Sapo no hizo ni caso. Parecía estar absorto en sus pensamientos. Durante la sopa, sin que viniera a cuento, dijo:
– En cualquier triángulo rectángulo que tenga por aristas las de tres cuadrados que las rodeen, la superficie del cuadrado cuyo lado sea la hipotenusa es igual a la suma de las superficies de los cuadrados situados sobre las otras dos aristas del triángulo. ¿Sabías eso Humphrey?
Su sobrino y los demás se lo quedaron mirando, atónitos, mientras él iba dando sorbitos a su sopa de sucedáneo de tortuga.
– Perdona, tío Sapo –balbució Humphrey–. ¿Qué has dicho?
– Oh, una pequeña cita de nuestro amigo Pitágoras, el Padre de los Números. (26)
Rata, Topo y Nutria se miraron unos a otros, atónitos.
Durante el plato de pescado, Sapo declaró:
– Los números primos más pequeños son, como seguro que ya sabéis: dos, tres, cinco, siete y once. No se puede determinar cuál es el número primo más grande, según Euclides. (27) Yo diría que este pescado está especialmente rico. Humphrey, toma otro trozo. ¡Es alimento para el cerebro! Y –añadió, condescendiente– aunque es algo que no me gusta decir de ninguno de mis familiares, me da la impresión de que eres algo lento para tu edad. Así que come… Muy bien, buen chico.
Durante el plato de carne, Sapo dijo:
– Arquímedes tenía razón, como estoy seguro de que sabréis ya. El peso total del agua desplazada en una bañera equivale al peso de cualquier objeto que flote en ella. (28) ¡Qué maravilloso rosbif! Desde luego, hoy la cocinera se ha superado.
Durante el pudin, Sapo soltó:
– Un objeto en caída libre acelera a un ritmo de diez metros por segundo cuadrado.
Para cuando pasó el momento del oporto, Humphrey ya había recuperado el habla:
– Tío Sapo, me temo que has sufrido algún tipo de lesión –dijo, estudiando a su tío con asombro.
– Tonterías, hijo –contestó Sapo–. No me he sentido mejor en mi vida. ¿A alguien le gustaría acompañarme a la biblioteca para departir sobre el último teorema de Fermat? Eso siempre es de lo más divertido. ¿O quizás una partida de ajedrez en tres dimensiones? ¿Quién se anima?
SINOPSIS
Un precioso libro ilustrado. Por la autora deLa evolución de Calpurnia Tatey deEl curioso mundo de Calpurnia Tate.
Con ilustraciones que harán la delicia de niños y padres, Jacquelline Kelly evoca con maestría la magia del clásico para niñosEl viento en los saucesde Kenneth Grahame, y nos trae de vuelta esta maravillosa y rocambolesca aventura–protagonizada por los entrañables Topo, Ratita, Sapo y Tejón–para una nueva generación de lectores.
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