW-h9rjRRpaPdjhlnnH1dp6SdbO0tOsPk_pfs_3_HoXM6jcN7t0K31cKlAhbEuUlO4JAcDjVUVpw5uESuEy5oxdU/s320/diario+de+un+hombre+humillado.jpg" width="200" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">El hombre humillado añora rabiosamente cierto mundo perdido, donde en lugar de pensar solo se vivía. Pero sabe que no es más que un contemporáneo, y que el nuestro es un tiempo de Grandes Pensadores. Rodeado por una detestable banalidad de orden zoológico, comprende que la suya ha de ser otra: una banalidad asumida, militante, guerrera, y a esa tarea dedica sus fuerzas; bastante mermadas, dicho sea de paso. Instalado en la soledad, explorador de su ciudad (en la que vive como un marciano), colonizador del azar, el hombre humillado pretende alcanzar la dignidad de perfecto insignificante. Para ello se sumerge en las zonas húmedas, se codea con el hampa, trabaja para un matemático mafioso, se asfixia en litros de Calisay, y acaba buscando un final súbito que interrumpa su Camino de Perfección. Desdichadamente, en ese preciso instante aparece un animal. ¡Y qué animal!<br /> Durante nueve meses gestatorios, el hombre humillado (y estupefacto ante el mundo que le rodea) anota en su Diario breves homenajes a los Grandes Hombres de Antaño, perversas venganzas contra los pelmazos con Fuerte Personalidad, y reflexiones (tan agudas como lunáticas) acerca de diversos asuntos de acuciante actualidad como, por ejemplo, la dificultad cada vez mayor de contratar asesinos a sueldo, la imposibilidad de tener hijos legítimos, o las letales consecuencias de la lectura, las bellas artes y la inteligencia.<br /> Con esta novela, el autor prolonga la investigación iniciada en Historia de un idiota contada por él mismo, un monstruoso cruce de Dickens y Dostoievski, que constituye uno de los proyectos narrativos más serios de nuestro tiempo.<b> </b></span><i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span></i><br />
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span></i><br />
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span></i><br />
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span></i></div>
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span></i><br />
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span></i></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-22919432162230286512016-08-16T16:42:00.003+02:002016-08-25T17:46:46.573+02:00UNA MUERTE SOSPECHOSA - David Baldacci<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br />
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Sean se dio cuenta y se apresuró a intervenir. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Tendré que repasar los detalles del caso. Si no te apetece vomitarlos otra vez, tengo la opción de hablar con Len Rivest. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">En ese momento, una mujer baja y rechoncha de pelo cano entró con la bandeja del café. Les tendió las tazas, azúcar y cucharas. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Doris, ¿te importaría decirle a Len Rivest que se reúna con nosotros? —dijo Champ. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Cuando ella se hubo marchado, Sean se volvió hacia Champ. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Mientras esperamos, sin revelar información confidencial, ¿qué es exactamente Babbage Town? El chófer no ha sabido explicármelo demasiado bien. —Champ no parecía demasiado dispuesto a responder—. Ponme en contexto, Champ, eso es todo. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—¿Has oído hablar alguna vez de Charles Babbage? </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—No —dijo Sean. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Tuvo un papel fundamental en el desarrollo del proyecto de los ordenadores modernos; lo cual no es moco de pavo teniendo en cuenta que nació en 1791. También inventó el velocímetro. Como amante de la estadística elaboró una serie de tablas de mortalidad, una herramienta de lo más común para las compañías de seguros actuales. Y cuando envías una carta, utilizas la tarifa postal que Babbage ideó. Pero en mi opinión, lo más increíble del trabajo de Charles Babbage fue descifrar la clave polialfabética de Vigenère, que había sobrevivido a todos los intentos de descifrado durante casi tres siglos. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—¿La clave polialfabética de Vigenère? </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Champ asintió. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Blaise de Vigenère era un diplomático francés que elaboró la clave en el siglo XVI. Se llamó polialfabética porque utilizaba distintos alfabetos en vez de uno solo. Sin embargo, permaneció inutilizada durante casi doscientos años porque todo el mundo pensaba que era demasiado compleja, resultaba inexpugnable al análisis de frecuencias. ¿Sabes lo que es el análisis de frecuencias? </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Me suena —respondió Sean, lentamente. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Era el santo grial de la comunidad, «revelacódigos» primigenia. Los árabes lo inventaron en el siglo IX. Ahora el análisis de frecuencias es exactamente lo que dice su nombre. Se analiza la frecuencia con la que ciertas letras aparecen en un escrito. En inglés la letra e es la más habitual con diferencia, seguida de la t y de la a. Eso resulta sumamente útil para decodificar claves, o al menos lo era. Hoy en día, el descifrado se basa en la longitud de las claves de números secretos y en la potencia y velocidad de los ordenadores para descomponer esas claves. Ha quedado desprovisto de todo el romanticismo lingüístico. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">»Hace mil años la clave de sustitución se consideraba indescifrable. No obstante, los árabes consiguieron descubrirla y dieron ventaja a los analistas de cifrado con respecto a los encriptadores, durante siglos. Por eso la clave de Vigenère fue tan revolucionaria, porque el análisis de frecuencias resultaba inútil para descifrarla. —Sean se sentía un tanto incómodo ante la larga clase de historia—. Disculpa, King, pero prometo que al final llegaremos a lo que quiero contarte. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—No, si me parece muy interesante —dijo Sean, reprimiendo un bostezo. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Como he dicho, el análisis de frecuencia resultaba inútil con el monstruo de Vigenère, por lo astuto y original de su diseño. No obstante, el viejo Charlie Babbage consiguió atravesarle el corazón numérico con un cuchillo. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—¿Cómo? —preguntó Sean. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Lo abordó desde un ángulo que era totalmente novedoso y, por consiguiente, estableció el estándar de varias generaciones de analistas de cifrado. Sin embargo, no recibió ningún reconocimiento por ello porque nunca se molestó en publicar sus hallazgos. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—¿Y cómo salió a la luz el descubrimiento de Babbage? —indagó Sean. </span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Cuando los estudiosos repasaron sus notas en el siglo XX, mucho después de su muerte, determinaron que había sido el primero en conseguirlo. Y seguía vigente, a eso voy. Bauticé este lugar como Babbage Town en homenaje a un hombre con un cerebro privilegiado pero con muy poca capacidad para la autopromoción. Sin embargo, si aquí conseguimos nuestros objetivos, no dudes de que lo proclamaremos a los cuatro vientos. —Champ sonrió—. En cuanto obtengamos todas las patentes necesarias que garanticen que seremos extraordinariamente ricos cuando se inicie la explotación comercial de nuestros distintos inventos.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>SINOPSIS</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvuaSs_UDA_afUgL9SsAYQq_hV1ioA-IyCkC95tfds96Gwvgxlq9JhF5dq5DXpV0fIpK5p-ES6niL5XVXSscdNwjY3hDw3vUEB4u-YKi3CUtCUFcLn07GgR-kzGAuKUMNqpUueTNRq9zQ/s1600/una_muerte_sospechosa.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvuaSs_UDA_afUgL9SsAYQq_hV1ioA-IyCkC95tfds96Gwvgxlq9JhF5dq5DXpV0fIpK5p-ES6niL5XVXSscdNwjY3hDw3vUEB4u-YKi3CUtCUFcLn07GgR-kzGAuKUMNqpUueTNRq9zQ/s320/una_muerte_sospechosa.jpg" width="213" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">A tres horas de Washington, un río fuertemente custodiado sirve de frontera entre dos instituciones clandestinas. Una de ellas es una inusual comunidad científica, cuyos objetivos y financiación son un misterio. La otra es un campo de entrenamiento de elite de la CIA. Ahora, dos ex agentes secretos están a punto de abrir una brecha en estas dos organizaciones, que pretenden explotar un descubrimiento con un altísimo potencial destructivo y ocultar otros secretos para siempre.