sábado, 29 de marzo de 2014

AMOR, DE TARDE - Mario Benedetti

ES UNA LÁSTIMA QUE NO ESTÉS CONMIGO

cuando miro el reloj y son las cuatro

y acabo la planilla y pienso diez minutos

y estiro las piernas como todas las tardes

y hago así con los hombros para aflojar la espalda

y me doblo los dedos y les saco mentiras.


Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las cinco

y soy una manija que calcula intereses

o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas

o un oído que escucha cómo ladra el teléfono

o un tipo que hace números y les saca verdades.


Es una lástima que no estés conmigo

cuando miro el reloj y son las seis.

Podrías acercarte de sorpresa

y decirme “¿Qué tal?” y quedaríamos

yo con la mancha roja de tus labios

tú con el tizne azul de mi carbónico 

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