jueves, 12 de diciembre de 2013

LA ECUACIÓN DEL AMOR - Isabelle Coudrier

— ¿Has escrito otras películas después de esta?

— No —dijo Sylvia mintiendo con descaro, pues no tenía fuerzas para hablar de su filmografía, por otro lado limitada y poco gloriosa.

Marie-Pierre miró fijamente a Sylvia, quien tuvo la impresión de que la joven iba a preguntarle si había tenido una enfermedad grave que le hubiera impedido escribir más guiones. En la biografía de Sylvia se había abierto una enorme fisura, lo que sumió a Marie-Pierre en la perplejidad. ¿Qué había podido pasar en su vida para que no escribiera más películas?
 
— ¿Habías hecho otras antes? —le preguntó Marie-Pierre, probando un enfoque menos directo, para delimitar el problema.

— Sí, bueno, solamente escrito —respondió Sylvia—. Pero de hecho no es lo mío. Quiero decir que el cine no es lo que más me gusta.

— ¿Cómo es eso? —le preguntó Marie-Pierre, aparentemente consternada ante la idea de que alguien pensara que había algo mejor que hacer películas cuando se había tenido la suerte de hacer una.
 
— Pues soy profesora de matemáticas.

— ¿Profe de mates? —repitió Marie-Pierre como solemos hacer cuando no sabemos qué decir o para asimilar algo pasmoso.
[...]
Insistió, quiso saber el porqué, y Sylvia buscó una buena razón, y se le ocurrían muchas, pero no creía que tuvieran buena acogida por parte de Marie-Pierre.

— Me pedían que escribiera siempre las mismas historias —acabó por responder.

— Entonces, tenías que proponer otra cosa, tus propias historias.

— Al parecer mis propias historias son demasiado raras para la gente.

Marie-Pierre estaba convencida de que así era. Algo chirriaba en las explicaciones de Sylvia.

— Dejar de hacer películas para ser profe de mates es algo que no entiendo.

— Pero yo nunca quise hacer cine. Lo que quería era conseguir la medalla Field.

— ¿Y eso qué es?

— El mayor galardón en matemáticas. Igual que el premio Nobel, pero mejor.

— ¿Como la Palma de Oro, pues?

— Sí, si lo prefieres.

— Pero nadie conoce eso, esa medalla, como se llame. A nadie le importa un comino. Mientras que todo el mundo conoce la Palma de Oro.

— Sí, ¿y eso qué más da?

— Quiero decir que el cine es capaz de reunir a un montón de gente, mientras que las mates son solo para gente que tiene aptitudes.

— Eso de las aptitudes es una leyenda.

— Sí, bueno, aunque sea una leyenda, yo no tengo aptitudes.

— Yo tampoco. Las mates son lo más universal que existe. Son las matemáticas lo que determina la realidad que percibimos… A menos que sea a la inversa.

— ¿Qué es la inversa?

— Que las matemáticas sean lo que hace posible que el hombre perciba la realidad sin por ello ser constitutivas de esa realidad.

— Uf, eso es demasiado difícil para mí.

— Además, todas las personas del planeta pueden comprender una ecuación, mientras que las películas, después de todo, hay que traducirlas.

— Yo no he conseguido nunca resolver una ecuación.

— ¿Ni siquiera de primer grado?

— ¿Qué es el primer grado?

El ánimo de Sylvia se alteró bruscamente. Se sentía incómoda consigo misma por haber invocado lo universal para apoyar sus palabras sobre las matemáticas. Después de todo, no había resuelto la cuestión de si lo real era de esencia matemática o si las matemáticas eran «solamente» el medio por el cual la mente humana podía acceder a lo real. Sabía muy bien que eso de lo universal era dinamita, que había que manejarlo con tanta precaución que, a decir verdad, era mejor no manejarlo en absoluto. Había que cerrar de una vez por todas el pico con relación a lo universal. Y sobre todo no utilizarlo como argumento para vender algo. ¿Por qué se había metido en el atolladero de esa conversación ociosa en la que exponía argumentos de charlatán metafísico? Al mismo tiempo, desconfiaba de los que se expresaban en contra de la existencia de lo universal. Y también le disgustaba experimentar cierto desdén hacia Marie-Pierre. La verdad es que a Sylvia le costaba comprender que alguien fuera una nulidad en mates. Entre las matemáticas y lo universal, en ese momento se veía a sí misma como una integrista. No soportaba su propia debilidad ni tampoco la de los demás, y le pasó por la cabeza que esa era la razón por la que no soportaba el ruido que alteraba la pureza del silencio. El ruido que al mismo tiempo era la señal de la existencia de los otros. De hecho, no soportaba nada aparte de las matemáticas y las nieves eternas de Davos. Todo su entusiasmo había desaparecido de pronto, y en ese instante se gustaba aún menos que de costumbre. ¿Tal vez fuera el hambre la causa de su malestar? [...]
— Mira, lo importante es encontrar lo que a uno le gusta hacer de verdad —concluyó Marie-Pierre en tono conciliador.