<b> </b></span><i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span></i></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-54393334897563638342016-08-13T19:52:00.001+02:002016-08-25T17:47:13.266+02:00TARDES DE CHOCOLATE EN EL RITZ - Reyes Calderón <div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—¿Chiflada? Ni hablar: tú puedes ser muchas cosas, pero no eres una chiflada. Además, tengo que confesarte que yo también tengo consideración por los sueños, aunque no se lo cuento a nadie, no me pase como a ti y me tilden de loca… Hoy todo lo onírico ha caído en desuso, pero, desde muy antiguo, las visiones nocturnas llamaron la atención de reyes y criados, que pagaban cantidades astronómicas a caldeos, griegos, egipcios o judíos para que se las interpretaran: creían que los sueños eran uno de los vehículos por el que las divinidades les daban a conocer su voluntad; los bienes y males venideros…<br /><br /> —¡Qué interesante! ¿Tienes algún libro sobre sueños que me puedas prestar?<br /><br /> En ese instante, me vino a la mente la imagen de Marta leyendo la interpretación freudiana de los sueños, y pensando que, en realidad, su visión nocturna escondía un deseo que no podía satisfacer debido a obvias razones: cargarse a su marido… Decidí que era mejor no prestarle ninguno. Se olvidaría enseguida, de modo que respondí:<br /><br /> —Alguno tengo, sí, pero no sé si te gustará: mezclan las cosas de modo que cuesta separar la paja del trigo.<br /><br /> Marta pareció animarse un poco con la conversación: es por naturaleza una mujer de curiosidad casi infinita y los nuevos datos le hicieron olvidar, al menos temporalmente, su miedo inicial. Dio un pequeño saltito, se colocó justo a mi vera y me pidió que le explicara lo que supiera sobre el mundo de los sueños. Me azoré, porque, como digo, mi conocimiento sobre ese tema se limita a haber leído tres o cuatro libros sobre la materia. Conozco a Marta lo suficiente para saber que tomaría todo lo que yo le dijera como si fuera ciencia comprobada. A toda prisa, intenté ordenar mis ideas.<br /><br /> —¿Has oído hablar de la campana de Gauss? —le pregunté.<br /><br /> —¿Gauss? ¿Te refieres al diseñador? ¡Ahora que lo dices, creo que en mi armario no hay nada suyo!<br /><br /> —¡No, no! Yo me refiero al matemático, a Carl Friedrich Gauss. Es conocido como «el príncipe de los matemáticos» o como «el padre de la moderna teoría de errores»… Bueno, eso no es importante. Lo importante es que él mismo narra que «vio» su heptadecágono (un precioso polígono regular de diecisiete lados, al que llevaba semanas persiguiendo) cuando salía de un sueño, justo en el momento en que despertó. Y no es el único. Algunas leyendas urbanas aseguran que, a menudo, los genios, los artistas y otros outsiders crean sus mejores obras en brazos de Morfeo. Puede que lo que digo no sea más que eso, una leyenda urbana, pero a mí me parece que existe una explicación lógica y racional para que esos descubrimientos tan complejos sean precisamente paridos al alba, cuando uno está desvalido, despegado de casi todas sus potencias, en esa situación de disociación y de desconexión del entorno y de nuestras propias barreras.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><b>SINOPSIS</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiJCMcmR4HsWGK9x81XufzG-H7SBlxz98bpEWsY3XmcZfw4TJ5D0o-RlvnEYUVnf0BwBbCgomWAD5in-9VL-0lbKbiW6FQU_IL9ja2aSP7T1ZAkmKf_gOPSgdiU_ueSEHhCXy224pH-OU/s1600/tardes_de_chocolate_en_el_ritz.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiJCMcmR4HsWGK9x81XufzG-H7SBlxz98bpEWsY3XmcZfw4TJ5D0o-RlvnEYUVnf0BwBbCgomWAD5in-9VL-0lbKbiW6FQU_IL9ja2aSP7T1ZAkmKf_gOPSgdiU_ueSEHhCXy224pH-OU/s320/tardes_de_chocolate_en_el_ritz.jpg" width="215" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"><br />Un libro tan reconfortante y cálido como una taza de chocolate.<br /><br /> Reyes Calderón nos ofrece en Tardes de chocolate en el Ritz un relato lleno de chocolatinas tentadoras, fracasos de chocolate negro, risas de trufa y profundas conversaciones sobre el amor, la amistad, la familia y el valor del trabajo tan deliciosas como el chocolate más auténtico.<br /><br /> La noche en que se conocieron en la recepción de una embajada, nada hacía presagiar que Marta y Reyes acabarían siendo amigas. Excéntrica, adicta al lujo, con varios fracasos amorosos a sus espaldas y un marido recién estrenado, Marta no parecía tener nada en común con Reyes, una mujer volcada en su profesión y su familia. Pero el destino las unió y, contra todo pronóstico, comenzaron a reunirse el tercer jueves de cada mes en el Ritz. Entre animadas charlas y reconfortantes tazas de chocolate, sus vidas terminaron entremezclándose. Porque, sin saberlo, las dos andaban en busca de la misma felicidad.</span><i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;"> </span></i></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-7640832187280615892016-03-16T22:51:00.000+01:002016-03-16T22:51:20.168+01:00EL REGRESO A LOS SAUCES - Jacqueline Kelly<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="display: inline !important;">
<i>Sapo no hizo ni caso. Parecía estar absorto en sus pensamientos. Durante la sopa, sin que viniera a cuento, dijo:</i></div>
</i></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>– En cualquier triángulo rectángulo que tenga por aristas las de tres cuadrados que las rodeen, la superficie del cuadrado cuyo lado sea la hipotenusa es igual a la suma de las superficies de los cuadrados situados sobre las otras dos aristas del triángulo. ¿Sabías eso Humphrey?</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Su sobrino y los demás se lo quedaron mirando, atónitos, mientras él iba dando sorbitos a su sopa de sucedáneo de tortuga.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>– Perdona, tío Sapo –balbució Humphrey–. ¿Qué has dicho?</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>– Oh, una pequeña cita de nuestro amigo Pitágoras, el Padre de los Números. (26)</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Rata, Topo y Nutria se miraron unos a otros, atónitos.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Durante el plato de pescado, Sapo declaró:</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>– Los números primos más pequeños son, como seguro que ya sabéis: dos, tres, cinco, siete y once. No se puede determinar cuál es el número primo más grande, según Euclides. (27) Yo diría que este pescado está especialmente rico. Humphrey, toma otro trozo. ¡Es alimento para el cerebro! Y –añadió, condescendiente– aunque es algo que no me gusta decir de ninguno de mis familiares, me da la impresión de que eres algo lento para tu edad. Así que come… Muy bien, buen chico.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Durante el plato de carne, Sapo dijo:</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>– Arquímedes tenía razón, como estoy seguro de que sabréis ya. El peso total del agua desplazada en una bañera equivale al peso de cualquier objeto que flote en ella. (28) ¡Qué maravilloso rosbif! Desde luego, hoy la cocinera se ha superado.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Durante el pudin, Sapo soltó:</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>– Un objeto en caída libre acelera a un ritmo de diez metros por segundo cuadrado.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Para cuando pasó el momento del oporto, Humphrey ya había recuperado el habla:</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>– Tío Sapo, me temo que has sufrido algún tipo de lesión –dijo, estudiando a su tío con asombro.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>– Tonterías, hijo –contestó Sapo–. No me he sentido mejor en mi vida. ¿A alguien le gustaría acompañarme a la biblioteca para departir sobre el último teorema de Fermat? Eso siempre es de lo más divertido. ¿O quizás una partida de ajedrez en tres dimensiones? ¿Quién se anima?</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
</span><div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b>SINOPSIS</b></span><br /><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipqYzA-c-OGbmtas91z9Gm6i74XoCkssgXXyPjX9ZzRKrpnecs3IYN5jK_Ffpb2IXsImBRoOLM9SVM4EGAQFvYLuLGuqwxozbooHQ4Na4-VvTBLV3tfI3BvlNMnwRMez_iYSAWUiqOlkE/s1600/el+regreso+a+los+sauces.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipqYzA-c-OGbmtas91z9Gm6i74XoCkssgXXyPjX9ZzRKrpnecs3IYN5jK_Ffpb2IXsImBRoOLM9SVM4EGAQFvYLuLGuqwxozbooHQ4Na4-VvTBLV3tfI3BvlNMnwRMez_iYSAWUiqOlkE/s320/el+regreso+a+los+sauces.jpg" width="215" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
