miércoles, 3 de abril de 2013

EL TÍO PETROS Y LA CONJETURA DE GOLDBACH - Apostolos Doxiadis

—¿Sabes jugar al ajedrez?

—Un poco, pero no me pidas que juegue, por favor. Sé muy bien que perdería.
Petros sonrió.

—No iba a proponerte una partida; sólo quiero darte un ejemplo que comprendas. Mira, las verdaderas matemáticas no tienen nada que ver con las aplicaciones prácticas ni con los procedimientos de cálculo que aprendes en el colegio. Estudian conceptos intelectuales abstractos que, al menos mientras el matemático está ocupado con ellos, no guardan relación alguna con el mundo físico y sensorial.


—Me parece bien dije.

—Los matemáticos -prosiguió- encuentran el mismo placer en sus estudios que los jugadores de ajedrez en el juego. De hecho, desde un punto de vista psicológico, el verdadero matemático se parece a un poeta o a un compositor musical; en otras palabras, a alguien preocupado por la creación de belleza y la búsqueda de armonía y perfección. Es el polo opuesto al hombre práctico, el ingeniero, el político o… -hizo una pausa, buscando una figura aún más aborrecible en su escala de valores-, claro está, el hombre de negocios.
Si me contaba aquello con el fin de desanimarme había escogido el camino equivocado.

—Es precisamente lo que busco, tío Petros -repuse con entusiasmo-. No quiero ser ingeniero; no quiero trabajar en la empresa de la familia. Quiero enfrascarme en las verdaderas matemáticas igual que tú… ¡como hiciste con la conjetura de Goldbach!

SINOPSIS

El anciano tío Petros vive retirado de la vida social y familiar, entregado al cuidado de su jardín y a la práctica del ajedrez. Su sobrino, sin embargo, descubre un día por azar que el tío Petros fue un matemático eminente, profesor en Alemania e Inglaterra, niño prodigio en esta disciplina y estudioso totalmente absorto en sus investigaciones científicas.

Como irá descubriendo el sobrino, y el lector con él, la vida de Petros Papachristos ha girado durante años en torno a la famosa conjetura de Goldbach, un problema en apariencia sencillo, pero que durante más de dos siglos nadie ha conseguido resolver.

En El tío Petros y la conjetura de Goldbach las matemáticas adquieren una dimensión simbólica, y los esfuerzos de un estudioso por resolver un enigma reflejan la lucha prometeica del ser humano por conquistar lo imposible.
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