SINOPSIS

Vivimos en la creencia de que el amor es algo extraordinario que nos sorprenderá tarde o temprano como si se tratara de una revelación, que será imposible pasar por alto las señales inequívocas de las que tanto hemos oído hablar. Pero, a veces, nos resistimos a la evidencia...Sylvia y Louis no creen estar llamados a vivir u na gran historia romántica; de hecho, encontrar su lugar en el mundo les resulta una tarea bastante complicada. Cuando se conocen, corren los años 90 en París. Sylvia estudia matemáticas y se halla inmersa en el estudio de la teoría de la aproximación de los conjuntos en un punto y hasta el infinito. Louis en cambio quiere convertirse en crítico de cine y dedicar su vida a contemplar universos ajenos que sí encajan.Tras apenas dos años de relación la pareja se separa, pero un encuentro fortuito al cabo de mucho tiempo hará que Sylvia y Louis se replanteen su historia en común, sospechando que quizá esa extraña enfermedad llamada amor les pasó inadvertida.Isabelle Coudrier teje con grandes dosis de ironía los hilos de una historia sentimental que sus protagonistas no están dispuestos a aceptar, aunque tengan la tentación de rendirse a las emociones. ¿Y si Sylvia y Louis estuvieran destinados a encontrarse en un punto y hasta el infinito?"La ecuación del amor es mucho más que una historia de sentimientos encontrados; es casi un documental en el que dos seres se empeñan en no entenderse... Lo excepcional y admirable del asunto es que no hay aquí ni una sola nota discordante, y que esta novela nos emociona desde la primera a la última palabra."Asociación de libreros franceses

LA TRAMA FIBONACCI - Karmelo Gañán

— Poniendo las cosas claras, doctor —continuó el presentador—, ¿cómo afecta el consumo de alcohol a las personas? Contésteme si es posible en términos concretos para que lo entiendan mejor nuestros telespectadores.

— Por ejemplo, un whisky mata unas 800 neuronas.

León, que estaba viendo la tele sin prestarle demasiada atención, se sobresaltó y una pequeña arcada le obligó a escupir parte del trago que tenía en la boca. Miró con recelo al vaso.

— Sí. La gente se está bebiendo el cerebro sin darse cuenta. Y las células nerviosas no vuelven a regenerarse —continuó el doctor en tono reprobador—. Tenemos unos cien mil millones de neuronas y las tenemos que mimar porque en la maraña de sus interconexiones reside todo lo que somos.

Aunque las matemáticas no eran su fuerte, León se aventuró en un pequeño cálculo: si se bebía tres whiskys por día, con doble, o digamos triple ración los fines de semana, eso hacía un total de… aproximadamente… ¡un millón y medio de neuronas por año!

— Pues no es tanto —se dijo a sí mismo en alto mientras se echaba otros cuatro dedos de un pure malt de la ganadería de McLeod of Skye: tostado, fino, bragado y bufador—. En treinta y tres años son unos cincuenta millones, una minucia en comparación con los cien mil millones. De cualquier modo con la pila de gilipollas que andan sueltos por el mundo, con la mitad vale y sobra.La palabra gilipollas había aparecido reiteradamente en sus últimas conversaciones. Nunca se había dando cuenta de que la usara con tanta frecuencia. Es como cuando escuchas una palabra nueva, que nunca has oído con anterioridad, o no te has percatado de ello: la palabra aparece en todas partes a partir de entonces…

— Gilipolleces —se dijo León después de ponerle dos banderillas de hielo al morlaco escocés y pegarle un par de pases. Entró en la garganta con una suave embestida.

— …y recuerden, queridos televidentes —dijo el presentador—, que tenemos que velar por nuestra salud.

— ¡Salud! —exclamó León brindando al aire con el vaso de whisky. Y apagó el televisor.