Un precioso libro ilustrado. Por la autora deLa evolución de Calpurnia Tatey deEl curioso mundo de Calpurnia Tate.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con ilustraciones que harán la delicia de niños y padres, Jacquelline Kelly evoca con maestría la magia del clásico para niñosEl viento en los saucesde Kenneth Grahame, y nos trae de vuelta esta maravillosa y rocambolesca aventura–protagonizada por los entrañables Topo, Ratita, Sapo y Tejón–para una nueva generación de lectores.</div>
</span></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-59190823530530770042016-03-16T22:42:00.000+01:002016-03-16T22:42:05.812+01:00DIECINUEVE MINUTOS - Jodi Picoult<div style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Aunque sacaba sobresalientes y le gustaba la asignatura, la nota de matemáticas era por la que Josie más debía esforzarse. No tenía una facilidad extraordinaria para los números, si bien era capaz de razonar con lógica y de escribir un ensayo sin esfuerzo. En eso era como su madre, suponía.</i></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<span style="font-style: italic;"><br /></span></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>O posiblemente como su padre.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>El señor McCabe, el profesor de matemáticas, se paseaba por los pasillos entre las filas de pupitres, arrojando una pelota de tenis hacia el techo y cantando un remedo de una canción de Don McLean:</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: center;">
<i>Bye-bye, ¿cuál es el valor de pi?</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: center;">
<i>Calculen los dígitos con los dedos.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: center;">
<i>Hasta el final de clase, McCabe</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: center;">
<i>A los de noveno hace sudar y suspirar.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: center;">
<i>Y ellos dicen: venga, McCabe, ¿por qué?</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: center;">
<i>Oh, señor McCabe, ¿por qué, por qué…?</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Josie borró una coordenada del papel milimetrado que tenía delante.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>—Si hoy no entra el número pi —dijo un chico.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>El profesor giró en redondo y lanzó la pelota de tenis, que botó sobre el pupitre del chico que había hablado.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>—Andrew, estoy muy contento de que te hayas despertado a tiempo para darte cuenta de eso.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>—¿Va a contar para nota?</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>—No. A lo mejor tendría que ir a la tele —reflexionó el señor McCabe—. ¿No hay ningún programa tipo «Quiere ser matemático»?</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>—Dios, espero que no —murmuró Matt, sentado detrás de Josie. Le dio un empujoncito en el hombro, y ella colocó su hoja en la esquina superior izquierda del pupitre, de forma que él pudiera ver mejor sus respuestas.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i style="font-style: italic;">Aquella semana estaban trabajando con gráficas. Además de un millón de tareas a partir de las cuales había que obtener datos y encajarlos en gráficas de barras y tablas, cada uno </i><i style="font-style: italic;">de los alumnos había tenido que idear y presentar una gráfica de algo que les resultara familiar y estimado. El señor McCabe reservaba diez minutos al final de las clases para las presentaciones. El día anterior, Matt había mostrado con presunción una gráfica con la edad relativa de los jugadores de hockey sobre hielo de la NHL. Josie, que debía presentar la suya al día siguiente, había encuestado a sus amigos para comprobar si existía una relación proporcional entre el número de horas que empleaban para hacer los deberes y la media de las notas obtenidas.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>Aquel día le tocaba el turno a Peter Houghton. Ella le había visto llevar su gráfica a clase, en forma de póster enrollado.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i>—Vaya, qué les parece —dijo el señor McCabe—. Resulta que hoy tenemos quesitos de postre.</i></div>
<div style="font-style: italic; text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>SINOPSIS</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTKBogMYflOgfw1Hxm1RD5_0szLGonM5xAHMVPeUN41fuZ50YgOYJUSpr3zRHrCg7kK4VSi6H6ErRaB1ME7f2P0e-E_8_YqqoeH6K-rlWNm-QpyW6ieflGAZemBICUOnYq0qD6nsaFutk/s1600/diecinueve+minutos.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTKBogMYflOgfw1Hxm1RD5_0szLGonM5xAHMVPeUN41fuZ50YgOYJUSpr3zRHrCg7kK4VSi6H6ErRaB1ME7f2P0e-E_8_YqqoeH6K-rlWNm-QpyW6ieflGAZemBICUOnYq0qD6nsaFutk/s320/diecinueve+minutos.jpg" width="212" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Todo adolescente sabe que en el instituto impera la ley de la selva. Todos asumen que esta ley es inmutable. Pero, ¿qué ocurre cuando el débil se toma la justicia por su mano y decide llevar a cabo su venganza?</span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esta novela ha llegado a ser número uno en la lista de best-sellers del New York Times. En Sterling, New Hampshire, Peter Houghton, estudiante de 17 años, lleva años sufriendo los abusos verbales y físicos de sus compañeros de clase. Su única amiga, Josie Cormier, ha sucumbido a la presión del grupo y ahora pertenece a la élite popular que habitualmente lo acosa. Un último incidente lleva a Peter al límite y lo empuja a cometer un acto de violencia que cambiará para siempre la vida de los habitantes de Sterling.</div>
</span>Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-74217744034301958262015-11-06T19:57:00.002+01:002015-11-06T19:57:55.627+01:00LOS BESOS EN EL PAN - Almudena Grandes (Parte II)<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Cuando Jaime llega al bar, encuentra a Braulio y a su padre sentados a una mesa con un chico muy joven, muy moreno, que le parece guapo incluso con la cara deformada, los ojos hinchados de llorar.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—¡Ya está aquí! —Pascual da una palmada para celebrarlo—. Ven, Jaime, hijo, mira, te presento a Toni. Toni es el hijo de Braulio y está en un aprieto porque... ¿Tú crees que podrías enseñarle a hacer operaciones con decimales?</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—¿Operaciones con decimales? —Jaime no entiende nada—. ¿De matemáticas? —pero tres cabezas asienten para responderle al mismo tiempo—. Pues claro... Si es muy fácil, pero... ¿Por qué?</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Empiezan esa misma tarde. Jaime, que está acostumbrado a enseñar, porque se sacaba un dinero extra dando clases particulares de matemáticas mientras hacía la carrera, pasa casi dos horas haciendo cuentas con Toni y le deja deberes. Al principio tiene la esperanza de poder resolverlos a distancia, por correo electrónico, pero el gesto de pavor que se dibuja en la cara de su alumno cuando se lo propone, le condena a perder todas las tardes libres de la semana. Le fastidia, pero se aguanta, porque lo contrario es lo mismo que asumir que el chaval va a perder el trabajo por su culpa.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Al día siguiente, Toni le trae todos los deberes hechos, y al corregirlos, Jaime encuentra pocos fallos pero insiste en el mismo sistema, un centenar de operaciones corriendo la coma y otras tantas para casa. El tercer día, todas las sumas y las multiplicaciones están bien resueltas, y empiezan con los problemas.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—A ver, yo te lo digo y tú lo apuntas, siete corchetes a 0,30 la unidad, cuatro metros de cinta a 0,48 el metro, y doce botones a 0,80, sin calculadora, vamos...</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Así pasan dos días más, y el quinto, que es viernes, Jaime alterna las cuentas y los problemas difíciles, y aunque le deja usar una calculadora, Toni resuelve todas las operaciones sin ella.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Muy bien, tío —en cada acierto, el profesor le alaba y el alumno se pone colorado, pero sólo un poco, porque la satisfacción pesa ya mucho más que la vergüenza—. Muy bien, así me gusta.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—No, si al final voy a valer para estudiar y todo.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Pero no lo dudes. A ver, vamos a hacer otro más... Siete botones blancos a 0,47, seis botones dorados a 1,02, ocho botones marrones a 0,72, catorce botones negros a 0,65, siete botones verdes a 0,71, nueve botones azules a 1,13, ¿cuánto me voy a gastar?