Pocas semanas antes, Alexis [un piloto de cincuenta y dos años] había coincidido en el aeropuerto de Barcelona con un viejo compañero de juventud, Joaquín Subirós, jefe de markerting de un grupo editorial. Subirós recordaba que en un tiempo Alexis se había sentido seriamente atraído por las matemáticas. Así que aprovechando el encuentro casual, le recomendó con vehemencia un libro singular que su empresa tenía en fase de producción. Subirós insistió en que de ninguna de las maneras debía perdérselo y se ofreció, tan pronto como saliera, a enviarle un ejemplar.
El título original de la obra era "Fermat's Last Theorem", de un tal Simon Singh, británico de origen punjabi, doctorado en Física por la Universidad de Cambridge. [...]
Quince días más tarde adquiría la edición inglesa en la Gotham Book Mark de la calle 47 Oeste, el santuario librero que solía visitar cuando paraba en Nueva York. Después pidió que le subieran una cena fría a la habitación. Sabía perfectamente qué le aguardaba. No pudo interrumpir ni un solo momento la lectura compulsiva. Hasta que sobre las once, con un intenso escozor en los ojos, cerró lentamente el libro.
Estaba trastornado.
Lo poseía una antigua y oxidada emoción por haber leído que un matemático de nombre Wiles, después de siete años de intenso trabajo, había conseguido demostrar por fin el último teorema de Fermat, algo que desde el siglo XVII nadie había logrado. También él, siendo adolescente, cuando conoció este misterioso teorema a través de un tío suyo y de un profesor de matemáticas se convención de que estaba predestinado a triunfar donde las más grandes inteligencias del planeta habían fracasado. [...] Pero es sabido que en el segundo segmento de la adolescencia las prioridades mudan con los climas de las estaciones. De manera que sin ninguna aspereza ni violencia, entre la candidez de Alexis y la vieja astucia de Fermat se interpuso la pasión de volar. Alexis sustituyó gradualmente la voluntad de indagación por el afán de experimentación. [...]
El conocimiento de la proeza de Wiles no lo llevaba a dolerse por una hipotética pérdida, sino a verse reflejado en su ejemplaridad con una determinación que de inmediato caló en las honduras de su conciencia: no cometería nuevamente el error o la cobardía de renunciar por nada del mundo a la consecución de un ideal (por llamarlo de alguna manera) que, cosa más que probable, sería el último sueño turbador de su vida.
SINOPSIS
Alexis Casas ya no está por seguir con la rutina en que se ha convertido
su vida. Tras más de dos décadas como piloto comercial, cada vuelo
transoceánico se repite. El trato cordial pero distanciado con la
tripulación, el paisaje impersonal de los hoteles, los continuos y
fugaces encuentros con mujeres... Mientras pasa diez meses al año fuera
de casa, sus dos hijas se han hecho mayores y se han emancipado, sin
apenas conocerlas como adultas. Hasta que en unos grandes almacenes de
Toronto llama su atención una libreta con tapas amarillas. Tras
adquirirla, escribe sus impresiones en sus hojas y empieza a mitigar su
profundo vacío. Entonces toma una decisión drástica, pide una excedencia
profesional para escribir una historia única. Esta determinación
provoca una sacudida en las diversas relaciones que han conformado hasta
el momento su desdibujada existencia.
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