SINOPSIS

La trama Fibonacci es una obra rebosante de cinismo e ingenio para leer de un tirón, para pensar sin darse cuenta de que se está pensando y para reír a mandíbula batiente. En cada página, en cada párrafo, hay dos o tres estocadas de un finísimo humor sarcáustico. La trama Fibonacci es la saeta de la sátira.
León, profesor de literatura en el instituto, se ve envuelto en una trama digna de las noveluchas por entregas a las que está acostumbrado, convirtiéndose en el alter-ello de su personaje favorito, Corbey Malone, detective aficionado incapaz de resolver una ecuación sin incógnitas. León vivirá toda una serie de peripecias que le llevarán desde un oscuro puticlú hasta una fábrica de anchoas abandonada donde se celebran peleas de perros clandestinas con traficantes de drogas implicados. Pero, todo esto, no es más que la tapadera que utiliza una curiosa secta pitagórica liderada por un sacerdotiso Drac Queen.
La trama Fibonacci es una novela con diferentes registros idiomáticos y culturales donde conviven el lenguaje elaborado y el vulgar; las matemáticas, la filosofía y la crítica social. Una sabrosa salsa agripicante, fácil de digerir, que deja buen sabor de boca.

martes, 10 de diciembre de 2013

TODO LO QUE ERA SÓLIDO - Antonio Muñoz Molina

En ese extraño país todo es superlativo y todo está en crecimiento, y los datos que se publican en los resúmenes de 2006 son un catálogo de records. En 2006 se inició la construcción de 798.700 viviendas, la myor cifra de la historia. España acapara el 26% de los billetes de 500 euros en circulación por Europa. En Villanueva de la Torre, provincia de Guadalajara, la población ha pasado en un año de 500 a 1.500 vecinos. En Chiloeches, que tiene 2.200 habitantes, se planean construir 6.500 viviendas y un campo de golf con 800.000 metros cuadrados. Seseña, que tenía 3.000 habitantes en 1996, tiene a principio de 2007 16.000, y aspira a pasar de 5.096 viviendas a 32.000 y llegar muy pronto a los 100.000 habitantes.

Ribatejada quiere multiplicar su población por 11 y construir 2.200 chalets sobre 1.290.000 metros cuadrados de suelo hasta ahora rústico, una parte de él zona de protección especial de aves. [...]

Las perspectvas económicas para 2007 son aún mayores que las de 2006. El Fondo Monetario Internacional pronostica un crecimiento de la economía mundial del 4,9%. Almuñécar (Granada) prevé construir 34.933 viviendas y cuatro campos de golf, pasando de 26.000 a 90.000 vecinos. Sanabria de Guadiana, con 400 habitantes, pasa de 9 hectáreas urbanizables a 181. En el bautizado como "Manhattan de Cullera", en la desembocadura del Turia, se levantarán 35 rascacielos. En Alicante un empresaro gana 120 millones de euros al conseguir que se declaren edificables unos terrenos situados en un humedal. En Las Navas del Marqué el ayuntamiento aprueba la tala de 3.000 pinos protegidos para crear la "Ciudad del Golf", que contará con 1.600 chalets y cuatro campos de golf. El suelo se revalorizó en España un 500% entre 1997 y 2007. Los precios de los pisos de lujo son más altos en Madrid que en Nueva York, Montecarlo, Tokio, Hong Kong, Singapur o Dubái. Brea de Tajo, con 486 habitantes, quiere crecer según su alcalde hasta los 60.000, edificando 2.731 viviendas sobre 2.450 hectáreas. El municipio de La Villa Joiosa ha aprobado un plan para pasar de 25.000 a 137.000 habiantes, construyendo 34.633 viviendas y tres campos de golf. El ayuntamiento de Torrelodones retira la protección ambiental a un área de 20.000 encinas y 1.500 enebros, muy rica en aves protegidas, para construir 1.500 viviendas. La Comunidad de Madrid construye un campo de golf dentro de la ciudad, en terrenos del Canal de Isabel II originariamente destinados a parque público. En Pilar de la Horadada, Alicante, se construyen 5.200 viviendas sobre 2.600.000 metros cuadrados de suelo rústico. Serranillos del Valle, a 32 kilómetros de Madrid, aprueba construir 1.430 viviendas y un campo de golf de 18 agujeros sobre 2.294.568 metros cuadrados de suelo rústico. En Madrid se han construido o están en construcción 30 campos de golf, 42 en Cataluña, 89 en Andalucía. La sociedad Royal Marbella Estates adquirió entre 2002 y 2004 fincas rústicas por valor de 9,71 millones de euros, vendiéndolas en 2004 por 101,6 millones, con un beneficio de 91,9 millones de euros. Totana, en Murcia, aprueba la construcción de 40.000 viviendas, 4.000 de ellas en terreno arqueológico y forestal, sin tener garantizado el suministro de agua. España alcanza los 20 millones de puestos de trabajo. En 2006 se crearon 687.5000, la mayor parte en la construcción. Caja Madrid obtiene 1.052 millones de beneficio, gracias sobre todo a su sector inmobiliario. Fresno del Torote, a 44 kilómetros de Madrid, aprueba la construcción de 3.000 viviendas en una zona de protección de aves migratorias.