</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Antes de averiguarlo, Jaime ve entrar en el bar a una chica menuda y esbelta, con una larga melena oscura, los labios gruesos, los ojos grandes, que avanza derecha hacia su mesa. Al llegar, se quita la bufanda, el abrigo, enseña un vestido negro ceñido hasta la cintura y unas piernas muy bonitas.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Tú debes de ser Jaime, ¿no?</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Él asiente con la cabeza, se levanta, recibe dos besos y los devuelve.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Yo me llamo Lorena, soy la novia de Toni —y enseguida va hacia su novio, le rodea el cuello con los brazos y le besa en la mandíbula, muy cerca de la oreja—. ¿Qué tal? Voy un momento al baño, ahora vuelvo.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Jaime la sigue con la mirada mientras su alumno empieza a multiplicar con decimales.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—¡Qué guapa! —dice, como para sí mismo.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Toni no le escucha.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Pascual sí, pero se concentra en la bandeja que está limpiando hasta que brilla igual que si fuera de plata maciza.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /></i></div>
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">SINOPSIS</span></b><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVsVIpA3C8UuoRX6dkqh9DogRZa9B9aUaSJxA9yEgp9px50EeX-NG8Atetz2xc1jx0REOdIOsifPvXFbXR_48f99juRPq6VigOSRNVxX7pqSTkVGn4SyP4krc_Tl25sB2Rcjykv9t36qs/s1600/los+besos+en+el+pan.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVsVIpA3C8UuoRX6dkqh9DogRZa9B9aUaSJxA9yEgp9px50EeX-NG8Atetz2xc1jx0REOdIOsifPvXFbXR_48f99juRPq6VigOSRNVxX7pqSTkVGn4SyP4krc_Tl25sB2Rcjykv9t36qs/s320/los+besos+en+el+pan.jpg" width="213" /></a></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
¿Qué puede llegar a ocurrirles a los vecinos de un barrio cualquiera en estos tiempos difíciles? ¿Cómo resisten, en pleno ojo del huracán, parejas y personas solas, padres e hijos, jóvenes y ancianos, los embates de una crisis que «amenazó con volverlo todo del revés y aún no lo ha conseguido»? Los besos en el pan cuenta, de manera sutil y conmovedora, cómo transcurre la vida de una familia que vuelve de vacaciones decidida a que su rutina no cambie, pero también la de un recién divorciado al que se oye sollozar tras un tabique, la de una abuela que pone el árbol de Navidad antes de tiempo para animar a los suyos, la de una mujer que decide reinventarse y volver al campo para vivir de las tierras que alimentaron a sus antepasados. </div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
En la peluquería, en el bar, en las oficinas o en el centro de salud, muchos vecinos, protagonistas de esta delicada novela coral, vivirán momentos agridulces de una solidaridad inesperada, de indignación y de rabia, pero también de ternura y tesón. Y aprenderán por qué sus abuelos les enseñaron, cuando eran niños, a besar el pan.</div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-43855201450471548372015-11-06T19:52:00.001+01:002015-11-06T19:52:42.719+01:00LOS BESOS EN EL PAN - Almudena Grandes (Parte I)<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">A las diez menos diez del día siguiente conoce a un chico de veintidós años que dejó de estudiar antes de terminar la Secundaria para trabajar en la construcción y ganar durante algún tiempo mucho más dinero que su padre, luego bastante más, después sólo un poco más, más tarde lo mismo, enseguida menos y al final, nada de nada.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Yo estoy dispuesto a hacer lo que sea, se lo digo en serio.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Esa misma mañana le hace una entrevista y le gusta. A su jefa también le gusta, y los dos deciden ponerle a prueba en el almacén de mercería más antiguo, más famoso del centro de Madrid, un universo en miniatura de cintas y botones, galones y cremalleras, hilos, adornos y encajes, que presume con razón, desde hace un siglo, de tener un muestrario exhaustivo de cualquier mercancía del ramo. Por esa razón, al enseñarle el depósito, Jesús le advierte que el trabajo en la trastienda es exigente, complicado.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Toma —enseguida le demuestra por qué—. Aquí tienes una bolsa con veinte gramos de plumas y veinte bolsas vacías. Con esto quiero que me prepares veinte bolsas de un gramo de plumas cada una. ¿De acuerdo? Ven a buscarme cuando termines, te espero ahí fuera.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Aunque ha puesto a disposición del aprendiz una balanza de precisión, Jesús sabe que el encargo es mucho más difícil de lo que parece. La mayoría de los aspirantes, él mismo incluido muchos años atrás, logran entregar dieciocho, a veces diecisiete, unos pocos diecinueve bolsas con el peso exacto. Pero Toni llena veinte, ni una más, ni una menos, y sigue trabajando con la misma concienzuda disciplina, un afán de perfección que, después de las plumas, resiste la prueba de las lentejuelas, tan livianas, y la clasificación por tamaños o colores de toda clase de menudencias.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Entonces Jesús respira, convencido de que el hijo de Braulio ha hecho ya lo más difícil. Y el primer día que le hace falta una persona más en el mostrador va a buscarle, le da una calculadora, una libreta, un talonario, le explica que tiene que apuntar los precios en un albarán y dárselo a cada cliente para que pague en la caja, y se olvida de él.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Por la tarde, justo después de cerrar, la cajera le llama un momento y le confiesa que no entiende por qué no cuadran los números. Jesús tampoco acierta a explicárselo. Los dos saben que el problema tiene que estar en el chico nuevo, porque los demás empleados llevan mucho tiempo despachando sin contratiempos, pero ninguno de los dos lo dice en voz alta. Tampoco habrían podido nunca imaginar su causa, la confesión que Jesús le arranca al día siguiente, con mucho esfuerzo, a un chico consumido por la vergüenza.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Si le cuento esto a la jefa, te va a echar —le advierte mientras siente que aquel fracaso le correspondería también a él, y a Braulio, y a Pascual, a medio barrio—, porque en estas condiciones no puedes trabajar, ni aquí ni en ningún comercio, lo entiendes, ¿verdad?</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—No, por favor —insiste Toni—. Yo le prometo que lo arreglaré, de verdad, no sé cómo, pero... Por favor, deme otra oportunidad, una sola, por favor.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—Lo que te doy es una semana más en la trastienda. Una semana y ni un día más.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Porque aunque Jesús todavía no se lo cree, lo que pasa es que este chico honrado, concienzudo, trabajador, no sabe sumar ni multiplicar con decimales. Ese es el saldo de la bonanza económica española, de los años de las vacas gordas, los pelotazos que arrancaron a tantos estudiantes de sus pupitres para ponerles entre las manos la manivela de una hormigonera. A Toni siempre se le habían dado mal las matemáticas y dejó el instituto de mala manera, demasiado pronto, con demasiadas asignaturas pendientes.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—A mano soy incapaz de calcular el precio de los pedidos y con la calculadora me pongo tan nervioso que me equivoco la mitad de las veces. No lo hago aposta, de verdad, yo intento hacerlo bien, pero... Lo siento.</span><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><br style="font-family: Verdana,sans-serif;" /><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">—No, no lo sientas. Lo que tienes que hacer no es sentirlo, sino ponerte a estudiar.</span></i></div>
<br style="font-family: Verdana,sans-serif;" />
<b><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">SINOPSIS</span></b><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVsVIpA3C8UuoRX6dkqh9DogRZa9B9aUaSJxA9yEgp9px50EeX-NG8Atetz2xc1jx0REOdIOsifPvXFbXR_48f99juRPq6VigOSRNVxX7pqSTkVGn4SyP4krc_Tl25sB2Rcjykv9t36qs/s1600/los+besos+en+el+pan.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVsVIpA3C8UuoRX6dkqh9DogRZa9B9aUaSJxA9yEgp9px50EeX-NG8Atetz2xc1jx0REOdIOsifPvXFbXR_48f99juRPq6VigOSRNVxX7pqSTkVGn4SyP4krc_Tl25sB2Rcjykv9t36qs/s320/los+besos+en+el+pan.jpg" width="213" /></a></div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
