lunes, 3 de febrero de 2014

LAS MEMORIAS DE LEONARDO - Jack Dann

Y Leonardo se vio de pronto de pie ante la catedral de la memoria de su propia construcción.
 
La catedral era más grande y más espaciosa que el gran Duomo de Milán o el  Santo Spirito de Brunelleschi. Era una iglesia que tenía muchas cúpulas  alzándose desde su base octogonal, y alrededor de ellas había otras pequeñas cúpulas que se erguían como si quisieran alcanzar el azul cielo florentino. Tenía la forma perfecta de un teorema geométrico, porque era, desde luego, una estructura viva de puras matemáticas. Era blanca y suave como los sillares de piedra, y su forma era el resultado de todas las ideas que Leonardo tenía sobre arquitectura, la perfección que nunca había podido expresar completamente fuera del ojo de su mente.
 
Y como había hecho otras tantas veces, Leonardo entró en la catedral. Pero esta vez no iba meditando o a la búsqueda de alguna oscura información; simplemente caminaba hacia el interior de la estructura que contenía todos los tesoros de su vida. El maestro Toscanelli le había enseñado bien y así, por fin, Leonardo había encontrado el puerto seguro de memoria perfecta donde alejarse del dolor y del miedo a la muerte. Toscanelli le había animado hacía mucho tiempo a que construyera una iglesia en su imaginación, un almacén de imágenes, cientos, miles de ellas; que representaría todo lo que Leonardo deseaba recordar.
 
Una iglesia para todas sus experiencias y su conocimiento, ya fuera sagrado o profano.
 
Y así Leonardo había aprendido a no olvidar. Cogía la evanescente y efímera materia de la que está hecho el tiempo y la atrapaba en aquel lugar, todo lo que había ocurrido en su vida, todo lo que había visto, leído y oído; todo el dolor y la frustración, el amor y la alegría estaban pulcramente ordenados en patios con columnas, capillas, sacristías, pórticos, torres y cruceros.

SINOPSIS

Florencia, siglo xv. Aquí, en una ciudad gobernada por los Médici, y en una época en la que la ciencia y la magia van de la mano, el talento de Leonardo da Vinci empieza a dar señales de su tem-prano genio. Rodeado de grandes figuras históricas como Sandro Botticelli y Nicolás Maquiavelo, Leonardo disfruta de la privi-legia da vida del artista y ama a una joven increíblemente hermosa. Pero un enemigo cruel y despiadado está tramando su caída. El gran artista e inventor se verá obligado a abandonar la ciudad que lo vio nacer, dando así lugar a un mítico viaje hacia su destino, una aventura magnífica que podría haber sucedido.

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