La densidad de tráfico satura el litoral mediterráneo. En los próximos cinco años España invertirá unos 10.600 millones de euros para renovar 9.900 kilómetros de su red de carreteras. La Confederación Hidrológica del Tajo no garantiza el agua a las 1.132 viviendas aprobadas por el ayuntamiento de Paredes en un área recalificada de 92 hectáreas, muchas de ellas situadas en el área de inundación de un arroyo. Fernando Martín, dueño  de la inmobiliaria Martinsa, compra su rival Fadesa por 4.045 millones. Los fondos especializados en acciones españolas ganan entre el 30 y el 40% más en 2006. Valdemoro aprueba la construcción de 15.000 viviendas, y Rivas otras 15.000. Casarrubios, con 2.500 habitantes, dispone de piscina olímpica, escuela de música, frontón y campo de fútbol de césped artificial. El grupo Sacesa, principal accionista de Metrovacesa, tomará prestados 2.100 millones de euros para financiar un aumento de su participación en la mayor inmobiliaria española. En un mercado de vértigo, la feria de arte Arco arranca en medio de la euforia presentando obras de Damien Hirst que oscilan entre los 300.000 y los 700.000 euros. La diputación de Segovia acuerda retirar la protección ambiental a una finca de su propiedad, la Quintanilla, en Pazuleos de Eresma, para construir en ella un campo de golf, un parque empresarial y de congresos y cuatro hoteles. El beneficio del grupo Prisa creció el 50% y su facturación pulbicitaria el 45,8%. El BBVA compra un banco en Estados Unidos por 7.400 millones de euros. España vuelve a sorprender internacionalmente con mejores resultados de los previstos. el superávit de la seguridad social está incluso por encima del las previsiones del gobierno. Las fábricas de Villacañas llegan e una producción récord de un millón de puertas al año. La terminal de Barajas, que costó 6.300 millones de euros, es la cuarta de europa por aterrizajes y despegues y la quinta por pasajeros.


SINOPSIS

Éste es un ensayo directo y apasionado, una reflexión narrativa y testimonial, al más puro estilo de los ensayos de George Orwell o de Virginia Woolf, una propuesta de acción concreta y entusiasta para avanzar desde el actual deterioro económico, político y social hacia la realidad que queremos. Partiendo tanto de documentos periodísticos como de la tradición literaria, Antonio Muñoz Molina escribe esgrimiendo razón y respeto, sin eludir verdades amargas, porque saber es el único camino para cambiar.

jueves, 5 de diciembre de 2013

NACIDO EN UN DÍA AZUL - Daniel Tammet

Las matemáticas eran, claro está, una de mis asignaturas favoritas en el colegio. El primer día del curso, cada alumno debía completar un examen de esta materia a partir del que se le clasificaba según su capacidad y se le concedía un lugar en el grupo uno (el más alto), dos, tres o cuatro. A mí me pusieron en el uno. Desde mi primera experiencia en la clase me di cuenta de que las lecciones iban mucho más rápidas que las de la escuela primaria. Todo el mundo en el aula parecía implicado e interesado y se enseñaba un abanico muy amplio de temas, entre los que yo tenía mis favoritos: secuencias numéricas como la Fibonacci (1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55…), donde cada nuevo término en la serie proviene de la suma de los dos precedentes; gestión de datos (como calcular la media y la mediana de un grupo de números), y problemas de probabilidad.

La probabilidad es algo que a mucha gente le parece poco lógica. Por ejemplo, la solución al problema: «Una mujer tiene dos hijos, uno de los cuales es una niña. ¿Cuál es la probabilidad de que el otro hijo sea también chica?». No es la mitad, sino un tercio. Y es así porque sabiendo que la mujer ya tiene una niña y por lo tanto no puede tener dos niños, las posibilidades restantes son: NC (niño y chica), CN (chica y niño) y CC (chica y chica).