¿Qué puede llegar a ocurrirles a los vecinos de un barrio cualquiera en estos tiempos difíciles? ¿Cómo resisten, en pleno ojo del huracán, parejas y personas solas, padres e hijos, jóvenes y ancianos, los embates de una crisis que «amenazó con volverlo todo del revés y aún no lo ha conseguido»? Los besos en el pan cuenta, de manera sutil y conmovedora, cómo transcurre la vida de una familia que vuelve de vacaciones decidida a que su rutina no cambie, pero también la de un recién divorciado al que se oye sollozar tras un tabique, la de una abuela que pone el árbol de Navidad antes de tiempo para animar a los suyos, la de una mujer que decide reinventarse y volver al campo para vivir de las tierras que alimentaron a sus antepasados. </div>
<div style="font-family: Verdana,sans-serif; text-align: justify;">
En la peluquería, en el bar, en las oficinas o en el centro de salud, muchos vecinos, protagonistas de esta delicada novela coral, vivirán momentos agridulces de una solidaridad inesperada, de indignación y de rabia, pero también de ternura y tesón. Y aprenderán por qué sus abuelos les enseñaron, cuando eran niños, a besar el pan.</div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-8268923573715260422015-10-27T18:02:00.002+01:002015-10-27T18:04:22.512+01:00EL HOMBRE DUPLICADO - José Saramago<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Tengo unos cuantos vídeos, unos documentales científicos, ciencias de la naturaleza, arqueología, antropología, artes en general, también me interesa la astronomía, asuntos de ese tipo, Todo eso está bien, pero necesitas distraerte con historias que no ocupen demasiado espacio en la cabeza, por ejemplo, ya que la astronomía te interesa, me imagino que también te interesará la ciencia ficción, las aventuras en el espacio, las guerras de las galaxias, los efectos especiales, Tal como lo veo y entiendo, los efectos especiales son el peor enemigo de la imaginación, esa pericia misteriosa, enigmática, que tanto trabajo les costó a los seres humanos inventar, No exageres, No exagero, quienes exageran son los que quieren convencerme de que en menos de un segundo, con un chasquido de dedos, se pone una nave espacial a cien mil millones de kilómetros de distancia, Reconoce que para crear esos efectos que tanto desdeñas, también se necesita imaginación, Sí, pero la de otros, no la mía, Siempre podrás usar la tuya a partir del punto donde los otros llegaron, O sea, doscientos mil millones de kilómetros en lugar de cien, No olvides que lo que llamamos hoy realidad fue imaginación ayer, mira Julio Verne, Sí, pero la realidad de ahora es que para ir a Marte, por ejemplo, y Marte en términos astronómicos está, como quien dice, a la vuelta de la esquina, son necesarios nada menos que nueve meses, después tendríamos que esperar allí otros seis meses hasta que el planeta esté de nuevo en el punto adecuado para poder regresar, y finalmente hacer otro viaje de nueve meses para llegar a la Tierra, en total dos años de supremo aburrimiento, una película sobre una ida a Marte en la que la verdad de los hechos se respetara, sería la más enojosa pesadez jamás vista, Ya sé por qué te aburres, Por qué, Porque no hay nada que te satisfaga, Con poco, si lo tuviera, me daría por satisfecho, Algo tienes, una carrera, un trabajo, a primera vista no se ven motivos de queja, Son la carrera y el trabajo los que me tienen a mí, no yo a ellos, De ese mal, suponiendo que realmente lo sea, todos nos quejamos, también a mí me gustaría que me conociesen como un genio de las matemáticas en lugar del mediocre y resignado profesor de enseñanza secundaria que no tengo más remedio que seguir siendo, No me gusto, probablemente ése es el problema, Si me pusieras delante una ecuación de dos incógnitas todavía te podría ofrecer mis talentos de especialista, pero, tratándose de una incompatibilidad de ese calibre, mi ciencia sólo serviría para complicarte la vida, por eso te digo que te entretengas viendo unas películas como quien toma tranquilizantes, no que te dediques a las matemáticas, que dan muchos quebraderos de cabeza, Tienes alguna idea, Idea de qué, De una película interesante, que valga la pena, De ésas no faltan, entra en la tienda, date una vuelta y elige, Pero sugiéreme una, por lo menos. El profesor de Matemáticas pensó, pensó, y por fin dijo, Quien no se amaña no se apaña, Eso qué es, Una película, lo que me has pedido, Parece un refrán, Es un refrán, Toda o sólo el título, Espera a verla, De qué género, El refrán, No, la película, Comedia, Seguro que no es un dramón antiguo, de capa y espada, o uno moderno, de tiros y sangre, Es una comedia ligera, divertida, Voy a tomar nota, cómo has dicho que se llama, Quien no se amaña no se apaña, Muy bien, ya lo tengo, No es ninguna obra maestra del cine, pero te entretendrá durante hora y media.</span></i><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<b><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">SINOPSIS</span></b><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><br /></span>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3TcRuWgqWcVX_FJJoUC1Jpcp2oryW96SdZKhop0l-KjMepCj_OX2ir2ffzuvhxiyB-Af6O81xxybt16iGPNHAcsW4UrbBfsbh7l6FKQDe6Wim-aF_3mvEkSXPfX2xANA9R-5CM9V-2xI/s1600/El_hombre_duplicado_de_Jose_Saramago.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3TcRuWgqWcVX_FJJoUC1Jpcp2oryW96SdZKhop0l-KjMepCj_OX2ir2ffzuvhxiyB-Af6O81xxybt16iGPNHAcsW4UrbBfsbh7l6FKQDe6Wim-aF_3mvEkSXPfX2xANA9R-5CM9V-2xI/s1600/El_hombre_duplicado_de_Jose_Saramago.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">¿Qué sucede cuando Tertuliano Máximo Afonso descubre a sus treinta y ocho años que en su ciudad vive un individuo que es su copia exacta y con el que no le une ningún vínculo de sangre? Ése es el interrogante que Saramago, explorando de nuevo las profundidades del alma, plantea en El hombre duplicado.</span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> ¿Cómo saber quiénes somos? ¿En qué consiste la identidad? ¿Qué nos define como personas individuales y únicas? ¿Podemos asumir que nuestra voz, nuestros rasgos, hasta la mínima marca distintiva, se repitan en otra persona? ¿Podríamos intercambiarnos con nuestro doble sin que nuestros allegados lo percibiesen?</span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Innovando frente a las convenciones de la novela, Saramago convierte la voz narradora en sujeto activo, en un juego metaliterario que pone al servicio de la historia y que va mucho más allá de las rupturas estrictamente formales. Una novela que se lee con la avidez de un relato de intriga pero que nos sumerge en las cuestiones esenciales de la vida.</span></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-31452425057753749692015-10-27T17:51:00.003+01:002015-10-27T17:51:47.308+01:00EL VELO DE ISIS - Emilio Calderón<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Sea como fuere, aquellos eran los mimbres que tenía a mi disposición, así que acabé preguntándole al oficial Munsch por el criado de Kaspar Schmitt y por la localización exacta de la mansión donde se guardaban aquellos tesoros egipcios y donde, al parecer, el prófugo había consumado su suicidio tras verse acorralado.</span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> —El criado se llama Egon Lemper. En cuanto a la mansión, no tiene pérdida. Su nombre reza en una llamativa inscripción que semeja un jeroglífico: «Villa Isis». Está situada en Annaberg, en un lugar conocido como «Paradies»; una zona residencial vertebrada en torno a una enorme fuente que desciende por una fuerte pendiente. La casa está enclavada en una pequeña avenida llamada Friedrichshohe Zeppelin, y se distingue porque en la parte trasera del jardín hay una pirámide, cuyo vértice es visible desde la calle dada su gran altura.</span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> —¿Una pirámide? —pregunté de manera instintiva, mientras tomaba apuntes en mi cuaderno de notas.</span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> —De mármol. De veinte metros de altura por diez de lado, aproximadamente —respondió sin titubeos, como si él mismo hubiera efectuado la medición—. Se trata, según tengo entendido, de un mausoleo, de un panteón familiar. En mi opinión, el lugar es tan imponente como siniestro; al margen de que haya servido de residencia a un tipo tan abominable como Kaspar Schmitt.</span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> No podía negar que mi suerte había cambiado por completo, que quizá había minusvalorado el potencial de un tipo como Kaspar Schmitt, cuyos antepasados, al parecer, yacían en el interior de una pirámide de mármol levantada en el corazón de la frondosa y verde Baden-Baden. Todo un hallazgo que podía proporcionarme el argumento para escribir uno de esos relatos morbosos que tanto interés suscitan entre los lectores. Incluso dejé volar mi imaginación más allá de lo que era razonable y acabé imaginando a Kaspar Schmitt viviendo oculto en las entrañas de aquella pirámide, que luego habría servido para inhumar sus restos mortales gracias a la intervención de su fiel criado, para mayor gloria del artículo que tenía encomendado escribir.</span></i><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<b><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">SINOPSIS</span></b><br />
