Un día, Elisa quedó muy intrigada porque su maestra había dicho
que los números nunca se acaban, que después de un número venía otro, y
otro, y otro más, 1, 2, 3, 4, 5
. La maestra dijo que había infinitos números.
-Estaría bien tener tantos juguetes como números -pensó Elisa-.
Más tarde apareció su padre con el cuento de las buenas noches, que en esa ocasión era el de Pulgarcito. Y se lo leyó. Elisa pensó entonces que Pulgarcito, en lugar de dejar caer trocitos de pan que se comían los pájaros, podía dejar caer números Así los pájaros no terminarían nunca su tarea y el ogro moriría de viejo sin poder merendarse a Pulgarcito. Elisa sonrió con disimulo.
-Estaría bien tener tantos juguetes como números -pensó Elisa-.
Más tarde apareció su padre con el cuento de las buenas noches, que en esa ocasión era el de Pulgarcito. Y se lo leyó. Elisa pensó entonces que Pulgarcito, en lugar de dejar caer trocitos de pan que se comían los pájaros, podía dejar caer números Así los pájaros no terminarían nunca su tarea y el ogro moriría de viejo sin poder merendarse a Pulgarcito. Elisa sonrió con disimulo.
SINOPSIS
La Colección Cuentos de Ciencia quiere ser otra
oportunidad para que los más pequeños se inicien en el placer mágico de
la lectura, adentrándose a la vez en la aventura que supone toda
incursión por las ciencias. Coeditado con el Parque de la Ciencias de
Granada. Además de los cuentos, a la pequeña Elisa le gustaban las
cuentas y pronto pensó que podía ser divertido unir cuentas con
cuentos...
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