El «problema de las tres tarjetas» es otro ejemplo de problema de probabilidad que produce una solución aparentemente ilógica. Imagina que tienes tres tarjetas: una es roja por ambos lados, otra es blanca por ambos lados, y la otra es roja por un lado y blanca por el otro. Una persona las coloca en una bolsa y las mezcla, antes de extraer una y ponerla boca arriba sobre la mesa. Aparece una cara roja. ¿Qué probabilidad existe de que la otra cara también sea roja? Algunas versiones de este problema señalan que como sólo hay dos tarjetas con lados rojos, una con un segundo lado rojo y la otra con una cara blanca, las posibilidades de que la tarjeta en el ejemplo fuese igualmente roja o blanca por debajo serían de la mitad. No obstante, la probabilidad real de que la tarjeta sea roja por el otro lado es de dos tercios. Para comprenderlo, imagina que se escribe la letra «A» en una de las caras de la tarjeta con dos caras rojas, y «B» en la otra. En la tarjeta con un lado rojo y otro blanco, se escribe la letra «C» en el lado rojo. Ahora imagina la situación en la que se saca una tarjeta mostrando un lado rojo. Las posibilidades son que sea el lado rojo de A, B o C. Si es A, el otro lado es B (rojo); si es B, el otro lado es A (rojo), y si es C, el otro lado es blanco. Por lo tanto, las probabilidades de que bajo la tarjeta a la vista esté un lado rojo son de dos tercios.

SINOPSIS


Este extraordinario relato nos ofrece una perspectiva inédita: el interior de la mente de un joven autista de 27 años. Afectado por el síndrome de Aspenger, Daniel Tammet es capaz de realizar complicadas operaciones aritméticas con la velocidad el rayo, puede aprender un idioma en tan sólo unos días y ha establecido un nuevo récord al memorizar y recitar más de 22.500 decimales del número pi. Percibe los números con formas, colores y texturas; los números son sus amigos y en cualquier lugar o situación, nunca abandonan su pensamiento. Cuando se siente estresado o triste, cierra los ojos y cuenta. Su sorprendentes habilidades lo han convertido en una celebridad mundial y está siendo estudiado por los más relevantes neurólogos. En este libro, con una prosa asombradamente clara y cálida, Daniel nos relata los acontecimientos más relevantes de su vida, desde su frustrante y aislada infancia hasta el momento actual. -->

ALABANZA: EL REINO DE LAS MATEMÁTICAS - Jesús Mate

Una vez que llegaron al lado de la cama en la que se encontraba el visir Faur, éste apartó el dosel para que pudiesen ver mejor al rey y el estado en que se hallaba.

—Bien, escucha muchacho, te voy a contar lo que ha sucedido. Estate atento.

—Sí, señor.

El visir se llevó una mano a la boca y carraspeó un poco, antes de empezar su historia.

—El rey no había comido nunca jamás cacahuetes, hasta que hace unos días recibió una cesta llena de ellos. El primer día comió 10 cacahuetes, y cada día que pasaba aumentaba esta cantidad en 3 cacahuetes. Ocurre que nos hemos enterado, ya demasiado tarde, que los cacahuetes estaban envenenados.

—¡Oh no! —Exclamó el señor Torralba.

—Sí, Sancho, sí. Así que queremos saber cuántos días lleva el rey comiendo cacahuetes para administrarle la cantidad exacta de antídoto. Si nos equivocamos, el antídoto puede llegar a ser más peligroso aún que el propio veneno. Lo único que hemos podido calcular son los cacahuetes que se ha tomado en total. Como he dicho antes, vinieron en una cesta de 1000 cacahuetes y hemos contado los que aún quedan. Por tanto, si restamos a mil esa cantidad, sabemos que el rey se ha tomado un total de 318 cacahuetes.

Un silencio incómodo invadió el momento.

—Bien, Sebastián, dijiste que podrías ayudar —dijo Faur.

—Yo…, yo no sé cómo puedo ayudar.

—Pero, ¿qué dices tú? —Se sobresaltó el señor Torralba— Si me dijiste ayer mismo que este problema lo podías resolver. ¿Qué dices?

—¿Yo dije eso?

La respuesta fue una nueva colleja. Aquel hombre, a pesar de ser bajito, se crecía cuando se enfadaba.

—Sebastián, escucha, te comprometiste a ayudar y por ello no hemos acudido al reino vecino a por ayuda de los sabios. Serás tú, por tanto, el responsable de la muerte del rey.

Tras pensar unos segundos, Sebastián decidió buscar alguna solución. Aunque estaba seguro de que todo era un sueño, cada vez que le hablaba el visir sentía pánico.

—Bien... —contestó Sebastián—, este problema me recuerda a uno de series aritméticas, pero no recuerdo las fórmulas.

—¿Cómo que no te acuerdas? —Le cortó el señor Torralba. —¡¿Cómo que no te acuerdas?!

—Déjale pensar, Sancho.

El señor Torralba se pudo tan colorado que hasta el bigote parecía rojo.

—Como decía, no me acuerdo, pero voy a intentarlo. ¿Me pueden dar algo con que escribir y papel?

Unos segundos después Sebastián estaba sentado ante un buró, teniendo a su disposición papel y una pluma de ganso para escribir. Empezó a hacer cálculos e intentar recordar lo que aprendió en clase de matemáticas.

