Se encontraba en la inmutable ciudad de Arkham, llena de leyendas, de apiñados tejados a la holandesa que se tambaleaban sobre desvanes donde las brujas se ocultaron de los hombres del Rey en los oscuros tiempos coloniales. Y en toda la ciudad no había lugar más empapado en recuerdos macabros que el desván que albergaba a Gilman, pues precisamente en esta casa y en este cuarto se había ocultado Keziah Mason, cuya fuga de la cárcel de Salem continuaba siendo inexplicable. Aquello ocurrió en 1692: el carcelero había enloquecido y desvariaba acerca de algo peludo, pequeño y de blancos colmillos que había salido corriendo de la celda de Keziah, y ni siquiera Cotton Mather pudo explicar las curvas y ángulos dibujados sobre las grises paredes de piedra con algún líquido rojo y pegajoso.
Posiblemente Gilman no debiera haber estudiado tanto. El cálculo no euclidiano y la física cuántica bastan para violentar cualquier cerebro, y cuando se los mezcla con tradiciones folklóricas y se intenta rastrear un extraño fondo de realidad multidimensional detrás de las sugerencias espantosamente crueles de las leyendas góticas y de los fantásticos susurros junto a una esquina de la chimenea, apenas puede esperar encontrarse completamente libre de una cierta tensión mental. Gilman era de Haverhill, pero sólo después de haber ingresado en el colegio universitario de Arkham empezó a asociar sus conocimientos matemáticos con las fantásticas leyendas de la magia antigua. Algo había en el ambiente de la vieja ciudad que actuaba oscuramente sobre su imaginación. Los profesores de la Universidad de Miskatonic le habían recomendado que fuera más despacio y habían reducido voluntariamente sus estudios en varios puntos. Además, le habían prohibido consultar los dudosos tratados antiguos sobre secretos ocultos que se guardaban bajo llave en la biblioteca de la Universidad. Pero estas precauciones llegaron tarde, de modo que Gilman pudo obtener algunos terribles datos del temido Necronomicón de Abdul Alhazred, del fragmentario Libro de Eibon, y del prohibido Unausspreclichen Kulten de Von Junzt, que correlacionó con sus fórmulas abstractas sobre las propiedades del espacio y la conexión de dimensiones conocidas y desconocidas.
SINOPSIS
Los sueños en la casa de la bruja (The Dreams in the Witch House) es un relato de terror del escritor norteamericano H. P. Lovecraft, escrito en 1932 y publicado en la edición de julio de 1933 de la revista Weird Tales.
La famosa Casa de la Bruja está ubicada en Arkham. Allí, Walter Gilman, un estudiante de matemática, irá descubriendo una serie de misteriosas desapariciones que comienzan doscientos años atrás, y que parecen desafiar toda lógica. El rasgo más destacable de Los sueños en la casa de la bruja es, precisamente, el abordaje que realiza Lovecraft sobre los inquietantes sueños que se producen al pernoctar en aquella casa maldita.
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