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span></i><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl_4aA0c3adQaXj7FHKxUoA9e3O90M6AqZRoyGqjW_59fSQFk-CIm1XzaepQrk5d_Wk9CCK5aXralHY7N0Ku-ys61UYXdWVeADGb5OEvsD5EU-aUyuflh7_KhnUgeOcNV8TlGD_BW4rWQ/s1600/el+velo+de+isis.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl_4aA0c3adQaXj7FHKxUoA9e3O90M6AqZRoyGqjW_59fSQFk-CIm1XzaepQrk5d_Wk9CCK5aXralHY7N0Ku-ys61UYXdWVeADGb5OEvsD5EU-aUyuflh7_KhnUgeOcNV8TlGD_BW4rWQ/s320/el+velo+de+isis.jpg" width="211" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Ambientada de forma magistral al finalizar la segunda guerra mundial, El Velo de Isis es una intrigante historia de traición, reencarnaciones y antiguas creencias que conducirá al protagonista, y al lector, desde el antiguo Egipto hasta la Alemania nazi. El Velo de Isis es una intrigante historia narrada por el periodista Bastian Doisneau, reportero de Le Monde, enviado a cubrir la noticia de la muerte del oficial nazi y miembro de las SS, Kaspar Schmitt, también conocido como El ladrón de Auschwitz. Su investigación le conducirá hasta Villa Isis, una lujosa mansión de aspecto siniestro, propiedad de Herr Schmitt, en cuyo jardín posterior se yergue una imponente pirámide de mármol, mausoleo de los Von Zähringen. Egon Lemper, maestro en los secretos de la momificación, custodio y conservador de la valiosa colección de arte egipcio que alberga la misteriosa villa, le desvelará una apasionante historia de traición, reencarnaciones y antiguas creencias que conducirá al protagonista, y al lector, desde el antiguo Egipto hasta la Alemania nazi.</span></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-36177321861723046142015-10-22T23:53:00.002+02:002015-10-22T23:53:47.871+02:00RÍO HACIA LA NADA - Clara Janés<div style="text-align: center;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Aunque está vacía <br />
la oscuridad,<br />
resuenan pisadas <br />
en los peldaños.</span></i>
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><br />
Un leve fuego <br />
a la orilla del agua <br />
se consume,<br />
pero hay que seguir <br />
ahondando, <br />
ahondando, <br />
ahondando en la noche <br />
hasta el profundo centro <br />
para entrar en el giro <br />
que desde el origen <br />
corre hacia el fin <br />
inalcanzable.</span></i>
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><br />
Ni punto <br />
ni línea recta <br />
sino esfera <br />
que se expande...</span></i>
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><br />
Y cada instante <br />
se multiplica <br />
por totalidad.</span></i></div>
<br />
<b><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">SINOPSIS</span></b><br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXKpzBSsxNek2fHqXuYAYbyXGk0X06vIlm4N94CjUmkkkO2o4GbI5zBpi_wQWlr1gGIh5jSDDO8OzMBVSpzsSPnTJ782K68JIyEL2gNy-R8RRWbdZpUDZmwECGOezjtx6H1Wk4JZHCtL0/s1600/RIO+HACIA+LA+NADA.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXKpzBSsxNek2fHqXuYAYbyXGk0X06vIlm4N94CjUmkkkO2o4GbI5zBpi_wQWlr1gGIh5jSDDO8OzMBVSpzsSPnTJ782K68JIyEL2gNy-R8RRWbdZpUDZmwECGOezjtx6H1Wk4JZHCtL0/s320/RIO+HACIA+LA+NADA.jpg" width="213" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">El fuego de la orilla es un libro-río, compacto y total, en el que la
perfección formal del verso le da unidad absoluta. Muy depurados, muy
medidos, muy precisos, en estos distintos pero unitarios movimientos se
respira el sentido hindú por los paisajes y ritos que son sus
referentes. Visionario, mitológico y místico, el po
<span class="expand-content expand-hide" id="sinopsis" style="display: inline;">emario
mantiene un mismo tono que no decae ni pierde en ningún momento. Y todo
él tiene como elemento mágico la fuerza del matiz, que es de donde
parte. En su última obra, Clara Janés reflexiona pausadamente sobre el
transcurso del tiempo en estos exquisitos poemas de raíz filosófica, de
cariz místico, de aroma orientalista. El lector que se deje arrastrar
por estas hondas, delicadas y sublimes aguas entrará en un mundo poético
propio perfectamente construido.</span></span> </div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-78015549139234132302015-10-22T23:08:00.000+02:002015-10-22T23:08:09.066+02:00EL HOMBRE VACÍO - Dan Simmons<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">En el principio no fue la Palabra.</span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> No para mí, al menos.</span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Por difícil que resulte de creer, y aún más de comprender, hay universos de experiencia que no dependen de la Palabra. Como el mío. El hecho de que yo fuera Dios allí… o al menos un dios… no es todavía relevante.</span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> No soy Jeremy, ni Gail, aunque algún día compartiera todo lo que ellos supieron y fueron y desearon ser. Pero eso no me convierte en ellos, al igual que ver un programa de televisión no te convierte en ese flujo de pulsos electromagnéticos que es el programa. Tampoco soy Dios, ni ningún dios, aunque fuera ambas cosas hasta esa imprevista intersección de acontecimientos y personalidades, ese encuentro de líneas paralelas que no pueden encontrarse.</span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Estoy empezando a pensar en términos matemáticos, como Jeremy. Lo cierto es que en el principio tampoco fue el Número. No para mí. No existía semejante concepto… no existía el contar ni el sumar ni el restar, ni ninguna de las adivinaciones sobrenaturales que constituyen las matemáticas… ¿pues qué es un número sino un fantasma de la mente?</span></i><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<b><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">SINOPSIS</span></b><br />
<br />
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span></i><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaQZh6rzLzf8LBj8QvPJxdPy7iLslUbTiVCAluDoWUSGxOMr_VCTj26qKmByYofJWBXWzZOH6u5XYvKYJkRXF3MPEgma-U_tmUERKFMNvLBkzwGC2-DcY22jaZANTvqvhBCs1NmSSiy3k/s1600/EL+HOMBRE+VAC%25C3%258DO.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaQZh6rzLzf8LBj8QvPJxdPy7iLslUbTiVCAluDoWUSGxOMr_VCTj26qKmByYofJWBXWzZOH6u5XYvKYJkRXF3MPEgma-U_tmUERKFMNvLBkzwGC2-DcY22jaZANTvqvhBCs1NmSSiy3k/s320/EL+HOMBRE+VAC%25C3%258DO.jpg" width="209" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Jeremy Bremen es profesor de matemáticas y tiene un secreto. Durante tada su vida ha recaído sobre él la maldición de poder leer las mentes. Conoce los más secretos pensamientos, los miedos y los deseos de los demás como si fueran los suyos propios. Durante años, su esposa Gail, también telépata, ha servido como escudo entre Jeremy y el peso terrible de ese poder. Pero a la muerte de Gail, Jeremy es de nuevo vulnerable al caótico fluir de pensamientos ajenos que amenazan con destrozar su cordura.</span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> Jeremy huye e intenta escapar de su mente, de su pasado, de sí mismo. Desea vivir aislado, pero acaba presenciando un brutal acto de violencia que le lanza a un fatal viaje a través de lo más salvaje y peligroso del pais como un testigo excepcional de su modo de vida.</span></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-5869930481914177412015-10-09T22:56:00.001+02:002015-10-10T17:35:07.435+02:00EL JUEGO DE TRINITY - Sean Chercover<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Julia estaba sentada delante de Anderson Cooper, ajustándose la etiqueta que llevaba prendida del vestido mientras él le daba la bienvenida al programa.</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><br />—Mi productor me ha dicho que contemplas la posibilidad de que el fenómeno Trinity pueda explicarse mediante la física cuántica. Pero he de decirte —añadió Cooper riendo discretamente— que anoche tuvimos aquí a Leonard Mlodinow y todavía no he comprendido del todo lo que nos explicó.<br /> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Julia rió con él.