—¡Oh! —Exclamó sorprendido el visir.

—¿Qué pasa? ¿Qué está haciendo? —Saltó el señor Torralba que ya se había perdido con lo que Sebastián había dicho.

—Calla Sancho, y no interrumpas a tu ayudante.

—Bien, he escrito la suma total de dos formas. Si ahora sumo ambas expresiones me quedará… ¡Claro!

—¿Pero esas letrejas qué son, niño? —Tuvo que gritar el señor Torralba.
Seba se giró asustado, pero la mano del visir le tocó el hombro para calmarlo.

—Querido amigo —le contestó—, esas letrejas, como tú les llamas, son las variables de nuestro problema. Ahora sólo tendremos que sustituir los datos que tenemos, ¿verdad Seba?

—Sí, claro.

El visir le seguía defendiendo de su jefe, pero había algo en su forma de hablar que a Sebastián le causaba desconcierto. Dejó de pensar en ello para terminar de una vez el problema y conseguir que así le dejaran tranquilo. Entonces —pensó en voz alta—, como sabemos que el rey ha comido un total de 318 cacahuetes, y que el primer día comió 10 cacahuetes… ¡Oh, vaya!

—¿Qué te ocurre Seba? —Le preguntó el visir.

—Pues que necesito más datos. Como ve usted aquí, me he quedado con dos incógnitas.

—Sí, eso es un problema —dijo el visir sin poder disimular una media sonrisa—. Y el rey no nos ha dado más información.

—¡Sabía yo…! —Volvió a gritar el señor Torralba, poniéndose esta vez los puños en la cadera—. Si es que lo sabía.

—Tranquilícese, no es culpa del muchacho.

Seba se sonrojó, hasta que se le vino una idea a la cabeza.

—¡Un momento! Creo que todavía podemos resolver el problema.

—¿Pero quién te ha dado la palabra, niño? ¿Quién…?

—¡Sancho! ¡Cállese!

Sebastián no pudo reprimir una risa, que se le fue enseguida al ver la desagradable cara del visir Faur.

—Habla muchacho.

—Bien, tenemos lo siguiente —dijo escribiendo en el papel que le habían dado—. Como sabemos que el primer día comió diez cacahuetes, trece el segundo, dieciséis el tercero,… Creo que voy a poder quitarme una de las incógnitas.

—Interesante…

—Sí, porque ya tenemos así dos ecuaciones con dos incógnitas. Y resolviendo el sistema nos dará dos soluciones: 12 ó -17.6. La segunda solución no puede ser. Así que han pasado un total de doce días desde que el rey empezó a comer cacahuetes.

—Muy bien chico —le felicitó el visir—. Como ves Sancho, hay que ser paciente con los jóvenes.

El visir dio unas palmadas y, con la ayuda de unos sirvientes, empezó a preparar el antídoto. Iban a salvar al rey gracias a sus cálculos.

SINOPSIS

Sebastián se encuentra en Alabanza, una especie de mundo medieval lleno de curiosos personajes. Sólo recuerda que se fue a la cama, después de haber estado estudiando toda la tarde para el examen de matemáticas del dia sigueinte, y que despertó allí sin más. Es consciente de que todo debe ser un sueño. Pero el mundo de Alabanza se empeña en hacerle resolver distintos problemas matemáticos para poder sobrevivir.

La lectura de esta pequeña novela requiere de haber superado las matemáticas de toda la Educación Secundaria Obligatoria. No obstante, hasta los más pequeños podrán disfrutar de los personajes y aventuras de Alabanza. 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

MEMORIAS DE UN HOMBRE DE PALO - Antonio Lázaro

Antes de proceder a la visita guiada del acueducto o castillo del agua, Ambrosio de Morales y Juanelo Turriano compartieron unas tazas de chocolate en la oficina del relojero y matemático mayor. Allí el lombardo le mostró al ilustre viajero real la maqueta, o «modelo en pequeñita forma», de la que se había servido para la ejecución del artificio. Admirado por lo que escrutaba de él a través de sus gruesos anteojos de oro, el cronista comentaba:

—¡Hum! Es manifiesta la grandeza y extraña profundidad de vuestra invención, Turriano.

Aguzó la vista el historiador y advirtió cómo los maderillos del modelo tenían asentadas unas sumas tan complejas que no fue capaz de entenderlas. Al ver esto, le dijo:

—Señor Juanelo, esta manera de proporciones es muy diferente de la que conocemos.

—Así es —respondió Juanelo, que pareció alegrarse con la observación—. ¿Veis todo lo que he hecho con los relojes? Sinceramente, conozco personas que saben tanta o más astronomía y geometría que yo; pero creedme: hasta ahora no he conocido a nadie que sepa tanta aritmética como yo.

