En la sala de telemetría encontró a Hans Mueller, al que todos llamaban Hank. El hombre le apuntó con el dedo y le espetó:
- Ciento treinta y cinco.
Era un juego que se traían entre manos. Elspeth tenía que decir alguna particularidad del número en cuestión.
- Demasiado fácil –respondió Elspeth-. Coges la primera cifra, le sumas el cuadrado de la segunda y el cubo de la tercera, y obtienes el mismo número que al principio.
Elspeth le proporcionó la ecuación: 11 + 32 + 53 = 135.
- Muy bien –aceptó Hank-. ¿Y cuál es el siguiente número con el que pasa lo mismo?
Tras unos instantes de concentración, Elspeth contestó:
- Ciento setenta y cinco. 11 + 72 + 53 = 175.
- ¡Correcto! Has ganado el premio gordo.
El hombre se rebuscó en el bolsillo y sacó una moneda de diez centavos. Elspeth la cogió.
- Voy a darte la oportunidad de recuperarlos –dijo ella-. Ciento treinta y seis.
- Vaya. –Hank frunció el ceño-. Espera. Sumas el cubo de cada una de las cifras… 13 + 33 + 63 = 244.
- Luego repites la misma operación y… obtienes el número inicial. 23 + 43 + 43 = 136.
Elspeth le devolvió la moneda y, de propina, le entregó una copia de la actualización.
Escocia, unos días antes de Navidad. Toni (Antonia), jefa de seguridad de unos laboratorios de investigación farmacéutica, detecta el robo de una droga antiviral en fase de experimentación: es muy peligrosa, un virus letal. Rápidamente hace saltar las alarmas, logra encontrar al ladrón (un empleado, que ha muerto por el virus) y aislar su casa contaminada. Cuando la noticia llega a los periodistas, la situación ya está controlada, como les informan en rueda de prensa ella y Stanley, el propietario del laboratorio. Algo así no volverá a ocurrir. Pero unos días después... Toda la familia de Stanley se ha reunido en casa de él para celebrar la Navidad y les cuenta su relación con Toni. Stanley es viudo y tiene tres hijos adultos. No aceptan a Toni; es una amenaza para ellos y no tardan en comenzar a discutir. A la reunión también ha venido Kit, el hijo problemático. Todos creen que quiere hacer las paces con su padre (que se vio obligado a pagarle todas su deudas hace un tiempo). En realidad, Kit vuelve a tener problemas. Debe millnes a unon gángsters y estos han decidido cobrárselos de otra manera: quieren el virus.
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