martes, 18 de septiembre de 2018

EL FRÍO MODIFICA LA TRAYECTORIA DE LOS PECES - Pierre Szalowki

Boris Bogdanov era un apasionado de la topología o, mejor dicho, de una de sus disciplinas. La teoría de los nudos es una ciencia matemática compleja que permite explicar cosas muy simples de la vida. Cuando se tira del hilo de un ovillo de lana enmarañada, unas veces se deshace de golpe, otras veces se enreda aún más. Es como la vida: pequeños gestos pueden tener grandes consecuencias. Y a veces el mismo gesto no tiene el mismo efecto.

Los peces exóticos de Boris Bogdanov le permitían reflexionar sobre su nueva teoría. Un pez en un acuario siempre sigue el mismo recorrido, tira de su propio hilo. Lo desenrolla en función de la presencia de los demás peces, amigos o enemigos, en el acuario. Asimismo, debe modificar su camino ritual cuando llega un nuevo inquilino. Para Boris, estos itinerarios eran hilos que se anudaban y se desanudaban.

—Tú no escoges tu camino, los demás lo hacen por ti.

Su tesis de doctorado estaba ahí, ante él, en un agua que mantenía a treinta y dos grados. Aquello era vital. Su supervivencia universitaria dependía de que siguiera a la misma temperatura. Si descendía, algunos peces podrían modificar su camino y echar por tierra toda la teoría defendida en su tesis.

Sus trabajos no habían dejado indiferente al presidente de la Sociedad Matemática de Canadá, con sede en Calgary, en Alberta, donde hace tanto frío.

—Venga a vernos cuando termine con sus peces. ¡Las matemáticas térmicas serán un cambio para nosotros!

SINOPSIS

Querido lector:A lo mejor le parece raro que le escriba una carta un niño de once años, pero los editores me han animado a que lo haga. Soy el protagonista de la novela El frío modifica la trayectoria de los peces (vaya título, ¿no?) Bueno, pues vivo en Quebec, y quería contarle que 1998 fue el peor y el mejor año de mi vida.Casi todos mis compañeros de clase tenían a los padres separados y como los míos seguían juntos, yo les parecía un bicho raro, pero a mí no me importaba. Yo era feliz. Hasta que un día mis padres me dijeron que iban a divorciarse. Entonces me enfadé muchísimo (y lloré mucho a escondidas) Nunca había estado tan enfadado y tan triste. ¿Qué podía hacer?Desesperado, miré por la ventana, y vi el cielo gris y negro, y se me ocurrió pedirle ayuda. Esa noche hubo una gran tormenta. Cuando me desperté toda la ciudad estaba cubierta por una espesa capa de hielo. Aquella tormenta iba a cambiar para siempre la vida de mi familia, y también la de mis vecinos.Esta historia se la conté al señor Pierre Szalowski, y él ha sabido escribirla muy bien. Los críticos de los libros han dicho que es un relato lleno de aire fresco, de ternura y de algo que ellos llaman optimismo. Yo sólo se que su lectura hace sentir bien y nos recuerda que, a veces, las situaciones inesperadas hacen que veamos todo diferente. Que nos veamos a nosotros mismos y a los que nos rodean de una manera distinta, como me pasó a mi en el año 1998.Por eso quiero que usted también lea este libro, porque creo que le hará sentir bien (como a mí).Adiós.Firmado: el niño protagonista de El frío modifica la trayectoria de los peces (en la novela nunca se dice mi nombre, vaya tontería)

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