Juanelo mostró a don Ambrosio todas las fases y mecanismos de su ingenio. El cordobés lo escrutaba todo con avidez de rapaz cordial y ocasionalmente tomaba notas en un cuaderno de tapas flexibles de pergamino español. Al llegar al busto en mármol del relojero, que habría de ponerse a los pies del acueducto, Morales reparó en el lema que lo rubricaba:

«VIRTUS NUNQUAM QUIESCIT».

Literalmente: «El valor [o la virtud] nunca reposa».

—Sencillo lema a la par que profundo, como deberían serlo todos —comentó el cordobés—. ¿Fue idea del escultor?

—No, me pidieron alguna sugerencia propia y quise que grabaran esa simple frase.

—No tan simple, maestro Juanelo. ¿Cómo la interpretáis vos?

—Admite varias versiones, es lo que me gusta de esas tres palabras. Primeramente, puesto que se refiere al artificio, vendría a aludir a la idea del movimiento perpetuo.

SINOPSIS

Toledo, 1560. El matemático lombardo Juanelo Turriano, antiguo relojero del emperador Carlos V, se propone llevar a cabo su sueño más ambicioso: la construcción de un ingenio para conducir agua desde el río Tajo al Alcázar de Toledo, aun cuando deba financiar el experimento con su propio dinero.
Veinticinco años después, el rey envía a su arquitecto Juan de Herrera para supervisar las obras de reconstrucción del Alcázar y los castillos de agua de Turriano, pero éste, amigo de Turriano, tiene por delante otro cometido: averiguar el destino de don Antonio, un soldado autómata invencible, cuyo diseño es codiciado por todos y fuente de problemas para su inventor.
Memorias de un hombre de palo ofrece al lector un fresco del siglo XVI deslumbrante tanto en sus luces como en sus sombras, lleno de peligros, conjuras y aventuras protagonizadas por un hombre íntegro. En definitiva, la materia de que están hechas las buenas historias de siempre.

domingo, 1 de diciembre de 2013

1Q84 (LIBRO 1 y 2) - Haruki Murakami

Fukaeri se quedó mirándolo a la cara, sin devolverle el saludo.

—Te conozco —dijo poco después en voz baja.

—¿Que me conoces? —preguntó Tengo.

—Enseñas matemáticas.

 Tengo asintió.

—En efecto.

—Te he escuchado un par de veces.

—¿Mis clases?

  —Sí.

Su manera de hablar tenía ciertas peculiaridades. Oraciones desprovistas de cualquier ornamento, carencia absoluta de acento, vocabulario limitado (por lo menos daba la sensación de ser limitado). Ciertamente, era un poco extraña, como Komatsu le había dicho.

—Es decir, que eres una estudiante de la academia, ¿no? —preguntó Tengo.

Fukaeri negó con la cabeza.

—Sólo fui de oyente.

—Pero sin carnet de estudiante no puedes entrar en el aula.

Fukaeri se limitó a encoger ligeramente los hombros. Como diciendo: «Para ser un adulto, dices bastantes tonterías».

—¿Qué te parecieron las clases? —preguntó Tengo. De nuevo una pregunta absurda.

Fukaeri bebió un trago de agua sin apartar la vista. No le contestó. Tengo supuso que como había ido un par de veces, la primera impresión no habría sido tan mala. Si no le hubiera interesado, sólo habría ido una vez.

—¿Estás en tercero, en el instituto? —le preguntó Tengo.

—Más o menos.

—¿Te preparas para los exámenes de ingreso en la universidad?

Ella sacudió la cabeza.

Tengo fue incapaz de juzgar si eso quería decir «no quiero hablar de los exámenes» o «no voy a hacer los exámenes». Se acordó de que Komatsu le había dicho por teléfono que era una chica sumamente callada.

[...]

—Eres profesor y novelista —dijo Fukaeri. Aquello parecía una pregunta. Hacer preguntas sin entonación interrogativa debía de ser una de las características de su forma de hablar.

—En este momento, sí —respondió Tengo.

—No aparentas ninguna de las dos cosas.

—Puede ser —dijo Tengo. Pensaba sonreír, pero no fue capaz—. Tengo madera de profesor y enseño en la academia, pero no se puede decir que sea profesor formalmente; y escribo novelas, pero como no se han publicado, todavía no soy escritor.

—No eres nada.

Tengo asintió.

—Exacto. Ahora mismo no soy nada.

—Te gustan las matemáticas.

Tengo volvió a responderle, tras añadir los signos de interrogación a lo que ella acababa de decir.