<br /> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">—Hay algo en lo que están de acuerdo todos los grandes físicos: todo el que afirma comprender la física cuántica, miente. Pero eso no la convierte en una disciplina impenetrable.<br /> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">—¿Puedes darnos una explicación que podamos comprender con claridad, es decir, sin referirte a universos paralelos, antimateria o gatos que estén vivos y muertos al mismo tiempo?*<br /> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">—Ya sé que gran parte de este tema parece que va en contra del sentido común —explicó Julia—. Pero el sentido común nos dice que el Sol da vueltas alrededor de la Tierra. Creemos que vemos salir y ponerse el Sol, mientras que lo que en realidad sucede es que la Tierra gira sobre su eje. —Se removió en la silla—. Y durante gran parte de nuestra historia, sugerir que la Tierra giraba alrededor del Sol se consideraba una herejía y se castigaba con la muerte. La frontera entre lo conocido y lo desconocido siempre es peligrosa para la ciencia. Míralo de esta manera: algunos animales solamente ven en blanco y negro. Podrías tener la tentación de pensar que nuestra experiencia del universo es más «real» que la suya porque nosotros podemos ver colores. Pero solamente vemos una parte del espectro de la luz, ya que los pájaros también ven la radiación ultravioleta. Y cada vez hay más indicios de que los pájaros también son capaces de ver el campo electromagnético de la tierra. ¿Es su visión del mundo más real que la nuestra? —Sonrió—. Afortunadamente, la evolución nos ha dado un cerebro más grande…<br /> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">—No todo el mundo cree en la evolución —arguyó Cooper.<br /> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">—No todo el mundo cree que la Tierra da vueltas alrededor del Sol. —Julia volvió a sonreír—. El caso es que tenemos un cerebro más grande. Utilizamos máquinas y las matemáticas para ampliar nuestro conocimiento del mundo más allá de lo que podemos percibir con los cinco sentidos. Y es importante apuntar que la física cuántica, por extraño que parezca, está avalada por experimentos de laboratorios de este mundo. Y a pesar de que parece una paradoja, no hay ninguna ley física que niegue la posibilidad de viajar en el tiempo. La física no hace distinciones entre pasado, presente y futuro. Por ejemplo, si nos fijamos en el experimento de Wheeler sobre la reacción retardada de la luz cuando pasa por dos agujeros…</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><b>SINOPSIS</b></span></div>
<br />
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEmmgtmmq-PIv-IVYUVnA0SYgEhYdIMhe0LMVgfPgFQ7lz9Dx5y8zrMdgpo2E1EJnbydYNcLoI80bltCXpwULfwZzVu8dEzriyHu9QvfsDKgeYakEKd3JaXsW6VXsBL3P-a4xZhf30src/s1600/el+juego+de+trinity.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEmmgtmmq-PIv-IVYUVnA0SYgEhYdIMhe0LMVgfPgFQ7lz9Dx5y8zrMdgpo2E1EJnbydYNcLoI80bltCXpwULfwZzVu8dEzriyHu9QvfsDKgeYakEKd3JaXsW6VXsBL3P-a4xZhf30src/s320/el+juego+de+trinity.jpg" width="208" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Daniel Byrne queda a la tutela de su tío, el reverendo evangelista Tim Trinity, al poco de morir sus padres. La admiración y respeto que siente por él se desvanece durante su adolescencia, pues descubre que es un estafador. Decide irse a vivir a una parroquia, el boxeo y sus estudios serán su válvula de escape hasta que en la Universidad conoce a Julia Rothamn, una mujer que le devuelve la fe en sí mismo; pero ya es tarde, pues ha decido entrar en el seminario y convertirse en sacerdote. Pasados los años, Daniel trabaja en un departamento secreto del Vaticano llamado “El abogado del Diablo” que consiste en investigar si los milagros que la gente ve o realiza son ciertos o por el contrario son fraudes. Daniel lleva 721 casos investigados durante diez años, todos con gran éxito, pero el caso 722 será diferente, tiene que investigar a su tío, al reverendo Tim Trinity, que habla lenguas extrañas y predice profecías. Su sobrino intentará creerle, ¿se podrá recuperar la relación perdida? Y ahora que le sigue la mafia y el Vaticano quiere desacreditarle como falso Mesías, ¿podrá demostrar con la ayuda de Daniel qué hay detrás?</span></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-78808303361195933692015-10-09T22:40:00.006+02:002015-10-09T22:40:54.005+02:00LOS HIJOS DE NOBODADDY - Arno Schmidt<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">«Una vez tuve (y aquí le apliqué el primer golpe)... un jefe muy inteligente» (¡Lo cual en modo alguno era cierto!) «que un día me explicó lo siguiente: supongamos que existen seres que solo pueden percibir y concebir un espacio de dos dimensiones y que vivieran, por ejemplo, aquí, en el plano de esta mesa (y entonces pasé la mano muy cerca de la superficie de la mesa); si ahora introduzco en el espacio vital de esos seres los cinco dedos de mi mano (y dejé colgar mis cinco dedos como los tentáculos de una medusa), los seres que viven en ese espacio bidimensional solo percibirían ... » «Cinco círculos», dijo el hombre con la frente fruncida por el esfuerzo (quería decir pues que hasta allí había comprendido). «Sí, cinco seres individuales, cinco individuos», dije yo sombríamente, «que no pueden presentir ni imaginar que esos cinco seres en el mundo tridimensional están subordinados a una unidad trascendente que es mi mano ... o bien, consideremos otro ejemplo; si apoyo mi pulgar en el plano que constituye el universo de esas criaturas (y en efecto así lo hice) y si luego lo retiro, para esas criaturas bidimensionales mi dedo habrá desaparecido. Si poco después meto mi dedo índice en alguna parte de su universo, para ellos mis dos dedos serán dos seres diferentes, separados en el tiempo y el espacio y sin embargo, como sabemos, los dos están ligados a la unidad superior de mi mano tridimensional» (El hombre arrugaba la frente y meditaba intensamente con cierta inquietud; pero yo proseguí imperturbable: Tu l'as voulu, George Dandin!)</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> «Ahora bien, aquel señor» (¡Yo mismo era aquel señor!) «... daba a entender, no sin aducir suficientes fundamentos, que también nuestro universo de tres dimensiones estaba a su vez sobrepasado por otro mundo de cuatro dimensiones, el cual a su vez, según todas las posibilidades, estaría superado por otro de cinco dimensiones; por ejemplo, para representar el movimiento de los electrones, se recurre a la noción de un espacio de seis dimensiones, etcétera. Yo podría reconstituir ahora toda la argumentación (amenacé modestamente, pero continué luego diciendo con desenvoltura). Por mi cuenta me estudié la Geometría no euclidiana de Hilbert y otras obras de ese autor. A partir de esa época, considerando que estamos dotados de una inteligencia completamente inapropiada (¡una mala pasada que nos ha jugado el demiurgo!) y que estamos chapoteando en un mar de insondables misterios, perdí la costumbre de ocuparme de las cuestiones metafísicas. Ahora alguna vez se me ocurren fugaces pensamientos, pero sobre todo me contento con adoptar una actitud de observador y ver lo que esas ridículas y viejas señoras (las parcas) traman para mí y para el mundo». Él sacó la punta de la lengua entre los labios, (no muy ladylike) y se quedó largo rato reflexionando (seguramente pensaba que aquella «cosmovisión» no convenía, ciertamente, a un funcionario prusiano; pero de todas maneras parecía asimismo afligido por esa ignorancia crasa de las ciencias físicas y naturales de las que no tienen la menor idea los clásicos universitarios y humanistas, «de formación clásica»; se mostraba así y todo desconcertado, pero impresionado; todo esto te molesta un poquito ¿no? También puedo ser un poquito antiséptico: «Vote por el Partido Comunista Alemán» y me quedé mirándolo con redoblada obsequiosidad). </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> </span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><b>SINOPSIS</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJUl4tlopLE0AONhsQSeZZXypuWBDdHU4XtEnnYMgSSGfWtA_1wQxdOttarnV-4TNA6kHKcW7aYcKhbWDWhnNDJ0yu9P8JVvNdMqIZeD1smAa6KtJaNibVAKMNEb245yLzgU9FH-Ck0ts/s1600/los+hijos+de+nobodaddy.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJUl4tlopLE0AONhsQSeZZXypuWBDdHU4XtEnnYMgSSGfWtA_1wQxdOttarnV-4TNA6kHKcW7aYcKhbWDWhnNDJ0yu9P8JVvNdMqIZeD1smAa6KtJaNibVAKMNEb245yLzgU9FH-Ck0ts/s1600/los+hijos+de+nobodaddy.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Cargado de un sarcasmo feroz y una aguda observación de la realidad,
este tríptico disecciona la vida en la Alemania durante la era nazi y
los años de la posguerra, hasta llegar a un futuro apocalíptico.