—Sí. Siempre me han gustado.

—¿Qué te gusta?

—¿Que qué me gusta de las matemáticas? —Tengo completó sus palabras—. Pues, que, frente a los números, me siento muy relajado. Es como si las cosas volvieran a su cauce.

—La explicación sobre las integrales era interesante.

—¿Hablas de una de mis clases?

Fukaeri asintió.

—¿A ti te gustan las matemáticas?

Fukaeri hizo un breve movimiento con la cabeza hacia los lados. No le gustaban.

—Pero la explicación sobre las integrales te pareció interesante, ¿no? —preguntó Tengo.

Fukaeri encogió ligeramente los hombros.

—Hablabas de las integrales como si fueran algo importante.

—¿Ah, sí? —dijo Tengo. Era la primera vez que alguien le decía tal cosa.

—Como si hablaras de alguien importante —dijo la chica.

—Cuando explico las progresiones, debo de hacerlo todavía con más entusiasmo —dijo Tengo—. Del plan de estudios de matemáticas en el instituto, las progresiones son mi parte preferida.

—Te gustan las progresiones —preguntó Fukaeri, otra vez sin entonar.

—Para mí son como "El clave bien temperado" de Bach. Nunca me canso de ellas. Siempre hay algo nuevo que descubrir.

—Conozco "El clave bien temperado".

—¿Te gusta Bach?

Fukaeri asintió.

[...]

—¿Que qué me gusta de las matemáticas? —se interrogó Tengo a sí mismo otra vez, para desviar la atención de los dedos y el pecho de la chica—. Las matemáticas son como una corriente de agua. Existen diversas teorías complicadas, es cierto, pero la lógica básica es muy sencilla. De igual modo que el agua fluye desde un lugar elevado hacia otro más bajo tomando la distancia más corta, sólo hay una corriente matemática. Al observar con atención, el curso se hace visible por sí solo. Basta con que mires fijamente. No tienes que hacer nada más. Si te concentras y aguzas la vista, todo se aclara. En este mundo no hay nada, salvo las matemáticas, que me trate con tanta amabilidad.

Fukaeri se puso a pensar durante un rato sobre lo que acababa de escuchar.

—Por qué escribes novelas —preguntó con una voz carente de entonación.

Tengo transformó la pregunta de Fukaeri en oraciones más largas.

—O sea, que si me gustan tanto las matemáticas, no tengo ninguna necesidad de esforzarme por escribir novelas; que podría dedicarme exclusivamente a las matemáticas. ¿Es eso lo que quieres decir?

Fukaeri asintió.

—Vamos a ver. La vida real es diferente a las matemáticas. En ella, las cosas no siempre toman el camino más corto. Las matemáticas son para mí…, cómo podría decirlo…, demasiado naturales. Son como un bello paisaje. Están ahí sin más. No es necesario sustituirlas por nada. Por eso cuando estoy inmerso en las matemáticas, tengo la sensación de que me estoy volviendo rápidamente transparente. A veces me da miedo.

Fukaeri miraba a Tengo fijamente a los ojos, sin apartar la vista ni un segundo. Como si pegara la cara al cristal de una ventana y espiara el interior de una casa deshabitada.

—Cuando escribo sustituyo mediante las palabras la realidad que me rodea por algo que encuentro más natural. Es decir, reconstruyo. De ese modo confirmo que existo, sin duda, en este mundo. Se trata de una operación completamente diferente a cuando estoy en el mundo de las matemáticas.

—Confirmas que existes —dijo Fukaeri.

—Aunque no quiere decir que ya lo haya logrado —admitió Tengo.


SINOPSIS

En japonés, la letra q y el número 9 son homófonos, los dos se pronuncian kyu, de manera que 1Q84 es, sin serlo, 1984, una fecha de ecos orwellianos. Esa variación en la grafía refleja la sutil alteración del mundo en que habitan los personajes de esta novela, que es, también sin serlo, el Japón de 1984. En ese mundo en apariencia normal y reconocible se mueven Aomame, una mujer independiente, instructora en un gimnasio, y Tengo, un profesor de matemáticas. Ambos rondan los treinta años, ambos llevan vidas solitarias y ambos perciben a su modo leves desajustes en su entorno, que los conducirán de manera inexorable a un destino común. Y ambos son más de lo que parecen: la bella Aomame es una asesina; el anodino Tengo, un aspirante a novelista al que su editor ha encargado un trabajo relacionado con La crisálida del aire, una enigmática obra dictada por una esquiva adolescente. Y, como telón de fondo de la historia, el universo de las sectas religiosas, el maltrato y la corrupción, un universo enrarecido que el narrador escarba con precisión orwelliana.