"Momentos de la vida de un fauno" detalla las cuitas de un oficinista que
escapa de la ba
<span class="expand-content expand-hide" id="sinopsis" style="display: inline;">nalidad
que lo rodea investigando las hazañas de un desertor de las guerras
napoleónicas. "El brezal de Brand" se centra en el caos de la posguerra y
sigue las andanzas de un escritor que, tras salir de un campo de
prisioneros, se integra en la pequeña aldea donde vivió el romántico
Fouqué en pos de una nueva vida. Finalmente, "Espejos negros" nos sitúa en
un futuro donde la civilización ha sido prácticamente destruida; el
narrador, solo durante años en ciudades llenas de cadáveres, teme ser el
último hombre en la Tierra hasta que un descubrimiento despierta en él
nuevos temores. Arno Schmidt (1914-1979) es, junto con Heinrich Böll y
Günter Grass, uno de los más importantes escritores de la Alemania de
posguerra, quizá el más transgresor e innovador. Ocupa un lugar eminente
en lahistoria de la sátira y la «comedia cruel», en la tradición de
Rabelais, Swift y Joyce.Traducción de Luis Alberto Bixio, Fernando
Aramburu, Guillermo Piro y Florian von Hoyer.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><b> </b></span><i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"> </span></i></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-50778571905955562682015-10-01T00:14:00.001+02:002015-10-01T00:14:07.200+02:00FIASCO - Stanislaw Lem<div style="text-align: justify;">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><i>»</i></span>Yo sigo creyendo que el mundo está ordenado a nuestro favor, puesto que a pesar de todo podemos dominar cosas que van en contra de nuestros sentidos. Piensa: un niño domina un idioma sin entender los principios de la gramática, la sintaxis o las contradicciones internas del habla que están ocultas para el hablante. Ahora estoy filosofando por tu culpa. El hombre ansia las verdades últimas. Toda mente mortal, creo yo, es así. Pero ¿qué es la verdad última? Es el final del camino, donde ya no hay misterio, ni esperanza. Ni más preguntas que hacer, puesto que todas las respuestas han sido dadas. Pero ese lugar no existe.</i></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><i> »El Universo es un laberinto hecho de laberintos. Cada uno conduce a otro. Y allá donde no podemos ir nosotros mismos, llegamos con las matemáticas. Con las matemáticas construimos carretas que nos llevan a los terrenos no humanos del mundo. También es posible construir con las matemáticas mundos fuera del Universo, independientemente de que existan o no. Y además, por supuesto, uno siempre puede abandonar las matemáticas y sus mundos, para aventurarse con la fe en el más allá. Las personas de la vocación del padre Arago se ocupan de eso. La diferencia entre nosotros y ellos es la diferencia entre la posibilidad de que ciertas cosas lleguen a suceder y la esperanza de que ciertas cosas lleguen a suceder. En mi campo tratamos con lo que es posible, accesible; en el suyo, sólo con lo que se espera que sea, que se hace accesible, cara a cara, sólo después de la muerte. ¿Qué aprendiste cuando moriste? ¿Qué viste?</i></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><i> —Nada.</i></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span><br /><span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><i> —Ahí reside la differentia specifica entre la ciencia y la fe. Que yo sepa, el que los resucitados no vieran nada no ha hecho que los dogmas de la religión se tambalearan. La más reciente escatología del cristianismo sostiene que una persona resucitada olvida su estancia en el más allá. Que por un acto de censura divina (ellos no lo dicen así, claro está) al hombre se le prohíbe saltar de acá para allá entre este mundo y el otro. Credenti non fit iniuria. Si vale la pena vivir de acuerdo con una fe tan elástica, como hace Arago, cuánto más fácil es aceptar las paradojas que te permitirán hacerles una visita a los quintanos. Confía en la física de la misma forma en que Arago confía en su religión. Piénsalo. Y ahora, vete, tengo que trabajar.</i></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"></span></div>
<span style="font-family: Verdana,sans-serif;"><br /><b>SINOPSIS</b> </span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfiVq7TyDUz2hlcWmCLSl7nLHAeTZF-J4OYDkjaOHgWpwobiiH_NkJbAmnQsi71MsqHbSlLCpOve16JzXcsfLYPYzNpI80E3swSgDOXvrHP88jZ1Oea9dby6XKV7VmbGklwdHZLc4JJVE/s1600/fiasco+-+etanislaw+lem.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfiVq7TyDUz2hlcWmCLSl7nLHAeTZF-J4OYDkjaOHgWpwobiiH_NkJbAmnQsi71MsqHbSlLCpOve16JzXcsfLYPYzNpI80E3swSgDOXvrHP88jZ1Oea9dby6XKV7VmbGklwdHZLc4JJVE/s1600/fiasco+-+etanislaw+lem.jpg" /></a></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Nos hallamos en el siglo XXII y parece que por fin la humanidad va a hacer realidad un viejo sueño: entablar relación con seres inteligentes de otros sistemas planetarios. Con todo, la tripulación de la nave que tiene encomendada la misión, pese a hallar muestras de técnica bastante avanzada, no obtiene la respuesta esperada. La reacción del hombre ante el fracaso y la dificultad inherente a todo intento de comunicación desempeñarán, al cabo, un papel esencial en la cadena de decisiones que lleva a un amargo desenlace no exento de ironía. En Fiasco se dan cita una vez más la preocupación por las dimensiones moral y filosófica del hombre, la pugna entre técnica y ética, el derroche de fantasía dotada de sólida base científica y el vigor narrativo de Stanislaw Lem.</span></div>
Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5854897349480286641.post-67224172388666785342015-09-18T23:14:00.002+02:002015-09-18T23:14:50.087+02:00NOCILLA DREAM - Agustín Fernández Mallo<div style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Robert, originario de Londres, ciudad de la que se separó en la primera juventud, es el único habitante de la ciudad de Carson City que tiene una avioneta. Pero aparte, en general, los objetos son unas cosas rarísimas: si los acercamos mucho a nuestro campo de visión, por ejemplo con un microscopio, se convierten en estructuras simples, totalmente organizadas y con una geometría matemáticamente tratable. Después, si nos alejamos lo suficiente, entramos en el orden de magnitud del día a día, donde tales objetos se solapan y mezclan para conformar un paisaje de geometría compleja y cotidiana, impura y difícilmente analizable, de la que sólo las teorías del caos y otras afines consiguen dar buena cuenta: es la escala humana. Y si nos alejamos más, como puede ser el caso de la visión de la Tierra desde un avión, volvemos a verlo todo asombrosamente simple y organizado, con una geometría muy parecida a aquella vista al microscopio. Desde la avioneta, Robert ya tiene confeccionada toda una clasificación de figuras urbanas y paisajísticas inspiradas en la Guía de Campo de la Con-Urbación de Dolores Hyden. El oficio de Robert es bancario, de ventanilla, también casi microscópica, pero los fines de semana coge el cacharro de una hélice y sale a sobrevolar Nevada con el único propósito de extasiarse en toda esa geometría urbano-humana que hasta ahora carecía de análisis y cabal clasificación.</span></i></div>
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<b><span style="font-family: Verdana,sans-serif;">SINOPSIS</span></b></div>
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKcvEldWW6h0hhyLK2x9ReTv6dsS3DmuguMWaKb3huxmRyUkBVbceyPTN9INff9_TyehD0Ci-nmYijWZr_pzz9uOnXLgKMInvw8RWhHPmMFiG3h4yWdiRjtw_0Un4Lu542c69RcBpDENk/s1600/NOCILLA+DREAM+FERNANDEZ+MAILLO.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKcvEldWW6h0hhyLK2x9ReTv6dsS3DmuguMWaKb3huxmRyUkBVbceyPTN9INff9_TyehD0Ci-nmYijWZr_pzz9uOnXLgKMInvw8RWhHPmMFiG3h4yWdiRjtw_0Un4Lu542c69RcBpDENk/s320/NOCILLA+DREAM+FERNANDEZ+MAILLO.jpg" width="212" /></a></div>
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<span style="font-family: Verdana,sans-serif;">Nocilla Dream, que puede soportar sin pesadumbre la etiqueta indie, es una de las apuestas narrativas más arriesgadas de los últimos años. Proliferan en ella las referencias al cine independiente norteamericano, a la historia del collage, al arte conceptual, a la arquitectura pragmática, a la evolución de los PCs y a la decadencia de la novela. Agustín Fernández Mallo se fija en los outsiders del siglo XXI y sobre todo en la misteriosa conexión entre algunas vidas alternativas y globalizadas que transitan por escenarios de Serie B: rubias de burdel que sueñan con que algún cliente las lleve hacia el Este, ácratas que habitan en extrañas micronaciones, ancianos chinos adictos al surf, un argentino que vive en un apartahotel de Las Vegas y construye un singular monumento a Jorge Luis Borges… Todos ellos atrapados en la metáfora conductora de los desiertos y en la belleza del vacío.</span></div>
<br />Antonio Expósitohttp://www.blogger.com/profile/03337231882869521966noreply@blogger.com0